Capítulo 50 -LA VISITA INESPERADA Y LA PROPUESTA INDECENTE

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Dos días después...

Betty estaba limpiando la sala de la casa de Palermo y organizando algunas cosas cuando sonó el timbre. Cuando abrió la puerta, casi se cayó de espaldas, frente a ella estaba nada menos que la madre de su novio, Margarita Sáenz Mendoza.

-¿Doña Margarita?

-¡Hola Beatriz! -dijo la señora mirándola de abajo hacia arriba, Betty vestía uno de sus viejos vestidos anchos, estaba sudada, con el cabello atado en un moño y el fiel capul adornando su frente. - ¿No me invitas a entrar?

-Si claro. Entre. - Dijo Betty, sonriendo. –¡Siéntate, señora, por favor!

-No hace falta que te molestes, seré breve. ¡Tengo una propuesta de negocio que te interesará!

-¿Negócio? Bueno, entonces sería mejor si hablamos en la oficina del Sr. Liñarez o tal vez en Terramoda?

-¡No, porque lo que tengo para hablar con usted, señorita es privado!

-Entonces, desea una copa de agua, jugo o quizás un tinto.

-¡No es necesario! Seré directo, Beatriz.

-¡Puedes llamarme Betty!

-¿Cuánto quieres para alejarse de mi hijo?

-¿Qué?

-¡Lo qué escuchaste! Veo que es de situación humilde y aunque dicen que es trabajadora e inteligente, como yo sé tiene muchas cualidades y Armando debe haber se encantado con algunas de ellas y sé que a pesar de todos sus esfuerzos, él es de otra clase y sin duda, estar con mi hijo es la oportunidad más grande de su vida.

-No entiendo a que te refieres, si piensas eso.... Don Armando y yo, nosotros solo somos buenos amigos.

-Yo sé que no és así, yo lo vi.

-Que pena con usted, doña Margarita, yo...

-¡No he terminado todavía! Armando nunca tuvo contacto con la gente como la tuya, el pueblo, por lo que nunca tuvo que trabajar en su vida fuera de la empresa de su família. Y al que me parece algo como esta empresa que creó debe ser idea tuya y de tus amigos.

-No, de verdad...

-Y si me parece bién, mucho bién como experiencia para él. Pero nosotros tenemos otros planes, queremos que vuelvas al que le corresponde, su puesto en la empresa familiar y ¿poque no, queremos que él se case con Marcela, una niña de oro con quién fue creado. Betty bajó la cabeza, obviamente conocía a la mujer de la que estaba hablando.

-Si conociera a Marcelita, lo entendería: es hermosa, tiene aplomo, elegancia, apellido. Una dama perfecta para mi hijo. También es inteligente como nuestra gerente de punto de venta hace un trabajo brillante. Tal vez no sea tan inteligente como tú, pero eso es lo que queremos para mi hijo.

-No puedo... entiendo, ¿alguna vez pensaste que Armando ya es un adulto y que sabe lo que quiere?, y por lo que me dijiste, cuando... bién antés, cuando empezamos a ser amigos, él no quiere casarse con la muchacha esa de que hablas, señora. Él aún és joven y...

Margarita se rió burlonamente.

-Pues sí, él no quiere compromiso, pues quiere disfrutar de la vida, cree que aún es muy joven para asumir responsabilidad. La verdad es que le gusta disfrutar de la vida, ya sabes, que es muy mujeriego o no?

-Sí, sé.

-Pero su amor és por Marcela, cuando él necesitar asentar la cabeza. Creó que eso ya ha tomado mucho tiempo. Mira, ¿cuánto necesita para dejarlo y decirle que regrese a dónde le pertenece? Tengo un cheque y dólares si quiere.

Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora