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Advertencia: Lemon, si no les gusta por favor esperar al siguiente capitulo.
Pd: Escribí el capitulo escuchando la canción The cranberries - When you're gone, solo quería comentarlo n_nU

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Estaba acorralado entra la puerta y el enorme cuerpo de Ken-chin, sus brazos estaban apoyados en la madera, me sentía más pequeño de lo que ya era.

-Ke-

Mis labios fueron tomados sin compasión por mi tótem, al comienzo no respondí de la sorpresa, fue cuando sentí una suave mordida en mi labio inferior que reaccioné y correspondí al beso. Sin dudarlo abrí la boca, la lengua de Ken-chin no lo pensó dos veces e invadió mi cavidad, nuestras lenguas se encontraron, sentí como una electricidad recorría mi espina dorsal, solté un gemido que fue acallado por la boca del más alto.

Cuando me estaba quedando sin aire en los pulmones fue que mi tótem se alejó poco a poco, asustado porque la magia se rompa rodee con mis brazos su cuello, lo atraje más a mí y fui yo quien tomo sus labios, era una estupidez lo que hacía, me asuste tanto en perder el toque de su piel que no tome el suficiente aire para darle un buen beso, irremediablemente me tuve que alejar de él.

Agache la cabeza para que Ken-chin no vea el estado deplorable en el que me encontraba, inhale y exhale con fuerza, mi corazón bombeaba a mas no poder, mis manos que rodeaban el cuello del alto se soltaron y cada una agarro el hombro del mayor, mi cuerpo se negaba a volver a alejarse de él.

-Mikey... - Mis piernas temblaron, Ken-chin se había agachado lo suficiente para que su boca quedara cerca de mi oreja. - Mírame. - Susurro roncamente, su caliente aliento choco contra mi piel.

-K-Ken-chin... - Rogué aun con la cabeza gacha. - No...

-Quiero verte. - Esa seductora voz me hacía perder las fuerzas, estoy seguro que si no fuera porque mis manos seguían sosteniéndose de los hombros del alto yo ya habría caído. - Déjame verte, Mikey. - La gran mano de Ken-chin sostuvo mi mentón y lo levanto poco a poco. Nuestras miradas chocaron.

-Ken-chin. - Solloce, los ojos de mi azabache me devoraban, solo me había tocado el mentón y ya me sentía completamente desnudo.

Nos quedamos viendo unos segundos que para mí fueron eternos, Ken-chin soltó mi mentón y puso su mano nuevamente en la puerta. ¿Qué pretendía?

-Puedes irte. - ¿Qué? - Te daré la opción de irte si así lo deseas. - El fuerte golpeteo de mi corazón se redujo considerablemente incluso pensé que se detenía. No podía hacerme esto, no después de ese beso. - Pero si te quedas. - Se agacho hasta que pocos centímetros separaban nuestros labios. - Te advierto que no podrás huir de mí, no te dejare ir de nuevo. - Volví a agachar la cabeza. - Serás solo mío. - Susurro en mi oído, mis manos apretaron con más fuerza sus hombros.

Nunca deje de serlo, ¿Por qué Ken-chin pensaba que en algún momento deje de serlo? Apreté los labios y alce el rostro decidido, la mirada de mi azabache expresaba temor, duda, no importaba que hiciera siempre terminaba lastimándolo.

-Siempre he sido tuyo. - Me puse de puntas para atrapar sus labios.

En pleno beso sentí como Ken-chin me alzaba delicadamente, me cargo al estilo nupcial sin soltar mis labios, camino lento mientras me sostenía con cuidado como si fuera lo más preciado y delicado para él.

Tan diferente a nuestra primera vez, en donde éramos adolescentes y la excitación estaba al tope.

Mi tótem me deposito con sumo cuidado en la cama, está ya tenía impregnado el perfume del azabache, me sentía envuelto por él. Ken-chin subió a la cama y se puso entre mis piernas, el golpeteo de mi corazón era errático, sentía que en cualquier momento se saldría de mi cuerpo.

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora