13

501 23 0
                                    

Estaban todos en el puerto, esperando a que llegaran los barcos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaban todos en el puerto, esperando a que llegaran los barcos. Ragnar hasta enfrente con uno de sus pequeños entre los brazos y Bjorn a su lado, un poco más atrás Eyra con su séquito. Siggy atenta la llegada de su pareja, el rey Horik y su hijo un poco aparte. Era el Jarl Borg quien se les había unido, Rollo había logrado su cometido, algo bueno habían negociado de por medio para que se retomara la alianza entre ambos Jarls y el rey. Volvieron al salón para que todos degustaran un banquete.

—Siggy le sigue lavando el cerebro al rey Horik— dijo Brenda.

—Quiere destronar a Ragnar— dijo Elin.

—No le gusta su estatus de esclava— dijo Eyra—. Aunque mi madre tenía razón, fueron benevolentes con ella y su hija, pues la pudieron asesinar y en su lugar les perdonaron la vida.

***

El retorno de Lagertha no fue recibido de buen grago por su esposo, pues había partido sin su permiso y regresaba sin sus hijos, cuando el Jarl ya tenía planes para ellos, incluso dejó a varias doncellas atrás, sin explicar si fueron asesinadas o solo decidieron quedarse a servir a su nueva señora. Cuando el Jarl despreció a su esposa y la mandó a dormir sola, Sigrid supo que se trataba de una trampa, así que le ordenó cambiar lugares y la mandó a su choza, a cuidar de la joven Gerda.

Cuando irrumpieron en la alcoba, Sigrid se escondió detrás de la puerta y les plantó batalla por un momento, antes de que la dejaran desarmada y la tiraran al suelo, donde le propinaron patadas a lo largo del cuerpo, cerrándole el ojo izquierdo y seguro fracturándole algunas costillas en el proceso. Luego de dejarla ahí mal herida, Lagertha regresó sin ser vista para curarle las heridas y agradecerle la ayuda. Mas su escudera le aseguró que no debía agradecer, le prometió a sus hijos que cuidaría de ella y no pensaba fallar.

A la mañana siguiente, el Jarl estaba aún más molesto porque su plan no fue acatado como pidió. Su esposa estaba intacta, sin ningún rasguño, en cambio era su esclava la que recibió todos los golpes, les aseguró a sus sirvientes que luego ajustaría cuentas con ellos, intentó humillar a Lagertha una última vez, comparándola con la diosa Freya, su juventud y sus hermosos pechos, a punto de descubrirle los senos para que toda la asamblea los apreciara, la esposa del Jarl tomó el cuchillo y se lo clavó en el ojo, ganándose salpicaduras de sangre y los incesantes gritos del adolorido, quien cayó de rodillas, uno de los acompañantes desenvainó la espada y, en lugar de atacar a Lagertha, le cortó la cabeza al Jarl dándole la victoria a Lagertha.

***

Las cosas se habían puesto más tensas en Kattegat tras el ataque al Jarl Borg. Al rey Horik solo le interesaba atacar y saquear Wessex lo más pronto posible. Aseveraba que se vengaría del rey Egbert a como diera lugar, ni se inmutó ante la presencia de Eyra, sentada al lado de su amado padre, quien ya se había enterado de las insinuaciones del príncipe con la joven. La lista de pendientes de Ragnar solo crecía a cada momento. Igual que Bjorn, era protector con ella, pero no de forma excesiva, pues era una doncella escudera, digna hija de su madre.

El fin de la Era DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora