Rubí
- Bienvenidos - me encargué de recibir a algunos invitados en la puerta del salón con una sonrisa, la cual no me costaba tanto.
Una gran parte del lugar estaba lleno de amigos y compañeros de mi hermana y el resto eran padres de familia y amistades de mis padres.
Nuestros familiares de parte de mamá viven en otro país y es por esa razón que no están aquí pero ellos mismos se han encargado de mandar sus felicitaciones a mi hermana.
Por el contrario está la familia de mi padre que si se encuentra en este país y en la misma ciudad. El problema aquí no es la distancia sino más bien es que mi padre no se lleva con su familia y es por esa razón que no los conozco.
Hace dos años atrás decidí buscarlos por mi propia cuenta pero mi padre me descubrió y me prohibió estrictamente que los buscará. Dijo que las cosas están mejor sin ellos. Así como las nubes ocultan a la luna así mismo mi padre nos oculta su pasado.
- Tu eres la hermana de Anabelle ¿Cierto? - un hombrecito me sacó de mi zona de confort.
Tenía su cabello oscuro en forma de honguito con unos ojos preciosos casi iguales a los míos. Mis manos morían por tocar sus cachetes rosados y arreglar su diminuta corbata de lazo chueca.
- Sí, ¿Porqué? ¿Hay algún problema? - esperen, yo a este niño lo he visto antes creo que Leonor lo trajo un par de veces a la casa a jugar.
- ¿Dónde está ella? - lucia impaciente. Me dió risa solo de verlo.
A pesar de que algunos ya estén de vacaciones y otros no por los famosos supletorios, se han tomado el tiempo de venir y compartir un día especial con Leonor.
- Ya mismo baja. Se está terminando de alistar.
- ¿Le falta mucho? ¿No crees que ya es tarde? - pensándolo bien, sí. A mí padre siempre le ha gustado que nuestros cumpleaños sean celebrados en la noche porque hay él puede estar presente después de salir del trabajo y estar más relajado.
- Ya deja de hacer tantas preguntas, David - Ximena, amiga de mi hermana se aproximó a nosotros - lo siento, Rubí - reí por dentro. Así que mi hermanita tiene un pequeño galán.
- No hay problema - sonreí. Terminó por llevarse a su amigo.
Según mi intuición ya habían llevado la mayoría de invitados así que caminé para recorrer todo. La mesa central llena de bocaditos y adornada con los globos de varios colores. El pastel grande personalizado por su banda favorita como lo pidió la cumpleañera y una mesa grande aparte para los regalos de los invitados...
Unas manos frías me impidieron seguir viendo.
- ¿Quién soy? - reconocería esa voz donde sea.
- Ismael - susurré despacio sintiendo su rostro cerca de mi mejilla. En un giró rápido lo tuve de frente y lo admiré contenta - llegaste.
- Claro. Como podía perderme el cumpleaños de mi futura cuñada - su sonrisa perfecta me hacía sonreír a un más - Por cierto, ¿Donde está? - es la segunda persona que me pregunta lo mismo. Con firmeza sus manos sujetaban mi cintura y las mías terminaron en su cuello.
- Está arriba arreglándose. Mi nana y mi mamá la están ayudando mientras yo recibo a los invitados - miré sus ojos celestes cada vez más enamorada.
- ¿Y a mi porque no me recibiste? - sonrió coqueto.
- Me descuide, creo - alcé mis hombros - ¿Qué quieres que haga para enmendar mi error? - acomodé el cuello de su abrigo largo coquetamente.
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Solo quiero tu verdad
RomanceAl principio no me agradó mucho aquella noticia que hizo que mis planes se arruinaran en tan solo un día. Aquel hombre que me escogió para que sea su escolta era muy misterioso, no se parecía en nada con las otras personas con las que había trabajad...