Rubí
- Gracias Eu - escucho decir a Emma en la mesa.
- Nana – llamo despacio estando en el mesón. No quiero aturdirla debido a todas las cosas que tiene que hacer para tener la casa lista y vaya que le están sacando mucho brillo.
- Dime Rubí – dice desde el otro lado del mesón.
- Nana, ¿algo sucede con los abuelos?
- No te entiendo. Explícate mejor – sigue su mirada fija en las cortadas que está dando a unas papas.
- Es que cuando estábamos en la sala noté que mamá y tú no estaban felices por la llegada de ellos. Por eso pregunto, ¿sucede algo con los abuelos?
- Quien dice que no lo estamos. Claro que sí lo estamos – sus mejillas se esparcen con un tono rosado y por más que trate de creerle, no puedo.
- No es lo que veo.
- Imaginaciones tuyas Rubí – responde lavando sus manos y luego las seca. Indica a una empleada que se encargue del resto de la preparación y se saca el delantal - Ahora estoy ocupada. Tengo que guiar a las demás chicas con la limpieza – dice poniendo fin al tema.
- ¿Y? – pregunta mi amiga al regresar a la mesa.
- No conseguí nada. Todos aquí son como un candado – digo cabizbaja con una mano en mi mejilla - Me hacen sentir como si no fuera parte de esta familia.
- No te preocupes ¿por qué no lo piensas así? Puede ser que tu mamá no se lleve con tus abuelos y no quiere que ustedes vean esos malos momentos.
- ¿Tú crees? – dudo y ella asiente segura por lo que me relajo.
- ¿No pediste nada? – ella muerde su sándwich con tantas ganas que hasta la lechuga casi se le cae y rio.
- Estoy llena – los problemas no me permiten sentir algo de hambre. Suspiro y contemplo que Emma tiene la vista hacia otra dirección y la sigo. Justo en la puerta está mi hermano quien no duda en venir a platicar.
- Hola.
- Hola - respondimos juntas y abro un poco mis ojos cuando veo que saca una silla para sentarse. ¿De pronto, le dio ganas de ser sociable con nosotras o qué?
- Leí tu mensaje. El señor Paul es un miserable – dice irritado.
- No se saldrá con la suya. Ganaremos esto.
- Habrá que estar muy atentos porque podrían hacerle daño a nuestro padre o a la familia.
- Se sabe que ellos fueron quienes tuvieron algo que ver con los otros atentados. ¿Qué otra persona puede conocer tan bien nuestra casa como ellos? – volteo los ojos diciendo lo obvio y recordando esos momentos de horror que vivimos con el asesino de Julián y el atentado de mi papá en su auto.
- Tan bien engañados nos tenían – susurra defraudado. De pronto mira hacia su otro lado - ¿Te vas a quedar a dormir aquí? – Emma se limpia con una servilleta la boca antes de hablar.
- Ahhh, no lo sé – está incómoda y me mira.
- Si tú quieres puedes quedarte.
- Encantada – sonríe.
- Estupendo – dice él embebido por la fragancia de mi amiga que es la que resalta entre los tres. No lo sé, pero creo que debería irme debido a la intensidad del ambiente.
- Iré al baño. Mejor dicho, a tu baño – se tropieza un poco haciendo que se ruborice más. Asiento sonriente viéndola irse. Que maldito mi hermano.
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Solo quiero tu verdad
RomanceAl principio no me agradó mucho aquella noticia que hizo que mis planes se arruinaran en tan solo un día. Aquel hombre que me escogió para que sea su escolta era muy misterioso, no se parecía en nada con las otras personas con las que había trabajad...