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A diferencia de nuestra primera cena que termino en caos esta tuvo un gran cambio, Kenjiro contando más historias de Baji y de él, Mikey no se quedó atrás y narro mejor como fue a recoger a los dos azabaches a la caseta de policía, el cómo Mikey y la pareja de Baji les estuvieron regañando a los dos por horas y finalmente como comenzó el castigo impuesto.

En esta ocasión Kenjiro sonrió cuando puse la banderita en la comida de Mikey, incluso lo vi más emocionado que al mismo Mikey, después de tantas risas y de que Kenjiro acabara con un segundo postre el pequeño comenzó a dormitar en el asiento.

-Gatito, te voy a cargar.

-No, lo hago yo. - Dejé unos billetes en la mesa y me puse de pie.

-No es necesario, Ken-chin. - Acaricie su cabeza.

-Quiero hacerlo y será más cómodo para él. - Sus cejas se fruncieron hasta formar una perfecta V

-¿Qué me intestas decir? - Gruño.

-Nada. - Me agache y cargue suavemente al pequeño, al sentir mi contacto Kenjiro instintivamente apoyo su cabeza en mi hombro, sus brazos y piernas me apretaron.

No pudimos entablar conversación al salir del restaurante, había mucha gente andando por las calles así que nos apresuramos en la caminata para que Kenjiro no se despertara.

Disminuimos el paso cuando entramos a la zona de residencias.

-¿Se despertó? -

-No, sigue dormido. - Kenjiro había resoplado fuerte lo que nos hizo pensar que lo despertamos.

Kenjiro se movió un poco y afianzo el agarre en mí.

-Parece que duerme como tú. - Me reí. - No importaba cuanto ruido hiciera, nada te despertaba.

-Estaba en crecimiento Ken-chin, necesitaba dormir mucho. - No pude contener la carcajada que salió.

-Se nota que creciste mucho. - Me burle.

-Tengo la estatura promedio. - Bufo- Que tu seas un maldito tótem que no sabe cuándo parar de crecer no es mi culpa.

Ante lo dicho solo me reí y caminamos un tramo sin soltar palabra.

-Kenjiro estaba preocupado en la tarde. Dijo que su abuelo y tíos se veían molestos contigo.

Mikey suspiro.

-Fue un malentendido y lo solucione rápido.

-Entonces ¿Por qué te demoraste?

-Pues. - Mikey se quedó pensando.

Mamá está mintiendo desde que llegamos.

-Me gustaría que me dijeras la verdad. - Mikey me analizo un momento.

-Quieren que me quede, me demore porque discutimos por eso, dentro de dos días se cumple la semana que le prometí a mi abuelo.

-Ya veo. - Controle el tono de mi voz. - ¿No piensas volver?

-¿Qué?

-Es que, para que se pongan así es porque tienen miedo de que te vuelvas a desaparecer. - Me detuve y volteé a verlo. - Incluso yo tengo miedo de dejarte en tu casa y enterarme al día siguiente de que te volviste a ir. - Con mis dedos acaricie sus mejillas.

-Ken-chin, no me hagas esto. - Rogo.

-¿Qué cosa?

-"Esto", el ser dulce conmigo, no lo merezco. - Agacho su cabeza.

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora