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-¿Estás seguro?

-¡Si! Hina-sensei dijo que va toda la familia y Chifuyu también es mi familia.

Las palabras de mi pequeño me enternecieron, pero la rígida postura de mis acompañantes y el intercambio de miradas me desconcertaron.

¿Qué me estoy perdiendo?

La falta de respuesta hizo que la sonrisa en el rostro de Kenjiro se desvaneciera.

-¿Chifuyu no quiere ir? - Su labio tembló y miro triste al doncel, realmente mi enano es un manipulador.

-Si quiero. - La respuesta inmediata le devolvió la sonrisa a mi bebe y continúo comiendo sin problemas, sin notar la tensión de los mayores.

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Kenjiro vio al espejo una vez más, se encontraba de espaldas admirando el dragón en la espalda de la chaqueta que Mitsuya mando con Draken. El menor se sentía emocionado de poder usarla por fin, el pelilila ya le había mostrado al niño el diseño, pero para Kenjiro era diferente verlo en un dibujo y tenerlo en físico. El menor dio otra vuelta y brinco de emoción.

Cuando Kenjiro se sintió satisfecho salió de su habitación con la intención de continuar presumiendo su nueva chaqueta, primero camino a la habitación de Baji y Chifuyu.

-¿Puedo pasar? - Hablo luego de haber dado unos golpes a la puerta.

-Pasa gatito. - Fue la voz de Baji quien lo autorizo.

Kenjiro abrió la puerta y se quedó de pie viendo a Baji peinarse y a Chifuyu cambiándose.

-¿Ya estas listo? - Pregunto el rubio doncel.

-¡Si! - Respondió efusivo para luego delante de los mayores dar una vuelta modelando su chaqueta. - ¿Qué les parece? Tío Mitsuya lo hizo para mí. ¡Tiene un dragón atrás! - Se volteo. - ¡Y mi nombre! - Hablo apresurado mientras mostraba sus brazos donde se podía ver las grandes letras doradas. - ¡Me encanta!

-Te ves tan genial Kenjiro. - Hablo Chifuyu para acercarse a elogiar al menor.

-Si, aunque me habría gustado más en color azul, es raro verte usando rosado.

-Las mangas son plateadas. - Hablo feliz. - Y el color es bonito, ¡Iré a mostrarle a mamá y papá Draken!

Sin más que decir el menor salió apresurado a buscar a sus otros padres.

La puerta de la habitación de la pareja estaba abierta por lo que Kenjiro ya estaba listo para gritar, pero al verlos se detuvo, volvió en sus pasos y se escondió detrás de la puerta.

A Kenjiro le dio curiosidad la escena, Mikey estaba sentado en la cama con los ojos cerrados mientras Draken peinaba de una manera delicada los cabellos dorados del doncel, el menor se sintió hipnotizado por la imagen, para él era realmente algo nuevo ver a su madre así de feliz y dejando que alguien tocara su cabello siendo que desde que el menor tenía conciencia nunca dejo a alguien hacerlo.

Los adultos seguían en su mundo sin notar al pequeño espectador, cuando Draken termino de peinar a Mikey deposito un suave beso en la cabeza del más bajo lo que hizo que el doncel abriera los ojos y por fin notara al intruso.

-¿Por qué no entras? - Mikey vio curioso a su hijo que aún seguía "ocultándose".

-¿Estas listo, bebe? - Draken avanzo hasta el pequeño y lo alzo en sus brazos. - Mitsuya realmente me sorprende, te queda muy bien.

-¿Verdad que sí? - Kenjiro estiro sus manos mostrando sus brazos. - Dice Sano Kenjiro, ¿Verdad que me queda bien, mamá?

-Te queda muy bien, no te olvides de llamar a Mitsuya para agradecerle. - Kenjiro respondió con un gran "¡Si!" -¿Quieres que te peine? - El menor negó.

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora