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Mi día iba del asco, primero mi padre llego tarde con los taiyakis a pesar de que le rogué que no se demorara. Cuando le reclame por la demora simplemente me dijo que si llegaría a tiempo lo que me hizo molestar más. Al tener los taiyakis me subí a mi Zephyr, Mikey amaba pasear en ella y con algo de suerte no se resistía a la oferta de un paseo.

Hasta ese momento todo estaba bien, llegué al hospital y me dirigí al piso donde sabía que estaba el abuelo de Mikey hasta que Izana llamo, detuve mi andar para escucharlo mejor y me dijo que Mikey llego pero que no vino solo, en ese momento me desconecte y corte la llamada.

¿Cómo que no vino solo?

Cuando menos lo espere entre al baño y ahora me encontraba aquí, viéndome al espejo y sintiéndome un gran idiota. Vino acompañado.

¿Tiene pareja? 

Solo puedo pensar que, si debe tener pareja, Mikey huyo de su casa y ahora que vuelve está acompañado, si alguien va a enfrentar a su familia lo más lógico es que necesita apoyo y para algo tan intimo como un problema familiar solo puede ser una pa-

Sentí un tirón en mi chaqueta y agache la cabeza, un niño estaba tirando de mi ropa, cuando notó que lo miraba me soltó y se alejó un poco de mí, hizo una leve reverencia y hablo.

-Disculpe señor, mi mamá dice que no puedo salir del baño sin lavarme las manos y no alcanzo al lavado. - ¿Los niños eran así de serios? - ¿Me ayuda?

Me quede viendo al pequeño, ese niño me parecía tan familiar lo cual era raro, ya que tengo nulo contacto con niños. Además, la poca experiencia que he tenido con niños fue con las hermanas menores de Mitsuya y ellas eran más "enérgicas".

Al no responder vi como el pequeño me frunció el ceño, ¿Los niños eran así de adorables?

-Ven, te voy a cargar. - Al escuchar mi respuesta el menor me sonrió. ¿Por qué me era tan familiar?

Se acerco a mí, puse mis manos en su cintura y lo alcé, los niños son tan livianos.

Lo acerqué al lavado y vi como sacaba jabón del dispensador y luego se lavó las manos muy concentrado.

Lindo.

Cuando termino jalo un poco de papel para secarse, ya al verlo listo lo baje. El pequeño tiro el papel en la basura y nuevamente hizo una leve reverencia agradeciendo la ayuda y se fue.

¿Qué había sido eso? Hace unos minutos había estado lloriqueando por algo de lo que no estaba 100% seguro y ahora quería reírme por ver a ese pequeño actuar de esa manera.

-Me dijo con esa carita tan seria que no alcanza el lavado. - Reí. - Mierda, fui superado por un niño pequeño.

Hace mucho no me reía así, pero no era por burla, el niño me genero tanta ternura, ahora sé a quién me recordó.

Mikey.

Mikey nunca fue alto y siempre me pedía que le alcance cosas, cuando me negaba me hacia un puchero o me fruncía el ceño, yo era consciente de que el enano podía darme una paliza, pero eso no impedía que pensara que ese ceño fruncido lo hacía ver más lindo.

No sé desde cuando amo a Mikey porque este sentimiento esta desde que tengo memoria, lo más seguro es que me enamoré cuando lo vi derrotar a esos mayores que me tenían de chico de los recados. En todo caso era una respuesta que no necesitaba, lo único que necesito saber es que lo amo y a pesar de los años este sentimiento no ha cambiado y debo decirle.

Salí del baño con los ánimos más renovados y lo primero que vi fue al pequeño que estaba parado al lado de la puerta.

- ¿Estas perdido? - Dije parándome a su lado para no obstruir el paso al baño.

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora