Capítulo #22

212 26 47
                                    


Este capítulo va dedicado a Kathyzkeith

Después de que Emilio me confirmará que se encontraba con el señor Leonardo y con Miguel almorzando en la oficina porque él patrón lo prefirió así volví a manejar con más de tranquilidad.

Las palabras comenzaron a ser un escudo muy fuerte entre nosotros ya que estuvimos conversando acerca de su familia y de la mía. Al final de todo la terminé considerando como una amiga o eso creo. Sentí que de verdad quería saber más de mi, que quería saber quien soy debajo de este atuendo profesional y yo también quería saber más de ella, quería saber la raíz de sus sentimientos sumisos.

Su familia me ha demostrado lo diferentes que son de otras familias adineradas. A pesar de que lo tienen todo saben manejarse perfectamente como las demás personas, con humildad.

Sin más intercambios de miradas y respuestas llegamos a mi hogar. Mi cuerpo respondió al ver la puerta de mi casa. La misma puerta que me vió entrar y salir por grandes decisiones que tomé en mi vida que terminaron fichandome sin piedad.

- ¿Cuál es tu hogar? - sacó la cabeza de la ventana y vio todas las casas que estaban alrededor.

- Adivine.

- Soy mala en eso. Ni a la lotería le pegó - volteó a verme con sarcasmo. Por supuesto que terminé riéndome.

- Es aquella - le indique y miró - es sencilla a diferencia de su ca...

- No hay diferencias. Así que no digas eso - me callo. Abrió de más sus ojos para mirarme como si hubiera dicho algo terrible - es un hogar igual que el tuyo, que el mío o de cualquier persona además está hermosa - me sonrió.

- Gracias - me liberé del cinturón y bajé.

- Espera - me detuvo antes de que cierre la puerta. Se soltó también de la seguridad y se inclinó hacia la parte de atrás.

- Ten - me entregó el ramo de tulipanes blancos. Lo había olvidado.

- Gracias - los cogí - ¿No va a bajar? - pregunté. No quería dejarla sola eso sería muy descortés de mi parte después de lo comprensiva que ha llegado a ser conmigo.

- No. Yo me quedaré aquí. Este momento es de ustedes como familia. Yo no encajo - me esta dando mi espacio - subiré el vidrio y prenderé el aire acondicionado para te que vayas más tranquilo - me quedé pensativo - no me pasará nada - puso los ojos en blanco y suspiró.

No es mi deber protegerla pero si le llega a pasar algo el patrón no me lo perdonaría, ni yo menos.

- De acuerdo - cerré la puerta.

Cada paso que daba me hacía sentir más ansioso y deseoso de saber cómo van a reaccionar mis padres. Terminé estando al frente de la puerta y suspiré. Volteó a ver a la chica de ojos de otoño y me di cuenta que me estaba observando y me sonrió a la distancia. Toqué el timbre con mis manos heladas y en unos minutos escuché unos pasos a lo lejos. Mis ojos celestes reconocieron al hombre alto y con barba.

Mi padre.

Tardó unos segundos en procesar todo, tal vez en reconocerme porque físicamente he cambiado mucho.

- No lo puedo creer - soltó la manilla de la puerta y abrió sus brazos para mí - Gianluca, hijo - dijo emocionado mientras el abrazo se volvía más largo - No puedo creer que estés aquí - me miró de arriba a abajo. No paraba de tocar mi mano libre y fijarse de como el tiempo a pasado en mi.

- Hola, papá - dije con un nudo en la garganta. No me salían más palabras.

- Solo eso me vas a decir después de todo este tiempo - bromeó y acomodó sus lentes negros. Me fijé que estaba vestido con ropa deportiva, lo cual es súper raro porque a él nunca le ha gustado vestirse sport y ha bajado un poco de peso - esas flores no son para mi ¿Verdad? - sonrió - ven pasa. Tu madre gritará de la emoción - caminé hacia el interior de la casa de color durazno.

Solo quiero tu verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora