Capítulo 62

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     Al día siguiente era el día del lanzamiento, por lo que no podían hablar. Todo el día tratando con proveedores, clientes, interesados en franquicias, modelos, partners, que se precipitan en Ecomoda. Entre los socios estaba otro cliente de Inversiones Terramoda, Michel Doinell, quien con su restaurante en Cartagena y su buffet Doinell fue el responsable del coctel de lanzamiento.

-¿Doinell?

-¡Hola!

-Pero que haces aqui?

-Ah, ¿no sabías que además de ser cliente de Terramoda, también soy socio de Ecomoda?

-¿Como asi?

-El buffet está dando el cóctel de este lanzamiento. ¿Catalina no te lo dijo? – respondió el hombre en español con un fuerte acento francés a Armando.

Armando no lo podía creer, los problemas con Betty no eran suficientes, ahora tendría que aguantar al francés, porque sabía que además de ser un cliente, Michel era también un amigo muy querido de Betty, un guapo, encantador y amigo extranjero. Un gran peligro.

-¿Michel?

-¡Oh, hola Betty! ¿Cómo estás, mon cherrie? ¿ahora, de cuántas empresas eres presidente?

-¡Oh ojojo Michel es una larga historia!

-Más tarde nos ponemos para que me cuentes todo. Ahora estoy lleno de trabajo.

-No me digas, Michel.

-Pero demuéstralo, Betty, hice mis especialidades. –le mete un canapé en la boca a Betty para que lo pruebe, haciéndola sonrojar. Armando observa todo de lejos.

-¡Maldita sea!

Armando apretó los puños.

Betty no había notado su presencia, al fin y al cabo no le había provocado nada, estaba molesta por lo que pensaba que le estaba pasando a Armando.Aún si solo fuera Michel, Armando bien podría tomárselo a la ligera, el problema es que hasta el hijo de Manoel Becerra, gerente del Banco Montreal, comenzó a cortejarla, dejando a Armando poseído de celos. Pero Armando ni siquiera tuvo tiempo de sentir celos, pues al evento asistió Gabriela Garza, en representación del Fashion Group, quienes se inclinaron por asociarse con Ecomoda de verdad. Lo cierto es que como Gabriela Garza representaba al grupo de moda en el segmento latinoamericano, que incluía a México, Argentina y Brasil, había convencido al Mr. Stevenson e incluso sugirió que Ecomoda era la empresa con la que debían hacer negocios en Colombia.

Unos días antes, Gabriela estaba tratando de hablar con el señor Stevenson en el Fashion Group.

-¿Pero está segura, señorita Garza? ¿Cree que esta empresa está al nivel del grupo?

- Estoy muy seguro, Sr. Stevenson.

Johnson niega con la cabeza, sabiendo que la mujer estaba juzgando el asunto por otros parámetros.

-Lo que sé de esta empresa es que es una empresa familiar y nunca les ha interesado expandir su negocio al mercado internacional.

-¡Si es verdad! De hecho, esta fue la gestión de los fundadores de la empresa, pero actualmente cuentan con una administración moderna.

-Sí, soy consciente de eso. Creo que es una mujer la que maneja ahora.

-Sí. –Gabriela frunció el ceño, no estaba interesada en hablar de Betty. -Están implementando varias políticas de inclusión, de formación de nuevos mercados, no tan restringidos, como lo hacen en Inglaterra.

-¡Interesante, pero no suficiente, señorita, para la propuesta de Moda!

-Se lo dije a Gabriela, señor Stenvenson.-dijo Kenneth

Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora