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-Tío Shinichiro dijo que era el mejor amigo de mamá. Draken-san solo es un amigo.

-Qué bueno.

- ¡Y tiene una moto muy grande!

- ¿De verdad?

- ¡Si! Y el tatuaje de dragón que tiene también está en su moto ¡Draken-san es genial!

Esta situación la había vivido antes, Chifuyu una vez me dijo una palabra que la describía, pero ahora no recordaba.

-Si... - Kenjiro seguía hablando del tal Draken, yo solo le respondía con monosílabos mientras recordaba.

¿Cuándo fue?

Creo que al año de haberme mudado Mikey lo menciono, "es un tipo genial" no me gusto que se expresara así de alguien. Luego de escucharle decir eso quiso volver, fue una de las pocas veces que me rebele de mi madre, le reclame la mudanza, le hice un berrinche porque sentía que me quitaban a Mikey y me lo estaban arrebatando porque no estaba a su lado.

Para un niño de 6 años pensar que se robaban a su primer amor era la muerte, lloro, pataleo y su madre le castigo, al final me escapé y vi el auto de un vecino que siempre odie y solo paso.

Lo queme.

Afortunadamente no me atraparon, me fui a esconder a la casa de Tora y tanto el cómo su madre abogaron de que estuve toda la tarde con ellos por lo que no pude quemar el auto.

Vi el rostro de mi madre, ella no me creía, mi vecino se fue a regañadientas ya que no tenía pruebas de que yo cometí la fechoría. No paso mucho para que Tora y su mamá se fueran.

-Siéntate en el sillón. - Obedecí sin chistar. - Sé que tú lo hiciste. - Sentencio.

Luego de lo dicho se quedó callada, yo tenía la cabeza gacha, no quería verla aun me sentía molesto.

-Yo tampoco quería mudarme. - Apreté los labios y contuve las lágrimas, ya sabía eso. - Era necesario, en esta ciudad tendríamos una vida mejor. - Suspiro. - Ve a tu cuarto, estas castigado hasta nuevo aviso.

Me fui aun sin dirigirle la mirada, pero al entrar a mi habitación me quedé en la puerta sentía que debía disculparme con ella, mi madre no tenía la culpa. Cuando iba a volver a la sala la escuche, unos sollozos bajos.

Había hecho llorar a mi mamá.

Luego de eso comencé a ignorar a Mikey, quería olvidarme de él. Fueron muchos meses que lo hice más el rubio no entendía y seguía llamando.

Tora me dijo que hablara con él, era mejor eso a verme refunfuñando todo el tiempo. Yo no quería escucharlo porque sentía que le gritaría que me olvido fácilmente. Al final decidí escribirle una carta, le diría que deje de llamarme y que no quería saber nada de él.

-Eso está mal escrito.

-¿Qué? - Golpearía al que me interrumpió. Mas al ver esos expresivos ojos celestes mi corazón bombeo incluso más que cuando veía a Mikey.

-Que está mal escrito. - El pequeño me quito el lápiz y escribió en la hoja un perfecto kanji.

-¿Quién eres?

-Soy compañero de clases de Hanemiya. - Me olvide que Tora era un año menor. - Mucho gusto, me llamo Chifuyu Matsuno. - Me sonrió de tal manera que me sentía derretir.

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora