Capítulo #9: Mi mejor amiga

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RUBÍ

- Amiga, aquí están los diseños que necesitas. Recién los acaban de modificar según... - el sonido de unos tacos y la voz de una mujer me indicaron que alguien estaba detrás de mí.

Mi mente en aquel momento estaba buscando un vago recuerdo, pero no lograba hallarlo por más que me esforzaba. Tengo una sensación de que yo ya había visto a esos hombres antes.

- Rubí, ¿Qué miras tanto? - la chica se colocó a mi lado - Amiga, deberías dejar las drogas. Cada vez vas peor - se puso delante de mí. Sus manos cogieron mi rostro con cuidado y su mirada demostraba total preocupación y unas lágrimas a punto de salir. Aquellas palabras me hicieron reaccionar.

- ¡Ay, Emma por Dios que cosas dices! - aleje sus manos de mi rostro - Si una persona que no fuera parte de esta empresa te llegara a escuchar, te creería de inmediato - me moví inquieta mientras ella se moría de la risa. Ya después se acomodó su vestido café ajustado a su esbelta figura.

Emma es mi mejor amiga dos años mayor que yo, aunque muchos dicen que debería ser al revés debido a que ella parece ser un poco más inmadura, es alocada, extrovertida, risueña y se viste demasiado sexy.

Mi padre al principio no le gustaba mucho que me junte con ella por la sencilla razón de que tenía miedo de que cambie mi personalidad y obvio que eso no daba al caso.

A mi amiga la conocí en mi penúltimo año de colegio. Actualmente, ambas estamos apuntó de culminar la carrera de diseño gráfico, pero en diferentes ramas y llegar a obtener el tan esperado título. Logré conseguirle un empleo en esta empresa para que pudiera ayudar económicamente a sus padres. En especial a su papá que tiene diabetes.

- Acabas de admitir que soy muy buena actriz - sus ojos marrones oscuros destellaban alegría. Llevaba consigo una carpeta azul.

- Pues sí, no lo voy a negar. Te hubieras dedicado a la actuación. ¿No crees?

La verdad es que Emma es muy buena actuando que me ha hecho caer en algunas sus bromas pesadas, tiene el maldito don de llorar así de la nada como si sus ojos fueran unas llaves que al momento de abrirlas caen lágrimas de inmediato.

- Pues sí. Sabrá Dios porque no quiso que fueran, así las cosas - se cruzó de brazos - Pero bueno, no me cambies el tema .

- No he cambiado de tema - sonreí ante su confusión.

- Como sea, ¿Qué era lo que mirabas tanto? - preguntó - Te estaba hablando y ni en cuenta me tomaste.

- No nada. No tiene importancia - alce mis hombros.

- Yo creo que sí tiene importancia y me lo vas a contar ahora mismo - insistió. Me negué en responder - Dime, que me muero de la intriga - sacudió uno de mis brazos. Sus uñas largas me lastimaron un poco.

- Esta bien, pero te lo contaré así en breve - dije calmada. Ella se puso feliz como si fuera una niña pequeña cuando le compran un juguete solo por su capricho.

- Suéltalo.

- Antes de que tú vinieras conocí a dos hombres. Dijeron que venían por una entrevista de trabajo - sus cejas perfectamente depiladas se unieron - Yo estaba tomando unas fotos a la escenografía buscando un mejor ángulo cuando me imagino que por error ellos pasaron por la escenografía y justo fueron capturados por mi cámara - se veía que estaba interesada en lo que decía - No sé cómo paso, pero uno de ellos prácticamente me trató mal porque hubo una confusión debido a mi nombre y el otro tipo al ver que aquel hombre estaba alterado se acercó y se disculpó por él - de pronto Emma me interrumpió.

- Detente ahí. Tú dices que ellos vinieron por una entrevista de trabajo ¿De qué o Qué? - sus manos se movían de un lado a otro - Porque yo tengo entendido que la empresa no está buscando por el momento personal.

Solo quiero tu verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora