Capítulo 61 - !La faldita, maldita sea!

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     Armando la encontró minutos después en un bar, el único de la zona. Estaba tan nerviosa que necesitaba beber agua, jugo para calmarse. Pero cuando vio que no lo tenían, pidió un poco de vino.


-Soy un idiota. ¿Pensaste que le agradaría? ¿No ves que este tipo de cosas no se ven bien en mujeres como tú?-Ah, pero mamita ¿por qué lloras?-Oh ven aquí te ves muy bien.En ese momento llegó Armando, y cuando los vio, no le gustó nada.-¿Qué te buscaba, Beatriz? ¿Perdiste algo o qué?-Ah pero que crees? Estuve aquí por un asunto con la chica.-Esta chica es mi prometida.- Pues cuídate, porque si fuera mío, no lo dejaría solo por ahí.Armando pone cara de amenaza y el tipo se va.Betty se aleja.-Mira, Betty... ¿Beber?-Estoy necesitando.-¿Pero por qué?-Es que... que me tomó un tiempo convencerme de despegarme, de hacer un cambio y luego vi que podía ser bueno, que sería interesante y luego Aura María me convenció de que te podría gustar eso, pero...-¿Y quién dijo que no me gustaba?- Otro tipo se acerca.-Ups, mamita quiere bailar?-¿No ves que la señora está acompañada?-Si ves que el doctorito no lo aguanta, déjamelo a mí y lo mezo como quieras.-Mira, tú.El tipo sale tirando pitidos.- Ves, por eso. De hecho, me gustó mucho.-¿De verdad?Armando termina de beber Betty's y pide la cuenta.-Vámonos de aquí.En el coche, empieza a agarrarla ya besarla, recorriéndole las piernas con las manos, que parecen más largas con esa faldita, m faldita.-La verdad es que me está volviendo loco y más loco que ahora todo el mundo sepa lo bueno que es.-Ahí.-Y que estas piernas son así para todos, y que esta boca es más sonrosada y deseable, y que tu cara tersa, nunca la había visto.Betty estaba poniendo los ojos en blanco, a punto de ceder a su locura.-Aquí no.-Entonces sígueme, o no contesto, puedo hacerlo aquí en medio de la calle.Suben al apartamento besándose, Montáz va a la reunión.-Ahora no, Montez, hoy esta mujer es solo mía.Él la toma por los brazos, haciendo que ella junte sus piernas entre él.-Me vuelves loco, si me gustó, me gustó, pero solo lo quiero para mí. No puedo permitir que te miren, que te respiren.-¡Vaya! Pero solo tú me tocas.-Vaya.Armando no podía ni esperar a ver si ella estaba lista, necesitaba amarla con todo su ímpetu y locura, tendría que ser suyo. Pero ella estaba loca de deseo, pues con las caricias que le había producido en el camino, fueron suficientes para estar lista, así que sintiéndola empapada y oliendo a vainilla y orquídeas, hicieron el amor apasionadamente.___
-¡Buenos días! –dijo Armando-¿Que buenos días?  ¡Mi papá me va a matar!-¡Hmm, qué suave!-¡Hablo en serio!-¡Mi niña, eres deliciosa! –beso - Y así, esta cara es perfecta.-Yo... me tengo que ir, ¿qué le voy a decir a mi padre?-Ven aquí, te dije que tomamos cócteles, Nicolás nos cubre.La atrajo colocándola en su regazo chupándole el cuello, ahora come derecho para ponerse fuerte para que podamos hablar de cosas ricas.-¡Solo piensas en eso!-¡Y te gusta mucho! -besa tus labios -no?Después de alimentarse y hacer el amor, Armando la dejó en casa. Le había prestado un abrigo de su hermana, así no podía llegar a casa.- ¡Ah, por fin llegó!-Es que... que... fuemos a un cóctel.-¡Eso me dijo don Armando! Pero, ¿quién dijo que podías ir y pasar toda la noche? ¿A donde fuiste despues?-¡Oh, papá, cerrar tratos!-¿Crees que se manda sola?-¡Papá!-¡Deja a la niñita, Hermes!-¿Pero qué es esto? ¿Lo que se hizo? -preguntó el padre, dandóse cuenta del cambio.-¡Qué hermosa, hija!-¡Ojojo! Mis amigas me convencieron a tener un nuevo look, me afeitaron la cara, me hicieron un cepillo, porque sabían que tenía un evento profesional al que asistir, como el cocktél-Siempre hay eventos profesionales, sin embargo, ¡siempre fue de la misma manera, como corresponde a una niña de familia! Pero, nunca tuve la necesidad de hacerse eso, ¡Ve a tu habitación y péinate como antes!-¡No!______Cuando Julia la seguió hasta el dormitorio, Betty se miraba al espejo, a pesar de todo, le gustaba el cambio. El hombre que amaba siempre fue coqueteado por las mujeres más hermosas y no podía quedarse atrás. Se miró en el espejo, mientras se quitaba el abrigo, recordó lo loco de celos que había estado cuando la miró cambiada y como la amó como un loco como nunca antes, como si la marcara como de él. Mientras se miraba en el espejo, su madre la vio y no podía creer lo que veía.-Pero ¿que és eso, mamita?-¿Mamá? - dijo cubriéndose.La madre no podía creer ver a su hija, con esa ropa, sin su abrigo. Aunque no le gustaba ese tipo de atuendo, reconoció que su hija ya era una mujer era muy bonita.-¿Pero como asi?-Fueron mis amigas, pensaron que lo necesitaba. ¿Crees que me veo bonita?-¿A Don Armando le gustó?-¡Mamá!- ¿Crees que no veo el brillo en sus ojos y que estabas con él? ¿A él le gustó?-¡Si y no!-¿No le gusto?-El cambio, sí, pero no la ropa.-Es que...-Sí, revelan mucho. Es que eran de Aura María, a ella le gustan las cosas así.-¿Y que vas a hacer?-Voy a seguir vestindóme con la misma ropa, pero el cabello lo usaré así: sin el capul.-Ah pero, mija, ¿no tienes un amigo que te pueda ayudar, otro que no sean estos?- No sé, mamá.__________Al día siguiente, Betty fue a trabajar con su blusa a rayas y su vestido marrón. Era el mejor traje que tenía. En la oficina llamó la atención, las secretarias no entendían cómo había cambiado tanto.-Beatriz, lo siento, me tomará un tiempo acostumbrarme a lo que ha cambiado tanto, -dijo la recepcionista.-Ojojo, está bien.-Sra. Ángel quiere hablar contigo.-¿Hola? Sí. Ay, doña Catalina, sucede que ya no podré. ¿A la hora del almuerzo? Creo que puedo.Catalina necesitaba reunirse con Betty para hablar de los nuevos clientes que había conseguido para Terramoda y que necesitaba que ella asesorara a Armando en eso, pero con el cambio, otro tema cobró importancia.-¡No puedo creer, Betty, lo hermosa que estás!-Gracias, doña Catalina.- Dijo que era hermosa, pero que necesitaba aceptar el cambio.-A las chicas les costó mucho convencerme, es que no había salida Ojoj-¿Y compró ropa?-No, no los tengo, solo las mismas, este es la más nueva y tengo uno que me ha regalado Aura María, pero no funciona.-Si hablas de Aura Maria de Ecomoda, ¡entonces no necesitas decir nada más! Si quieres puedo ayudarte.-No hay necesidad de molestarse.-Ahora que has aceptado el cambio, debes recorrer todo el camino. Hagámoslo así, nos encontraremos después de tu trabajo, te recogeré y después de comprar algo de ropa, conoceremos a los clientes.Hicieron lo acordado. Catalina llevó a Betty a comprar ropa, maquillaje, zapatos. Luego subieron a su habitación para dejar sus cosas, a pesar de las protestas de su padre de que saldría de nuevo.-Perdón por mi padre, Doña Catalina. ¡Es muy anticuado!-No te molestes, Betty. El mío era igual, por eso me casé joven. Quiero ver la ropa que te dio Aura María.Catalina no lo podía creer, ese atuendo era demasiado atrevido para Betty.-¿Y qué pensó Armando?-¿Don Armando?-Betty, estamos entre mujeres, se muy bien lo que pasa entre ustedes.-¿Es tan obvio?-Sí, está en las miradas, en los gestos. No tienes que se poner así roja. ¿Qué pensó?Betty cuenta.-Claro que le devolveré este tipo de ropa a Aura María.-A la luz de lo que dije, creo que deberías quedarte con esta ropa.-¿De verdad?-Sí, si tenías el poder de sacarte a Armando de sus casillas, deberías quedarte para una emergencia. Una mujer debe tener sus armas, ya sabes, yo no siempre fui así, vestía ropa holgada.-¿Fuíste tan fea como yo?-¡Nunca fue fea y yo tampoco! Me vestía bien, pero como decía mi padre era controlador y no podía llevar la ropa que yo quería, cuando me casé fue peor, mi marido también era moralista, o peor, falso moralista y hipócrita. Ella exigió ser una mojigata y creía que lo era, hasta que lo sorprendí en la cama con otra mujer.-¡Qué horror!-¡Y no fue la única! No, de verdad, deberías guardar tu ropa. Y cuando sea necesario, utilízalo.Esa noche, según lo acordado, fueron a cenar con Michel que estaba de regreso en la ciudad, habiendo logrado reunir los documentos. Por supuesto, estaba sorprendido por la nueva apariencia de Betty y más complacido de que la niña fuera socia en una empresa.-Mon cherie, entonces es mejor que su empresa haga este servicio.-Ojojo. No es exactamente mi empresa, sino la de Armando, yo soy una de las socias, al igual que doña Catalina.-Très bién.-Eso está bien, Michel. Podemos gestionar que lleves la documentación a la oficina.-¡Así será!Le besa la mano y se despiden.___Al día siguiente, según lo acordado, Betty fue a la sede de Terramoda para encontrarse con Catalina y Armando.-¡Guau! Que es aún más hermosa. Er...-Veo que te gustó, Armando.-¿Cata?-La ayude.


   Pronto se unieron a ellos, Nicolás. Todos hablaban, Armando estaba encantado con Betty cuando apareció, la pesadilla francesa, Michel.-Pido disculpas por la demora. Catalina, mon amour. – la besa -¡Betty, mon cherrie! - la abraza.Nicolás miró el rostro de Armando, quien apretó los puños. Betty miraba a Armando y Catalina miraba a todos.

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Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora