Capítulo #88: Bebé a bordo

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Gian

- ¿Qué dijiste? - frunzo el ceño viéndola.

Ha conseguido que deposite toda mi atención en ella, tanto así, que reconozco como la comisura de sus labios tiembla y su cuerpo está sumamente rígido.

- Vas a ser papá - contesta clavándome sus ojos de otoño y a su vez, abriendo en mí una brecha de puras sensaciones primerizas.

Estoy estupefacto que siento mi cuerpo desfallecer, bajo la mirada y todo me causa curiosidad. Mis zapatos sucios, por ejemplo. Parpadeo pensativo dejando que mi cuerpo tenga el control, ya que mi mente sufre un descompuesto. Pasan los segundos y ella no se ríe de su broma.

- ¡Por el amor de Dios, dime algo, Gianluca!

¿Gianluca?

A este nivel de llamarme por mi nombre completo ha llegado su broma.

- ¿Gianluca, no me piensas decir nada? - oigo su voz opaca y vibrante, por lo que vuelvo a buscarla a la distancia. Está bastante afectada, tiene charcos de agua en sus ojos que me advierten que lloverá y que gritan a mares por mi voz.

- ¿Estás embarazada?

No soy consciente ya ni de lo que digo, pero tengo la pisca de querer estar completamente seguro. No porque dude de mi chica, sino porque ha sido una bomba que ha reventado en mi cara que ni siquiera me lo esperaba.

- Sí - asiente reafirmando con una expresión tierna.

La sangre se me ha venido a los pies de nuevo que necesito sentarme y procesar. Aún estoy boquiabierto y no tengo espacio para emitir algo concreto.

- Amor...- susurra arrodillada conmigo y acariciando mi espalda, solo que no lo hace con plena confianza. Creo que tiene miedo - Amor, yo... Yo puedo comprender tu reacción, para mí fue igual - titubea un poco y siguen sus manos cálidas dándome fortaleza - Lo siento por no haberme cuidado y ponernos en estos aprietos ahora. Tal vez no sea lo que esperabas oír, pero... te pido no me dejes sola en esto. Te necesito, te necesitamos...- dicho esto enfrento su cara que está a milímetros de la mía e inmediatamente desconfía de mi reacción.

Entrelazamos miradas y di un paseo por sus refinados rasgos. Esta hermosa mujer de nariz respingada y de piel de algodón que tengo apoyada a mi lado será quien me dé un hijo que me dirá papá por primera vez y que tendrá mucho de ella, así como de mí también. Tanto es el asombro que estoy maravillado, sin embargo, ya he vuelto a caer al planeta tierra imaginando un sendero de pañales y biberones.

- Pensé que te iba a gustar la noticia - dice cabizbaja y deja de tocarme.

- Los pañales están muy caros.

- ¿Qué? - me mira rápido e inspecciona mis gestos.

- Que digo que los pañales están muy caros. Tocará ponerle de tela.

- ¿Qué? - frunce el ceño.

- Lo que oíste.

- ¿Es en serio, Gianluca? - pregunta con un poco de molestia - ¿¡¡Gian, te he dicho que estoy esperando un hijo tuyo y a ti lo único que te preocupa es que los pañales sean caros!!? ¡¿Bromeas?!

- No los desvalores.

Se queda estática.

- ¡No lo puedo creer! - exclama ya molesta con las mejillas rosadas - Yo creí que tú...- llega al límite y se quiebra.

Veo como estira su calentador negro para poder levantarse, pero tiro de ella sorprendiéndola. Cae sobre mi regazo.

- Espero que él o ella salga idéntico a ti, incluso cuando esté enojado, porque hasta enojada eres muy hermosa - manifiesto viendo como sus pupilas se dilatan y pestañea incrédula unas cuantas veces, pero al cabo de unos segundos, me muestra su sonrisa encantadora.

Solo quiero tu verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora