Capítulo 19

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     Mientras Mario quiere ser amigo de Daniel y Olarte quiere convencer al presidente de que es insustituible y necesario manejarlo, Armando está más preocupado por sacar a Beatriz en la oficina de Liñarez, és que la niña le iba tan bien que el hombre, apoyado por su esposa, ya le había subido el sueldo y la llamó a trabajar tiempo completo. Así que apenas tenia tiempo de atender la empresa de Armando, pero no para cuidarle como antés y darle consejos psicológicos. Su único tiempo libre eran los fines de semana y las noches. Entonces Armando no quería aprovecharse de eso, como ella, él también trabajaba mucho para Macrotêxtil, Color Inc y Rag Tela, pero extrañaba Ecomoda y también las conversaciones que tenía con Betty. Así que esa noche decidió pasarse por su casa. No podía descuidarla, porque alguien podía tener tanta suerte como él de verla como era y no podía permitir que eso sucediera. Pensaba que quizá alguien como Nicolás podría tener otras intenciones y aprovecharse de su inocencia (Oh, ¿crees que todos son como tú?) Por lo tanto, no podía descuidar a su pequeña niña. (El ladrón siempre piensa que los demás son de su condición.)

Esa noche, sin previo aviso, fue a su casa. Pondría cualquier excusa para ir a verla.

Antes de tocar el timbre se pudo escuchar la risa de los dos.

-Ojojo Nicolás solo tu para decir estas cosas!

-Pero Betty pronto yo seré millonario y cualquier mujer me querrá, incluyéndote a ti, pero no se ponga asi, Betty, ¡me gustan las rubias!

-Pero que pasa? -preguntó Armando furioso afuera de la casa. Respiró hondo y tocó el timbre lo más tranquilamente que pudo.

Doña Júlia fue a abrir la puerta, mientras Betty y Nicolás investigaban en el cuaderno. Estaban muy juntos, prácticamente cabeza a cabeza. Por supuesto, a Armando no le gustaba que tuviera tantas libertades con su chica.

-¿Don Armando? - Dijo Betty, apartando la cabeza de Nicolás. -¿Todo bien?

-¡No tan bién como ustedes!

-Pero que pasa?

-¡Betty y yo estamos trabajando, trabajando!

-¿Como asi?

-Ojojo Nicolás déjeme explicarle, Don Armando, Nicolás es Licenciado en Economía como yo, pero su especialización es en Inversiones. Y me estaba mostrando las mejores inversiones.

- ¡Hasta en dólares!

-Interesante. -Dijo con cara de quién piensa que el tipo estaba invirtiendo en Betty.

-¿El señor que es tan rico no tendría dinero disponible para que invirtiéramos?

-Sí, ¿por qué preguntas eso? -preguntó Armando, suspicaz.

-Es que Betty me dijo que ella lo ayudó a crear su empresa. Y ya sabes cómo es, de repente el dinero se detiene y podrías estar ganando más dinero, ¡sin hacer nada!

Armando no estaba disfrutando este asunto para nada. No es que fuera un problema para nadie saber que tenía una pequeña empresa a su nombre, pero ese tipo no le gustaba para nada, más aún recostado en su Betty, oliendo y sintiendo el calor de ese cuerpo delicioso, que era. muriendo al gusto.

''Pero¿y si ella y él tienen algo? ¿Dijiste que se conocen desde siempre y son como Marcela y yo? ¿Qué pasa si están comprometidos o hacen cosas? Ay, Mendoza, ¿cómo piensas estas cosas? Don Hermes nunca permitiría que nadie hiciera nada en su casa". –pensaba Armando, enojado.

-¿Y que dices?

-¿Qué?

- Sobre lo que te dije. Sobre una inversión. Estuve aquí hablando con Betty...

Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora