Gianluca
- Hijo, ¿cómo estás? - ella se levanta después de estar esperándome media hora en esta sala.
- ¡¿Por qué no me lo dijiste?! - pregunto agitado y no precisamente por estar en movimiento.
- No te entiendo, hijo - frunce el ceño preocupada e intenta tocarme el rostro. Esquivo todo tipo de contacto físico por la ira.
- ¡¡No finjas como si no supieras de lo que un día me iba a enterar!! - grito y mi voz se oye fuerte dentro de la sala que capta está furia que traigo en mi interior - ¡¡Todo este tiempo estuviste ocultándome ese maldito secreto!! ¡¡A ella y a mí!! - la fulmino con la mirada y ella se asusta demasiado. Su cara pinta asombro y algo de miedo - ¿Cómo fuiste capaz? ¡¿Cómo?! - traga saliva y humedece sus labios pálidos.
- Sentémonos y hablemos con calma - propone para tratar de controlar mis emociones.
- ¿Calma? ¡¿Me pides calma en serio?! - alzo mis cejas ante algo totalmente ridículo - Madre, ¿cómo crees que pueda mirar a Rubí a los ojos desde ahora sabiendo que su vida es una mentira? ¡Una puta mentira! - se toca su pecho contendiéndose - Tú lo sabías todo desde un principio. Tú sabías que ella no es hija de esos señores. ¡Que no es una Riera! - niega mirando el suelo - Hasta tú le mentiste en su cara - digo desilusionado.
- ¡Callé para no lastimarla! - grita entre dientes atormentada.
- Y ahora, ¿sabes lo que me toca hacer a mí? - pregunto hiriente. Agobiada cierra sus ojos marrones húmedos con sus manos en la boca.
- Lo siento, hijo... - derrama un par de lágrimas - Tienes razón...- corre a limpiar su rostro con ayuda de sus dedos y me duele el alma. Tengo una piedra muy atascada en mi garganta difícil de sacar - Tienes razón. No hay nada que justifique los hechos que he cometido. La chica tenía derecho a conocer su identidad desde muy pequeña. Rubí...su madre, hubiese querido eso - su nariz, labios, parte baja de sus ojos y orejas están rosadas.
- Tu mejor amiga - respondo.
- Mi mejor amiga - asiente nostálgica y a la vez sonríe - ¿Me permites contarte? - dice casi pidiendo piedad.
Resignado y algo agotado emocionalmente me siento a escuchar. Dispuesto a saberlo todo. Tomamos asiento en la mesa con forma de U alejando ella su bolso de nuestro espacio y baja la temperatura de mi cuerpo con el aire acondicionado.
- Él se mantiene en que yo siempre supe el secreto de Rubí por ser su amiga y estar ahí siempre para ella. Dice que la chica es hija de uno de los que fue su guardaespaldas de confianza, quien les prestó sus servicios en esos entonces, pero...- se detiene.
- Pero ¿qué?
- Yo no creo que Rubí haya hecho eso. Amaba a Leonardo con locura y amaba a su pequeña también - habla como si lo sintiera - Además, nunca noté algo extraño con ese escolta o alguna cosa que ella me haya dicho como para yo poder descifrar quizás, pero no. Nunca vi algo de lo que Leonardo aún sigue acusándola.
- ¿Y las pruebas?
- No lo sé. Sabemos que la prueba de paternidad no es positiva, pero estoy muy segura que mi amiga no pudo haber sido capaz de hacer algo que afecte a su matrimonio - esto más hace que razone.
- ¿Qué sabes del accidente?
- ¿Qué te dijo Leonardo? - responde.
- Envenenamiento y la falla de los frenos del auto.
- ¿Nada más te dijo? - nuevamente contesta mis preguntas con otra pregunta.
- ¿Qué más me tenía que decir? - pregunto calculando su nerviosismo.
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Solo quiero tu verdad
RomanceAl principio no me agradó mucho aquella noticia que hizo que mis planes se arruinaran en tan solo un día. Aquel hombre que me escogió para que sea su escolta era muy misterioso, no se parecía en nada con las otras personas con las que había trabajad...