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Ragnar se acercó a su hijo, herido por varias flechas, temió que fuera su última batalla

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Ragnar se acercó a su hijo, herido por varias flechas, temió que fuera su última batalla. Eyra abrazó a su amiga mientras recuperaba el aliento. Elin estaba bien, un poco magullada por los golpes en la espalda, pero le brindó una mirada consoladora, de que se repondría para el siguiente intento. Eyra alzó la vista en busca de su hermano y vio a su padre, acunándolo en sus brazos, la rubia lloró con miedo a haberlo perdido, no quería dejar a su amiga porque la necesitaba, le carcomía no saber el estado de Bjorn.

Kaira y Sigrid acompañaban a Helga, en la cura de Floki. Elin y Eyra caminaban detrás de Ragnar, quien arrastraba a su hijo. Las amigas buscaban con la mirada y no encontraban, cuando todos se acercaron a ver a quién auxiliaba Ragnar, pronto su madre se unió a ella, con miedo a perderlo. En la carpa estaba acompañada de toda su familia, pues entró Rollo, a él también le comunicaron la noticia. Elin no la quería dejar sola, necesitaba reposo, pero curaba sus heridas mientras Eyra contemplaba a su hermano y la histeria de su madre.

—Nunca debiste dejarlo subir la escalera— dijo Rollo—. Ahora podría morir.

—Ambos dejen de tratarlo como si fuera un niño— dijo Ragnar.

—Si quieren molestarse con alguien, háganlo conmigo— espetó Eyra—. Él me protegió del ataque cristiano, ambos subimos y ambos bajamos. ¡Significa que ambos viviremos!

—Estuvimos tan cerca— dijo Rollo—. La próxima vez, no cometeremos los mismos errores.

—¿Y tus heridas? — la mente de Lagertha reaccionó ante la confesión de su hija, así que se giró a verla.

—Sanarán pronto— sonrió Elin.

—¿Y tú?

—Se llevó la peor parte, ya le puse algunas vendas en la espalda.

—¿Ya les dijo Sigrid?

—Sí— murmuraron ambas.

—Kaira ya la preparó para el funeral— dijo Elin.

—Hablemos de esto afuera— dijo Eyra—. Bjorn debe descansar.

La rubia sabía que les fue mal, no podían favorecerlos todo el tiempo, no era voluntad de los dioses que triunfaran a la primera. Salieron y anduvieron. Helga las guió a donde descansaba su amiga. La esposa de Floki la abrazó, sabía cuánto amaba a sus escuderas, eran sus amigas, a pesar de la noche, Eyra le transmitió una sonrisa, no le dolía, era el mayor deseo de su amiga: morir en batalla para tener paso directo al Valhalla, comer del banquete de los dioses y reencontrarse con sus padres.

Inga era una mujer hermosa, que hubiera conseguido un buen marido, pues estaba en edad y pretendientes no le faltaban, pero seguía enamorada del mismo hombre, a pesar de ya haber hablado con él y asegurado que se le había pasado lo embelesado que le dejó. Después, tras la pérdida de Gerda se vino abajo, porque para ella, esa joven significaba esperanza. Luego vino la herida de Porunn y la hizo sentirse vulnerable porque quería estar en su lugar y no fue. Por último, el luto de Brenda y su pronta muerte. Quizá Inga no estaba lista para dejar partir a todos, quizá el dolor se asentó en su ser y por eso se había vuelto débil.

Kaira y Sigrid acompañaron al grupo que entró con Rollo, Foki y Lagertha. Eyra se quedó a lado de su hermano, para detenerlo, no debía esforzarse tan pronto, sino reposar y recuperarse para estar listos para entrar o para el siguiente ataque. Elin se quedó a lado de su señora, fiel en todo momento y sin emitir objeción alguna. Los hermanos disfrutaban de las charlas que podían tener entretanto. Bjorn se burlaba de su hermana por no tener un apodo como el suyo y ella le dijo que ya no lo podía usar porque fue derribado en combate, ambos rieron y el pronto comenzó a toser, por el dolor en el pecho. Elin lo acomodó mejor y le dio a beber para que se pasara el mal rato.

—Ya estoy mejor, gracias— dijo Bjorn respirando hondo.

—¿Quieres que llame a alguien? — dudó Eyra.

—No, vayan a descansar— sonrió Bjorn.

—La noche es corta y esperamos noticias— dijo Elin.

—Quizá me levante para tomar aire...

—Nada de esfuerzos— lo miró ceñuda y Bjorn cedió ante su hermana.

—Ya regresan— dijo Helga.

—Vayan— las alentó Bjorn.

***

—No camines tan rápido— dijo Eyra llevando del brazo a su hermano.

—Quiero escuchar.

—Estamos en primera fila.

—...después de todo, eres un viajero— dijo Ragnar.

—Quieren terminar el asedio— dijo Sinric.

—¿Por qué? — dudó Bjorn.

—Piensan que sería mejor para ambas partes— dijo Sinric.

—¿Por qué sería mejor para nosotros? — espetó Eyra.

—Ellos creen no podrán saltar los muros de la ciudad.

—Yo digo que sí— afirmó Rollo.

—¿Qué nos darían si levantamos el sitio? — replicó Bjorn.

—Eso se decidirá en una reunión entre usted y el comandante de la ciudad, el conde Odo.

—¿Y dónde tendríamos esa reunión? — dijo de nuevo.

—Si mi padre entra a la ciudad, será capturado o asesinado— añadió Eyra a las palabras de su hermano.

—El Conde sugiere que la reunión se realice fuera de los muros de la ciudad, sin llevar armas.

—Diles que mañana tendrán nuestra respuesta— dijo Bjorn. Quien intimidó al soldado cristiano con la mirada. Rollo se acercó a cortar la soga con que sujetabana Sinric.

—¿Por qué debemos negociar algo con ellos? — espetó Lagertha.

—Hemos perdido a casi mil hombres, imposible atacar la ciudad y el invierno se acerca, ¿necesitas más? — dijo Bjorn.

—¿Por qué quieren negociar, si están seguros que no los venceremos? — sonrió Rollo.

—Quizá se acabaron los víveres— dijo Kalf.

—Entonces debemos dejar que mueran de hambre— dijo Erlendur.

—Nos odiarán aún más si continuamos con el sitio— dijo Eyra. Todos comenzaron a discutir entre ellos.

—Tengo algo que decir— dijo Ragnar—. No me convertí en Jarl porque aspiré a ser uno, me convertí en uno por las acciones de la gente. No me convertí en rey por ambición, sino que no tuve opción, fue el resultado de las acciones de la gente. Pero, no obstante, soy un rey. ¡E rey Ragnar! Ese es mi nombre. ¡Rey Ragnar! ¿Qué es lo que hace un rey, Bjorn?

—Mandar.

—¡Sí! Él manda y como mando, tengo la última palabra, ¡yo! ¡No tú! ¡No tú! ¡Y ni tú! ¡Ni tú! ¡Todos han tenido sus ideas y todas fracasaron! Yo no fracasaré. Ahora, no discutiremos más, nos reuniremos con los francos mañana.

El fin de la Era DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora