Este desayuno está muy delicioso se me antoja repetir pero por el tiempo decido abstenerme. Mientras veo a Joseph comer su tostada espero impaciente a Emilio. Ayer quise hablar con él sobre la incertidumbre que quedó en mí sobre la señorita Rubí pero llegó tarde, así que decidí no molestarlo.
Tuve la oportunidad de tener a la chica de ojos de otoño cara a cara pero no atreví a preguntarle nada debido al mal humor que traía gracias Paula.
Esa mujer me va volver loco de tanto acoso. El pasado no va a volver y menos me va a traer de vuelta el cariño que una vez sentí por ella. Quisiera que lo entienda de la mejor manera pero es tan testaruda.
- ¿Qué piensas tanto? - Joseph me sacó de mis pensamientos. Con ayuda de sus manos llevó su otra tostada a la boca.
- Quiero hablar con Emilio y no se digna a bajar.
- El joven Miguel ayer salió de la casa muy tarde al parecer tuvo otra bronca con el señor Leonardo y por supuesto Emilio tuvo que salir tras de él - me dió la noticia.
- No se porque siento que esos dos no se van a llevar bien - en estos pocos días que hemos estado aquí no he visto nada positivo entre Emilio y Miguel.
- Pues sí, también pienso lo mismo pero así es nuestro trabajo tratar con algunas personas problemáticas o fastidiosas - suspiró.
- ¿Y la señora de la casa no es problemática o fastidiosa? - pregunté.
- Es problemática para escoger un vestido después de probarse tantos y de paso escoge el más feo. Fastidiosa cuando dice que hace calor y no hace nada de calor - volteó los ojos - pero después de todo es una señora cool - alzó sus hombros - en lo personal me trata bien y sobre todo es muy refinada.
- Eso se escucha genial - ambos sonreímos.
Dejamos de hablar porque una personita de estatura pequeña entró a la cocina.
- Buenos días. Soy Annabelle - ella traía puesto su uniforme escolar. Nosotros nos paramos de la mesa que el señor Leonardo había comprado para nosotros los guardaespaldas para poder comer mejor - Tú debes ser Joseph ¿Verdad?.
- Un gusto, pequeña - dijo Joseph encantado. Imagino que le hubiera gustado ser padre.
- Y tú Gianluca ¿Cierto? - ella me miró.
- Encantado de conocerte - me tuve que inclinar para darle la mano. Era imposible no sentir ternura al tocar su pequeña mano - Eres muy inteligente como supiste quién era quién.
- Simple. Mi mamá me comentó que los guardaespaldas que contrató mi papá tienen los ojos de colores distintos. Gianluca celestes, Joseph cafés oscuros, Paula verdes y un tal Emilio que no conozco todavía Grises.
- ¡Vaya!. Te han preparado muy bien - sonreí. Esa fue una gran respuesta.
- Annabelle, ya tienes que estar afuera. La señorita Paula te está esperando desde hace rato - entró la nana Eu por sorpresa - siento que la niña los haya interrumpido en su desayuno.
- No se preocupe. La pequeña nos ha alegrado el día - dijo Joseph.
- Que bueno entonces - dijo Eu contenta - Vamos Annabelle - estiró su mano para que la niña la tome.
- Chao - se volteó Annabelle y salió sola. Dejando la mano de su nana estirada.
¡Creo yo jamás le hice eso a mi nana!.
- ¡Niños! - la mujer de más de edad negó con la cabeza - cierto Joseph, dice la señora Marisol que dentro de una hora van a salir así que esté preparado - aviso Eu.
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Solo quiero tu verdad
RomansaAl principio no me agradó mucho aquella noticia que hizo que mis planes se arruinaran en tan solo un día. Aquel hombre que me escogió para que sea su escolta era muy misterioso, no se parecía en nada con las otras personas con las que había trabajad...