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Luego de la llamada de Shinichiro sentí que estaba en modo automático, llegue a casa y cene con Ed y Kenjiro, mientras lavaba los platos Ed se fue a bañar con mi pequeño. Ya cuando estaba listo le conté un cuento a Kenjiro y luego de unos minutos se durmió.

El abuelo quiere verte.

Esa frase rondo por mi cabeza en todo el momento que me aseaba hasta ahora que estaba acostado, ya habían pasado años desde que no veo a mi "familia", no les guardaba rencor a fin de cuentas viví muchos años con ellos y los recuerdos felices siempre opacaran el motivo por el que decidí irme.

Además, si no me hubiera ido no sería quien soy ahora. Siempre pensé que mi destino era heredar el dojo de mi abuelo, pasar todos los días entrenando y enseñando a los alumnos a dominar las artes marciales, mi yo joven se veía solo con ese futuro. Mi yo adulto no concibe una vida en la que no esté probando o creando nuevas recetas de postres.

Volví a intentar dormir, pero fue en vano, mis ojos podían estar cerrados pero mi mente seguía trabajando. Agarré mi celular y vi la hora, aún era muy temprano, agradecí que hoy era el encargado de las comidas y decidí comenzar mi día.

Me di una ducha para relajar mi cuerpo y ya al estar listo fui a la cocina a preparar el desayuno y los bentos para todos, me decidí por un desayuno japonés porque los 3 gatos de la casa aman el pescado.

-Nunca está de más consentirlos un poco.

Cuando estaba por terminar de cocinar no me sorprendió escuchar pasos.

-Mikey, bueno días. - Escuche la voz de Ed. - ¡Hiciste pescado! - Dijo alegremente el mayor.

-Buenos días, Ed. - Salude sin voltear a verlo, estaba concentrado en el bento de Kenjiro, a mi pequeño le gustaban decoraciones en su bento por lo que tanto Ed como yo tuvimos que aprender a hacer ese tipo de loncheras para felicidad de mi pequeño. - Levanta a Ken para que desayunemos juntos.

-Voy. - Escuche a Ed decir para luego desaparecer por el pasillo, unos segundos después escuche las risas de mi pequeño, ya estaba despierto. Sonreí terminando de hacer los bentos para los tres.

Cuando comencé a poner la mesa escuché un maullido.

-Bueno días Peke J, parece que serás el primero en desayunar. - Puse su plato en el lugar donde el gatito comía y continúe alistando la mesa.

Cuando la mesa ya estaba lista vi como Ed aparecía por el pasillo, estaba cargando a Kenjiro que ya estaba con su uniforme de colegio puesto.

Kenjiro le susurro algo a Ed en la oreja y ambos se acercaron a mí.

-Buenos días mamá. - Dijo mi pequeño mientras me daba un beso en la mejilla. Luego Baji lo llevo a su asiento.

-Buenos días bebe. - Dije para ver como el pequeño hacia un puchero.

-Mamá. - Me reí, estos pequeños momentos hacían que mi día sea mejor.

Cuando puse los platos delante de Ed y de Kenjiro ambos se veían emocionados viendo la comida.

- ¡Gracias por la comida! - Gritaron cuando me senté.

Desayunamos tranquilamente, ambos azabaches estaban más concentrados en devorar la comida que en querer entablar una conversación.

-Estaba delicioso mamá.

-Ve a lavarte los dientes y vienes para peinarte. - Le dije mientras veía como el menor dejaba sus platos en la cocina.

Kenjiro asintió.

- ¿Estas bien? - Me pregunto Ed cuando Kenjiro ya no estaba a nuestro lado.

- ¿Por qué preguntas?

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora