XVII

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-Ya era hora - respondió Kota algo molesto.
Pues los dos clones de Deku que estaban con ellos le daban un pequeño escalosfrios.
Porque ambos estaban con sus ojos cristalizados, sonriendo como bobos mientras se morfina levemente sus labios inferiores y cruzaban sus brazos, y para su remate tenían sus mejillas levemente sonrojadas.

Cuando Eri los llamó tímidamente a ambos, estos simplemente quedaron en su mundo.

-¡Copias baratas! - llamó el niño a los dos clones, quienes seguían igual que antes.
Kota se dio un leve golpe en la frente por la frustración.
Le hubiera gustado si pudiera darle un golpe con su quirk, pero ellos se desvanecerian.

Así que simplemente se acercó a uno de ellos a sus espaldas.
Con un poco de ayuda se su quirk se elevó hasta su cabeza para darle un golpe directo con toda la fuerza que tenía.
-¡Ya despierten, que patéticos se ven así! - regaño el niño.

El clon quien recibió el golpe se sobo la cabeza, si había salido de su sueño donde veía una destrucción de la sociedad.

-Mocoso mal educado - regaño clon.

- Se parece a Kacchan - comentó el segundo con una sonrisa, y este igual había despertado de su suelo con ojos abiertos.

-¡No me parezco a ese gritona! - grito fastidiado el niño.
Algo que provocó una leve risa por los dos clones de Deku.

Dejaron ese pequeño espectáculo y se concentraron en lo que realmente tenían que hacer.

Uno de los clones se acercó al panel de control y bajo la palabra que estaba en la parte superior de todo el control.
Rápidamente sintieron un leve temblor.

-Jejje. Vaya. Al parecer estaban desesperados por salir - comentó uno de los clones.

-¿Nos debemos de quedar aquí? - pregunto Eri.

-Deku no dijo nada sobre eso. Supongo que si. Salir de aquí con todos esos villanos sería un peligro - le respondió Kota.

Manos clones de posicionaron en las puertas. Para ver que nadie se acercara a los niños.

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-¿Que es esto? ¿Una evacuación? - preguntaba uno de los prisioneros mientras salía de su celda.

-Da igual lo que sea. ¡Vamos rápido a la salida y ser libres! Ya no aguanto más esta prisión - le respondió otro.

-No veo nada de amenaza... Tampoco veo a los guardias - comentó uno mientras seguía sacándose el chaleco anti fuerza.

-Mejor así.

Los villanos salían a pasos apresurados.
Algunos estaba confundidos de lo que estaba ocurriendo.
Algunos ni siquiera las importaba eso, estaban felices porque podría serían felices y volverían a hacer sus fechorías en la cuidad.
Otros estaban muy aliviados. Porque dentro de poco tiempo ellos tenían una condena, que era la muerte después de una tortura. Y eran los que más rápido corrían. Podían ser villanos, pero al final igual eran seres humanos con miedo a la muerte.

Todos se dirigieron a la salida.
Una vez que estaban casi cerca y ver porfin la luz natural entrar por aquella puerta que estaba destruida, era algo maravilloso para ellos.
Pero en medio de aquello había un cuerpo mediano que cada vez se hacía más notable entre más se acercaban.

-¡Oye niño quitate del frente! - regaño uno de los villanos!

-Dejalo. Será aplastado por la multitud. Nosotros vámonos.

For my blood, sweat and tearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora