Capítulo 56 ¿Cómo te ocurre?

145 13 1
                                    


        Don Armando había salido con ropa deportiva para ir al parque frente a su apartamento, para que pareciera que estaba haciendo ejercicio y Montez sería su coartada.Soltó al perro y corrió tras él para sudar un poco para verse más natural.Los vio a los dos sentados en las sillas afuera en el café, estaban discutiendo.


-¡Buenas tardes!

–Armando?-¿Qué haces aquí?-Pregunto qué hacen aquí, porque yo vivo aquí arriba -señala el apartamento. – Siempre vengo a correr, a hacer ejercicio con Montéz. dijo, dejando que una gota de sudor le resbalara por la frente. Betty nunca lo había visto así, deportivo, corriendo y todo sudoroso. Se veía realmente natural y muy atractivo y bajó la cabeza, avergonzada.

-Veo que están tomando ¿café o té?

-Café.

-Té.

-No sabía que eran tan buenas amigas.

-¿Amigas? –preguntó Margarita, enojada.

Betty mantuvo la cabeza gacha, avergonzada.

-Estoy feliz, después de todo sabes que es bueno que se lleven bien, después de todo sabes que Betty y yo tenemos una relación. Betty,¿ha dicho a Mamá que somos novios? No lo hizo, pero ¿por qué tanta timidez? –preguntó Armando, con ironia

-Y yo...

-¿O tal vez no soy lo suficientemente bueno para ti, Betty?¿Piensas en conseguir otro y dejarme?

Él envuelve su brazo alrededor de su cintura para atraerla hacia él, levantando su barbilla para mirarlo.Doña Margarita siente repugnancia.Hipnotizada por ese toque, Beatriz se deja besar. En este momento Montez vuelve con el balón.

-¡Muy bien, Montez! Mira, Montez, esta es la abuela.

-¡Guau! ¡Guau!

-Y Beatriz, mi Betty, ¿la extraña? Resulta que Betty estaba demasiado ocupada para estar con nosotros, pero esto se arreglará, ¿Betty?, vamos, picarona, ahora mismo al departamento, acurrúquense

.-Er...

-Pero cuando llegué los dos no estaban precisamente hablando, parecían estar discutiendo. -Armando va directo al grano.-Y escuché muy bien. ¿Por qué, mamá, por qué le ofreciste dinero a Beatriz para que nos alejáramos?.

-¡Esto es una mentira! ¡Yo nunca haría algo así!

-¿Betty?

-Prefiero no hablar de eso.

-Pero es verdad, ¿no?, ¿le ha oferecido plata, mamá?

Margarita levantó la nariz y se puso las gafas.

-¡Me tengo que ir, todavía tengo cosas que hacer!

-No te vas de aquí hasta que me contestes.

-Armando, mejor deja esto, yo...

-Sabes que no puedes mentirme. - dijo tomándose el cuello dominándola.

-Eh...-Tus ojos ya me dicen lo que necesito. -Él pone su mano en su hombro. -¡Lo haremos!

-¡Armando! - lo llamó Armando .

-Hablaré contigo más tarde, mamá. ¡Francamente, no esperaba esto de ti!

-¿Vas a creer lo que dice esta mujer?

-Resulta que ella no me ha dicho nada, solos sus ojos. -Él aprieta su cintura, evitando que se va.

Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora