Capítulo #13: Nos volvemos a ver

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RUBÍ

- Buenos días, Eu - dije alegre y le di un dulce beso a mi nana en la mejilla.

- ¿Cómo amaneció mi niña? - preguntó con dulzura.

La encontré lavando los platos con un poco de música. Por más que mi papá le ordenaba que no tenía que hacer esa labor, ella continuaba haciéndolo. Su papel en esta casa es cuidar de mi hermana menor, así como lo hizo con mi hermano y conmigo en nuestra niñez.

- Muy bien, como los mismos ángeles - estiré todo mi cuerpo para después sentarme en uno de los asientos de la barra del comedor.

- ¿Papá, ya desayunó? – intenté recogerme el cabello, pero fue en vano.

Mis coletas siempre terminaban con varios mechones sueltos y tenía que acomodarlos con unas vinchas invisibles, pero esta vez no me iba a complicar la vida, así que lo dejé suelto.

- Sí. Tu papá como siempre se levantó temprano a desayunar, pero creo que hoy lo hizo por otro motivo - contestó.

Comenzó a colocar los platos en su lugar.

- ¿Otro motivo? – fruncí el ceño.

- Sí. Él está reunido con unos hombres importantes en el despacho - respondió - Recién le acabo de abrir la puerta a uno de ellos, pero yo creo que ya terminaron de hablar.

- ¿Hombres importantes? - repetí sus palabras.

Decidí no quedarme con la duda y averiguar. No es posible que ahora decida ocultarme cosas cuando siempre hemos decidido juntos.

- Rubí, ¿A dónde vas? - alzó la voz.

No pude evitar detenerme. No la podía dejar con la palabra en la boca.

- Voy al despacho – sonreí.

- ¡Así en esas fachas! - señaló mi pijama de dos piezas.

Pantalón de algodón estampado y una blusa lisa blanca en el centro con mangas largas celeste acompañado de las palabras "Get Away" y mis cómodas pantuflas de lana color gris como el humo.

¿Qué tiene de malo mi pijama? - pensé.

- Mejor ven a desayunar que estos son tus últimos meses en esta casa y no podré prepararte tu desayuno preferido - me llevó con ella devuelta al asiento.

A veces mi nana se pasaba de atenta y por eso la adoraba aún más.

- No digas eso que me pones triste. Además, eso no te corresponde realizar - dije algo molesta - Hagamos algo para ganar ambas. Voy primero a lavarme los dientes y después ir al despacho de mi papá. Luego vengo a comer tu desayuno hecho por tus fantásticas manos – la miré esperanzada y acaricié su cabello ondulado.

- Esta bien, pero no te enojes con tu padre – se preocupó.

Mi padre no puede tener fuertes impresiones debido a que sufre del corazón desde hace 9 años

- Regresaré por el desayuno. No te preocupes.

- Bien - me dejó ir.

Entré a mi habitación y arreglé mi cama que estaba destendida para después lavarme los dientes. Me mire en el espejo mis ojeras, iban de mal a peor. De verdad que las odiaba me hacían parecer a los muertos que salen en el videoclip de " Thriller" de Michael Jackson.

¿Será que estoy exagerando?

Bajé las escaleras y fui en busca de mi padre. Estaba en frente de la puerta del despacho y giré la manilla.

- Papá, quiero.... - no terminé de hablar.

Un cuerpo desconocido me dejó inmovilizada en la puerta. Esta persona no se movía de mi camino, así que no tuve más remedio que mirar de quien se trataba.

Era un hombre con el semblante serio que me miraba intensamente con sus ojos celestes con una...

¿Mancha?

Lo reconocí de inmediato, pero aun así no entendía que hacía él pisando mi casa. Tragué saliva y sentí mis mejillas arder de tanta cercanía.

- ¡Hija, que sorpresa! - escuché a mi padre detrás de Gianluca.

¡Si, todavía recuerdo su nombre!

Sin decir nada ingresé al despacho como era mi objetivo. Para mi sorpresa también estaba aquel hombre que se comportó grosero conmigo en la empresa.

- Buenos días, papá. ¿Qué está pasando? ¿Quiénes son estos hombres? – pregunté relajada.

Sabía que no me había dicho la verdad cuando lo interrumpí en su oficina ese día cuando hablaba por teléfono con un tal Santiago.

- Te presento a nuestros guardaespaldas – extendió su mano derecha hacia los hombres que estaban en frente de nosotros.

¿Nuestros guardaespaldas? ¿Para qué?

Tenía tantas dudas que tenían que ser aclaradas por él mismo que estaba pensando seriamente en preparar una entrevista.

- Ven – mi papá tocó mi espalda - Te los presento. Ellos son: Erned Josep, Perasi Emilio y Holmberg Gianluca - fingí no conocerlos. Bueno, a él hombre llamado Joseph realmente no lo conocía.

A todos les extendí mi mano.

- Un placer conocerlos. Soy Rubí Riera - dije con la sonrisa más falsa del universo.

Recuerdo no haberles mencionado mi primer apellido cuando nos conocimos.

- Igualmente - contestó amablemente Josep y sentí la profunda mirada que me transmitían Emilio y Gianluca.

- Rubí, ya sé a qué has venido, pero en este momento estoy ocupado con ellos. Prometo explicarte todo después - sus ojos celestes me miraron con cariño – Además, deberías subir a cambiarte de ropa – rio y observé mi ropa avergonzada.

¡Estaba totalmente desentonada de look!

- Esta bien - observé por última vez a los dichosos guardaespaldas.

Emilio y Gianluca parecían realmente preocupados. Asumo que es porque temen que diga algo en contra de ellos, pero esa no era mi forma de jugar.

La barriga me gruñía mucho así que no dude en salir. Como lo había prometido fui corriendo a la cocina a contarle todo a Eu.

¡Hola queridos lectores!

Mil disculpas por la demora de los capítulos. He estado muy pero muy ocupada con tareas, exámenes, cursos entre otras actividades, pero no crean que me he olvidado de esta historia romántica, no para nada, aunque sea de poco en poco escribía. 😊😊

Disculpen si encuentran faltas ortográficas. Si las hay me gustaría que comenten para poder corregir y no olviden contarme sobre que les parece los personajes o sino otras cosas relacionadas a la novela.

Cuídense mucho y sean siempre positivos en esta vida. 🤗🤗💜💙💚 No se olviden de votar.

Solo quiero tu verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora