Capítulo #45: Noticias

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RUBÍ

Por el impacto de ver todo esto, mejor me desaparezco. Prefiero dejarlos hacer lo suyo.

- ¡A ella! - gritó como una guerrera Annabelle y me volteé rápido para huir. Sin embargo, Miguel me atrapó por la espalda.

- ¡No, espérate! - rogué casi riendo - ¡Estoy recién bañada no lo hagas! - el plato desechable lleno de crema de chocolate está cerca de mi rostro.

- Dale, Miguel, sin pensarlo - que víbora es mi hermana. Ella subida en una silla, mientras los demás se ríen.

Los vi a todos llenos de crema en la cara y en sus ropas. Eu, Emma,

Emilio y ... bueno Gian también, están hechos un desastre.

- Mig...- antes de decir su nombre ya mi cara esta manchada de puro chocolate. No puedo ver y me ha entrado un poco en mi nariz.

Indignada por el hecho empecé por limpiarme los ojos y mi nariz, mientras escucho risitas de disfrute y claro que voy a hacer que se rían más fuerte. Me desquité con mis hermanos con la misma técnica y todos empezamos a tirarnos crema de chocolate que hay en un recipiente grande y las sobras que caen en algunas partes.

Casi pierdo el equilibrio, pero mi amiga me ayudó y como agradecimiento la bañé de crema. Ella no se lo esperó y quiso hacerme lo mismo, pero corrí alrededor de la mesa para que no me alcance. Esto es muy divertido. Casi ni se le reconoce el rostro a mi amiga, entonces fue cuando se le ocurrió la gran idea de coger un huevo que estaba en la mesa y tirármelo.

Automáticamente, me agaché y la pared quedó pintada de amarillo y todos nos atacamos, que ya no sabía quién me tiraba a mi o a quien yo le tiraba. Eu también parece gozar de nuestras locuras y eso me pone feliz. Llegó el punto que me tropiezo con alguien de espalda y giro sonriente para combatir con esa persona, pero no puedo hacerlo.

Mi sonrisa se esfumó un poco cuando reconocí su rostro entre tanto color café en su piel. Ambos nos congelamos estando agitados. Estábamos contentos hace unos segundos y solo con vernos de nuevo nos apagamos reteniendo toda esta pasión por dentro.

- ¿Qué pasó aquí? - entró papá de la nada y todos guardamos silencio quedándonos quietos - ¿Acaso hubo una explosión aquí o qué? - mamá se oculta detrás de él.

- Annabelle, ¿qué hiciste? - miró el piso y las paredes todo hecho un asco.

- No, mamá. Esto lo hicimos todos los que estamos aquí hasta Eu se unió - contestó para salvar su vida. Mi nana no tuvo más salida que aceptar su responsabilidad.

- Sí, señora Marisol. Todos somos responsables. No solo la niña - habló Gian. Ella desaprobó todo. Las travesuras de mi hermana le traen dolores de cabeza.

- Pero no dudo que la cabecilla de lo ocurrido haya sido ella - contestó precisa y no falló. Al ver la cara de ángel de mi hermana no pudo reprenderla mucho más como quisiera - No obstante, tampoco es que haya hecho peor cosa - negó con sus labios reprimidos mirando a mi hermana.

- Por lo menos no quemaron la casa - se me escapó una risa por lo que dijo papá. Él siempre tan lindo con nosotros.

- Mami, ¿no quieres un poquito? - preguntó Annabelle mostrando sus manos manchadas.

- No, no, no - su sonrisa nerviosa apartándose de papá para salir de la cocina es su mejor destino. Casi se cae por lo resbaloso que esta el suelo.

- ¡A él! - escuché a Miguel y me sorprendí verlo ensuciar a nuestro padre. Annabelle desde su puesto le tiró un poco más porque los demás no nos atrevimos.

Solo quiero tu verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora