Capítulo #19: Intriga

203 36 29
                                    

Rubí.

- ¿Qué más quieres que te firme? - pregunté.

- Este documento - me entregó una hoja llena de otras firmas - Aquí y aquí también - me indicó las rayas en blanco donde tengo que firmar.

Leí un poco antes de darle validez al documento y no es que desconfíe de Emma, pero siempre hay que estar atento a lo que uno firma. Ella puso en orden los documentos y los dejó a un lado para lanzarme su mirada vigilante.

- ¡Ahora sí cuéntame todo! - se cruzó de piernas.

- Gianluca, es el guardaespaldas de mi papá - guardé mi pluma negra ya que no la iba a utilizar más.

- ¿En serio? - asentí - ¿Y por qué tiene guardaespaldas tu papá? - empezaron las preguntas.

- No lo sé, no me quiere decir nada. Según él para no preocuparme. Traté de sacarle información, pero fue inútil - suspiré recordando ese momento.

- No se supone que él y tú siempre han tomado decisiones juntos, es decir, ustedes hacen un gran equipo - ella sabe perfectamente cuanta confianza existe entre nosotros.

- Lo sé, lo sé...- pasé mis manos por mi cabellera corta como cuando uno sabe que la ha embarrado – Pero, ¿qué quieres que haga? Mi padre me ha dejado aún lado en esta ocasión y no puedo hacer nada para que cambie de parecer - dije afligida - Ni a mi mamá la tomó en cuenta.

- Pues busca información en otra parte - respondió.

De pronto por mi mente pasó Gianluca cuando estuve en su habitación en la madrugada y secó mis lágrimas con su pañuelo celeste "mi color favorito".

- Sí, lo hice. Le pregunté a Gianluca, pero no puede decirme nada porque mi padre le ha dado órdenes estrictas de no comentar nada a la familia. Ahora, si él se niega a decirme algo peor los demás guardaespaldas - mis manos parecían un pulpo en el mar de tanto que me exalté al hablar.

- ¿Cómo? ¿Hay más? - ella apoyó sus codos en mi escritorio. Sus cejas pintadas se alzaron del asombro.

- Sí, ¿qué no te lo comenté?

- Claro que no. ¡Torpe! - trató de darme un golpe en mi cabeza. Obviamente me alejé - ¿Cómo se te pudo pasar por alto semejante dato? - negó con la cabeza - Que falta tan gravísima hacia tu mejor amiga - bromeó un poco mientras yo reía ¿Será que todas las mejores amigas son así de exageradas? - ¿Y qué tal? - volvió a sentarse correctamente.

- No te entiendo.

- Rubí, no te hagas - volteó los ojos.

- En serio, no me estoy haciendo - reí.

Ok. Si sé a a qué se refería, pero no quiero entrar en detalles. Eso es cosa del pasado.

- Sé que, si sabes, pero no lo quieres admitir - me apuntó con una pluma. Pusé los ojos en blanco.

- Oye, mis ojos no solo sirven para estar evaluando traseros ajenos - dije recordando cuando nos sentábamos en una de las gradas del colegio en el recreo para evaluar que tan buenos estaban los chicos.

Siempre me repetía que quería un hombre como aquella estatua famosa conocida por su nombre "El David" de Miguel Ángel. Claro que yo me reía con ganas.

- Conmigo no tienes que fingir ser la protagonista de la película "Bird box" que nada ve - se tapó los ojos con las manos - Bien que en el colegio te gustaba estar viendo y ni se diga en la U. Bueno, todo cambió después que te hiciste novia de Ismael - admitió - Ya solo te gusta estar viendo el trasero de él.

Solo quiero tu verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora