Capítulo 36

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     Pero si Daniel estaba metido en unos negocios que no eran exactamente de la Moda, pero que la empresa atendía bien propósito de fachada para camuflar negocios reales y no podía tardar, como sabía que la policía investigaba algo, a la vez no podía tardar mucho, ya que estaba de licencia no remunerada de su empleo en el gobierno. Necesitaba actuar con cautela pero con prisa al mismo tiempo. Por suerte sus estrategias comerciales estaban funcionando, su gestión estaba siendo un éxito rotundo, la prensa especializada lo alababa, sus hermanas lo apoyaban, los papás Mendoza lo admiraban, los empleados lo halagaban, cada día llegaba más y más ''mercadería'' atraídas por la oportunidad de brillar en las pasarelas. Y brillaron, al menos en UNO de los desfile eses que tenían cada dos meses. A su lado, tenían a Olarte y Gutiérrez como mano derecha de la firma y hasta Mário Caldeirón lo ayudaba a escoger modelos con su look clínico, según el gusto de los clientes europeos, sin saber lo que ocorre.

-¿Y piensa volver al Gobierno, doctor?

-Sabes, Olarte, estoy disfrutando esto de ser presidente aquí, pero sabes que no podemos usar Ecomoda por tanto tiempo, puede levantar sospechas.

-Pero entonces, ¿quién se hará cargo de eso?

-Pues tú aquí o en otra empresa y yo vuelvo a mi trabajo en el Gobierno.

-¡De la forma en que van las cosas, terminarán pidiéndote que te quedes y sigas al frente de la empresa por un período más! –le toca la nariz.

- ¡Mira, no lo dudo! Siempre dije que era la mejor opción para la empresa y aquí estoy!

Daniel había estado apuntando a Sofía desde que escuchó de Olarte, quien se dio cuenta de que había algo mal con los pagos y el contrato del Fashion Group a Ecomoda. Y como sabía que la dama sabía de finanzas y contratos, decidió que era hora de quitarla de en medio. Así que, al descubrir las discusiones de la señora con la amante de su exmarido, fue fácil sacarla del medio.

La siguiente que pretendía que si fuera era Bertha. Sabía que la señora era una chismosa que solía escuchar detrás de las puertas y con eso, podría terminar a descubrir algo. Necesitaba sacarla de allí. Otra a la que no le gustó fue a Sandra, la bravucona alta. Siempre parecía estar curando algo y eso ciertamente no era bueno para los negocios. Mariana no lo molestaba, al igual que Aura María, a quien hasta sacaría a pasear si tenía un poco de clase. Además de chismosas, había notado que las secretarias ejecutivas tenían mucho cariño a la empresa y le tenían un cariño especial a Armando, lo que lo irritaba.

Francesca le había pedido muchas veces a Daniel que despidiera a Sandra, pero él no encontraba ningún motivo para hacerlo, ya que ella era una buena empleada y al menos sabía vestirse, a diferencia de los demás, pero más porque era la secretaria de Mario y no quiero problemas con él.

-Ya te lo dije, Cesca, no tengo por qué despedir a esta mujer.

-¿No soy razón suficiente? Ella me irrita, molestarme.

- Bueno, nunca he visto eso. Gutiérrez o yo tenemos que presenciarlo. No puedo ser injusto.

-Como si fuera perfecto, Dr. Correcto...

-¿Que dijiste? ¡No me provoques, Cesca! ¿Qué estás diciendo, sabe de algo?

-Eh, nada. Ay, Daniel. ¿Eso cuesta?

-Dr. Daniel, mejor Dr. Valencia para ti.

-¿Desde cuando?

-Desde siempre. Ahora ve a trabajar.

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Pero Francesca tampoco es una flor como para oler y logra que Gutiérrez le dé una advertencia a Sandra, luego de una pelea, que ella misma provocó.

Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora