Capítulo 27

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     Mário y Armado habían recibido invitaciones para una fiesta con modelos en un club nocturno que estaban abriendo. Tenía la garantía de los organizadores de que Marcela no estaba entre los invitados, aunque pudo estar Daniel, pero a ellos no les importó nada su excuñado. Mala elección. Estuvieron presentes muchos periodistas, entre ellos Mónica Agudelo, quien, además de todo, estuvo acompañada por un compañero fotógrafo que no era más que un paparazzi.-¡Damos una vuelta, seguro que pescamos buenas historias! - dijo Mónica. No tuve que buscar muy lejos para encontrarlo.-¡Mira a quienes tenemos aquí, los tigres de Bogotá, Armando y Mario! Ronaldo, hoy vamos a tomar muchas fotos. (Ronaldo coloca la cámara y toma fotos, mientras Armando y Mário estaban rodeados de esos modelos, quienes al verlos llegar los rodearon como moscas)-¡Muy bien, Mario y Armando!-Mónica Agudelo!-¡Sabía que disfrutaría bien la noche!El fotógrafo siguió tomando fotos de ellos con las mujeres alrededor.-¡Basta, Ronaldo, ya he tenido suficiente!Mónica salió de allí, tirando de Ronaldo, conocía el temperamento de Armando y no quería correr el riesgo de que fuera agresivo. Armando tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo, corrió tras ella. Pero pronto regresó frustrado.-¡Maldita sea!-¡Cálmate, tigre!La mujer que abrazaba a Mario comenzó a besar su cuello.-Tigre, mejor nos vamos de aquí con ellos a un motel.-¡Estás loco! ¡No voy a ninguna parte!-¿Qué pasa, tigre?-¡Estas fotos aparecerán en varias revistas! ¡Será un escándalo!-¿Desde cuando te preocupan los escándalos? No le importaba cuando estaba comprometido con Marcela, ahora es un hombre libre, puede hacer lo que quiera.-Sí, sí... (Recordó que Julia, la madre de Betty, leía esas revistas y se inventaba una excusa.)Tengo imagen en las empresas para las que trabajo y no puedo salir en revistas.-Habla con Monica, ella puede pensar mejor. Ofrezca dinero.-¡No sirve de nada! ¡Te lo dije, ofrecí lo que tenía en mi billetera! ¡Esta mujer me odia! –dijó Armando.-¿De verdad? ¿Ofreciste TODO? Mónica no es de las que se tiran a la basura. ¿Has probado a ofrecerle tu cuerpo? –dijó Mário-¡No eso no!-¡Ah sí!-¿Por qué no lo ofreces?-Porque no tengo problema en que mi foto salga en la revista pegada a una modelo, hasta es bueno para mi imagen. Más aún Monikita, incluso cuando estaba con Marcela, ¡siempre quise llevarte a la cama!-¡No es no!-No te hagas la dura, tigre, sé lo compulsivo que es con las mujeres o pensaré...Pero Armando, como siempre, hace lo que Mario le dice y va a negociar con Mónica.-¡Estas fotos se verán geniales cuando se revelen!-¡Mónica, esto hará daño para mi image!-¡Nunca se importó con eso!-Necesito tener una imagen responsable en el medio, ya no trabajo en el negocio familiar. ¡Pago lo que quieras, te lo dije!-Hmm, pero el dinero no me interesa! Por mucho que me pagues, la revista paga más y ¡eres venta segura! Se pasa el dedo índice por el cuello, hasta llegar a la cara, apretándola. -¡Hay muchas mujeres que pagan por verlo enganchado a estas mujeres soñando en ser una de ellas! Qué tan ingenuas son, ¿no? Solo te gustan las mujeres como estas en la pasarela.-Mónica, aun así, insisto, di tu precio.Mónica sonríe y le susurra, Armando pone los ojos en blanco, Mário tenía razón, esta mujer lo quiere en su cama. Al verse sin opción, los dos se van a un hotel.-¿De verdad ya no estás con Marcela?-¡Eres la chismosa aquí! ¡Debería saber si estoy o no con ella!-Ella no admite que rompieron. Pero me dijeron que si... Y yo no soy como los demás, no iría contigo si estuviera con Marce! -(Lo sé... falsa.).No llegan a la habitación, porque Mónica comienza a atacarlo en el ascensor, besando a Armando, quien trata de responder lo mejor que puede. Ella lo acorrala contra la pared. Era una mujer hermosa, sexy, provocativa, era tan hermosa que parecía una modelo y además salvaje. Mónica le arrancó la corbata, así como la camisa,-¡Quiero ver lo que hace el tigre de Bogotá!Después de salir de la habitación, pasar por un bar y beber, Armando se sintió utilizado como un hombre objeto._________Cuando regresó a la discoteca, Armando miró a su alrededor y no encontró a Mario ni a la mujer que lo sujetaba. Se recostó y pidió un whisky doble.-¡Armando Mendoza!-Ana Lúcia, ¿qué haces aquí? (Ni más faltaba!)-Trabajando y ¿usted?-Tengo una invitación y vine a honrar la inauguración.-Yo sé, ibauguración, ¿o los modelos?-¿Modelos? ¡No!-¿Y dónde está Mario?-preguntó ella.-Por ahí.- Creo que ya ha cazado algunos. ¿Estás solo? ¿Por qué no me llamaste más?-Ana Lúcia, yo creo que lo que teníamos...En ese momento, Armando ve pasar a Mónica en compañía de Ronaldo.-¡Mónica! -La llamó Armando.Mónica se da vuelta y lo ve acompañado por Ana Lúcia.-Mira, ¿ya engañando a otra mujer?, Ronaldo no se cansa de tener material.-Ana Lúcia, también es periodista y quizá si se conocen.-Aún no había tenido la oportunidad de conocerla.-Mucho gusto.-Mónica, creí haber entendido lo que te pedí.-dijó Armando.-Entiendo, entiendo que ahora tienes una carrera y quieres tener un buen nombre, pero yo también tengo el mío, ¡cariño! -tirale un beso –Y no me pagó con su produto.Ronaldo todavía lleva una de él con Ana Lúcia.-¡Maldita sea!-Armando.-Mira, Ana Lucía...-¡Ya entendí! Me usaste como usa las modelos.-¿Yo? Yo creo que al igual que con los modelos teníamos lo que quieren y tienen los adultos. Nada fue forzado.-Yo sé, pero.-No te prometí nada.-Entiendo. Espero que sea discreto, tengo un nombre en el negocio de la moda.-¡Por mi parte, no saberán nada!Ana Lucia se va.Armando todavía toma otra copa, mirando a su alrededor, ve Daniel y Olarte quienes estaban rodeados de modelos que no tendrían más de 20 años, disfrutando del éxito del desfile. El presidente de su empresa estaba tan ocupado que ni siquiera se dio cuenta de que su excuñado estaba allí.Mónica, desde su coche, llama a Marcela.-¡Hola, Marcela! No sabes a quién acabo de ver en el club que abrieron. ¿Quién más que tu ex? Oh, ¿no és tu ex? ¡​​Eso no es lo que me dijo! No creo que se quede mucho tiempo aqui, pero estaba bien acompañado.Recién terminó de tomar su vaso, se levantó y se fue, mientras Marcela acababa de llegar.-¿Donde está? ¿Donde está? ¡Págame, Armando Mendoza! ¡Eres mio solo mio!


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Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora