Capítulo 57 Otra de esas historias de amor

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Unas horas después, en la casa de los abuelos Mendoza, Betty, Armando y Camila conversan en la sala.

-Solo tú, Betty, creerías que yo sería la novia de Didito. – hace la señal de la cruz.

Armando abrazado a Betty, la aprieta para la besar en los labios.

-¡Pero no soy de tirarlo a la basura!

-En realidad no, pero es que... que... como soy su hermana lo conozco y sé lo engreído que és!

-¡No lo soy!

-¡Sí, lo és! -decieran las dos mujeres.

-La verdad es que estos días sin ti han sido terribles, pero estoy perdido. Nunca pensé que fuera tan difícil encargarme de todo yo solo.¡Sin ti, Betty y Nicolás, solo Sandra, don Hermes a veces no podemos manejar todo el trabajo! El trabajo se acumula, creo que necesitamos contratar más gente.

-¡Significa que el negocio va mejor de lo esperado!

-Sí, vay bién.

-¡Me quedo feliz! No te quejes del éxito, Armandito!

-No me estoy quejando, pero...

-Entiendo. Si pudiera, me quedaría para ayudarlos, pero tendré que estar de regreso al final de la semana.

-Mi hermana tiene una empresa con su marido.

-Sí, pero volvamos a la boda.

-¿Qué?

-Cami!

-¡Ay, soy una chismosa! Pero un día tienen la intención de casarse, ¿no es así? Si yo fuera tú, aprovecharía que mi hermano está loco por tí y...

-¡Cami, mi Betty se pone tímida!

-¡Aún más su papá no los dejará solos!

-Oh, mi papá es terrible. Y ahora que sabe de nosotros, no nos deje en paz, ni al sol ni a la sombra.

-¡Imagínense que me encargaron cuidar de ustedes dos! De no dejar que tengan más intimidad, imagínate que voy a estancar el romance de mi hermano, sólo si me quisiera morir. ¡Porque ese hombre , como yo he dicho, está loco, Betty!

-¡Cami! –regaño Armando

-¡Es verdad! -Betty responde roja.

-¡Estoy aliviado, ya no podría ocultar lo que siento al mundo, si mis padres ya lo saben!

-Pero tenemos que ir despacio, para mi papá comenzamos algo este día y su hermana está aquí para oficializar la solicitud, como dijó. Ojojo

-Sí. Él besa las manos de ella. -Será difícil, pero me lo tomaré con calma.

-Pues creo que mejor vamos a cenar o me quedo aquí vigiandólos de cerca.

Después de la cena, Camila a pedido de su hermano, cuenta la historia del amor de su abuelo por la segunda mujer con la que se casó, a la que amaba con toda su alma. Betty escuchaba todo abrazando a Armando que le besaba la cabeza;

-Y él estaría muy feliz de ver esto: Didito con la mujer que ama, porque sé que ustedes dos –tomando sus manos- ustedes dos son la continuación. Betty, mi segunda abuela era una mujer del pueblo, tal como decía mi hermano. Tal vez no tuvo la oportunidad de estudiar como tú, pero hizo a mi abuelo tan feliz como es capaz de hacerlo.

-Camila, yo...

-No, déjame hablar. Armando te ama y no me pediría que viniera aquí si no fuera importante para él. Aquí está, Ditto, lo que pediste a mí.

Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora