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¿Hace cuanto que no miraba este techo?

Normalmente no lo veía porque Ken-chin me despertaba, él siempre era lo primero que veía al abrir los ojos.

Kenjiro no estaba a mi lado, pero escuchaba sus risas, seguro Shin-nii y Waka jugaban con él, la noche anterior fue un caos, al llegar a “casa” Shinichiro nos estaba esperando con una enorme caja que tenía varios juguetes.

Kenjiro se puso como loco, abrió los juguetes con mi hermano y luego comenzaron a corretearse el uno al otro. No paso mucho para que Waka se una al juego y yo solo los veía mientras comía los taiyakis que Ken-chin me compro.

No fue hasta que Ed llamo, que Kenjiro se tranquilizó, les dio las buenas noches a sus tíos y fuimos a mi habitación.

Mi habitación, estaba como la deje, pensé que ya no la tendría, pero seguía aquí y limpia.

Como si nunca me hubiera ido.

Kenjiro se lanzó a la cama y comenzó a contarle a Ed todo lo que paso, le hablo del abuelo, de sus tíos, pero no menciono a Ken-chin a pesar de que paso mucho tiempo con él.

Agarre mi celular, las 10 de la mañana, por fin recupere el sueño perdido de días anteriores.

Ver a Ken-chin era la mejor medicina.

Comencé mi día, directo a la ducha y a cambiarme. Kenjiro dejo su ropa usada en el cesto, siempre tan buen chico, nuevamente me hice el horrible moño y salí de la habitación.

Ni bien estuve fuera una pequeña sombra negra paso.

-¡Buenos días mamá! - Kenjiro se detuvo, fue directo a mí y me dio un beso en la mejilla. - Me voy. - Canturreo y desapareció por el pasillo.

¿Qué pasaba?

-¿Viste a Kenjiro o a Waka? - Shinichiro estaba a mi lado. - Mejor a Kenjiro, él es más difícil de encontrar.

-¿Escondidas? - Asintió. - Con razón se fue corriendo.

-¿Por dónde se fue?

-¿Crees que traicionare a mi hijo? Ni aunque me pongas esa cara. - Chasqueo la lengua. - Perdón por despertar tarde y gracias por cuidar a Kenjiro.

-Te cuida mucho, nos dijo que no habías dormido bien estos días.

-Mi gatito es el mejor. - Infle el pecho con orgullo.

-Tus taiyakis están en la mesa y también tenemos té y jugo.

-Gracias, yo me hare cargo del almuerzo.

-¿Cocinas?

-Y muy bien. - Dije ofendido.

-¿No debo temer por la vida de mi pareja e hijo?

-Ya verás. - Mi tono no era nada amigable, Shinichiro retrocedió un paso. - Lo más seguro es que me lleve a Kenjiro así que encuéntralo rápido, se fue por ese lado. - Señale el lado opuesto de donde se fue mi pequeño.

-Gracias Manjiro. - Se fue corriendo.

-Tonto.

Justo como dijo en la mesa estaban mis taiyakis, me quedaban cuatro.

Sonreí.

Ken-chin, gracias por la comida.

Mientras comía vi a Shinichiro pasar dos veces, ese bobo nunca encontraría a mi gatito.

Luego de lavar la bajilla que utilice vi la casa, camine por unos pasillos y me recosté en una pared.

-Iré a comprar unas cosas para la comida. - Susurre.

-Mamá, el tío Shinichiro me encontrara.

-¿Cuántas veces te encontró? - Me burle. - Apuesto que Waka se deja atrapar y luego ambos te buscan juntos.

-Tío Waka es muy bueno jugando. - Apareció delante de mí. - Me recuerda mucho a ti, mamá.

-Estoy seguro que sí. Bueno pequeño, iré a comprar. - Me agache. - ¿Vienes conmigo?

-No, me quedare con los tíos. - Lo vi meterse en su escondite.

-Tortura a Shin-nii por mí. - Solo escuche sus risas.

Ya estaba por irme cuando Kenjiro vino corriendo a mi lado.

-¿Cambiaste de opinión? - Movió rápido la cabeza negando. - ¿Entonces?

-Un amigo de tío Shin vendrá a comer.

-¿Un amigo, quien?

-No sé. - Alzo los hombros restándole importancia. - Yo lo escuche hablar por el celular.

Seguro es Takeomi.
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Kenjiro quiere verte. Dijo que le prometiste ayudarlo.

Esa frase rondaba por mi cabeza en todo momento, anoche con Mitsuya nos la pasamos pensando en maneras casuales de ir a la casa de Mikey sin poner en alerta a Kenjiro para que hoy Shinichiro me llame y me diga que fue el mismo Kenjiro quien quería que fuera.

Fui a comprar unos dorayakis y otros tipos de dulces, maldije aun no saber qué tipo de golosinas le podrían gustar a Kenjiro al final terminé comprando muchas cosas.

Estacione a mi nena donde siempre y toque la puerta.

Esperé y nadie abría, volví a tocar y nada.

Aún tenía la llave y me habían invitado, ¿sería descortés entrar por mi cuenta?, volví a tocar y seguían sin responder.

Al no volver a recibir respuesta usé la llave y entre, no se escuchaba nada, pero el lugar olía muy bien.

Seguí el aroma hasta llegar a la cocina.

Se me hizo agua a la boca.

La comida olía delicioso, pero la imagen que tenía frente a mí era más apetitosa.

¿Mikey cocinando?

No quería pensar en cuantas cosas nuevas haría Mikey, tantas cosas que me perdí.

Me dedique a admirarlo desde la entrada de la cocina.

-¿Ya tienes hambre? - Hablo aun dándome la espalda, abrí la boca para responder más ningún sonido salió de esta. - ¿Por qué tan callado? - Se rio y volteo. Nuestras miradas se encontraron, su expresión de sorpresa lo decía todo, no sabía que iba a venir. - Ken-chin. - Susurro bajo, pero lo suficiente alto para escucharlo.

Mi corazón bombeo con fuerza.

-Mikey.

-Pensé que eras Kenjiro. - Sus mejillas estaban adquiriendo un tono rosa que le hacía ver más deseable, Mikey no era de los que se sonrojaban, solo lo veía en ese estado cuando tenían intimidad.

Al voltearse pude admirarlo mejor y notar que tenía atado un delantal a su estrecha cintura.

-¿Qué tanto mira a mi mamá?

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Hola! Les saluda Ale, con Ken-chin estamos mal, comerse con la mirada a Mikey no le hará ganar puntos con su hijo 🙅

Este capitulo lo estoy publicando por celular así que si tengo un horror ortográfico avísenme 💚

Muchas gracias por los comentarios y estrellas, espero no demorarse en el siguiente capítulo.

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora