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-¡Haru-chan! ¡Estoy de vuelta!

-¡Pequeño jefe! - El pelirosa se veía feliz, incluso en menos de un segundo ya estaba agachado al lado de mi bebe. - Te extrañe, ¿Por fin el jefe te levanto el castigo?

-¡Si! Draken-san dice que me quedare todo el día.

-No me di cuenta que viniste. - Su semblante cambio por completo al verme.

-¡Haru-chan! No mire mal a Draken-san. - Kenjiro inflo sus mejillas. - Él es mi papá.

-¿Tu papá? ¿Cómo Baji?

-¡No! Draken-san si es mi papá. Mamá y Draken-san estaban juntos hace mucho, aunque ahora... - El pequeño medito sus palabras y luego volteo a verme. - Draken-san. - Me llamo mi bebe, pero no le preste mucha atención, me concentre más en el pelirosa, este se acercó al mostrador, por alguna extraña razón sentía que algo malo iba a pasar. - Mamá y usted se la pasan besando, ¿Están juntos de nuevo? - Mierda.

-Kenjiro-kun. - Sude frio al escuchar al tipo ese. - ¿Por qué no vas a saludar al jefe? - Esa voz dulce que usaba era un engaño, mi bebe asintió feliz y se puso en marcha.

Ninguno hizo un movimiento, inconscientemente di un paso cerca a la puerta, Mikey y Kenjiro no estaban en peligro con ese sujeto, yo por otro lado tenía las horas contadas con este loco al lado.

-Así que eres el bastardo que dejo al jefe solo en su embarazo. - Nuevamente tenía su arma y se acercaba peligrosamente.

-No sé qué te dijo Mikey, pero yo no lo deje. - Pase saliva con dificultad. - El me dejo a mí.

-Qué le habrás hecho al jefe para que te dejara.

Medite mi respuesta y di otro paso atrás, estaba seguro que ese sujeto no me creería, tenía la maldita katana desenvainada, solté los bentos y me prepare para la pelea.

La puerta de la tienda se volvió a abrir.

-Haruchiyo. - Escuche una voz conocida, voltee por instinto.

-¿Muto?

-No te metas calvo, este tipo merece morir.

-Draken, ponte detrás mío. - A pesar de la orden seguí inmóvil, Muto avanzo y como si no pesara nada, alzo al pelirosa sin problemas y lo coloco en su hombro como si fuera un costal de papas.

-¡Suéltame, maldito calvo! - La escena ante mí es tan extraña, el más bajo luchaba, pero Muto ni se inmutaba. - ¡Yasuhiro!

-Ahora volvemos. - Se dirigió a la puerta y antes de salir volteo a verme. - No me conoces. - Susurro, ¿Qué demonios?

El lugar estaba en silencio, ¿Qué mierda había sido todo esto?

-Ken-chin. - Mikey apareció. - ¿Y Haru? Escuche que gritaba.

-Me iba a atacar, vino un tipo y se lo llevo. - No era del todo mentira, necesitaba hablar con ese sujeto.

-Debe ser Mucho es el novio de Haru, solo él puede controlarlo. - Mi rubio sonrió y se acercó. - ¿Por qué no entraste con Kenjiro?

-Ese tipo no me dejo. - Mikey bufo.

-Pudiste decirle a nuestro bebe que te lleve, así estarás fuera de peligro. - Se veía divertido por la situación.

-Estaría fuera de peligro si ese tipo raro no estuviera aquí. - Le refute molesto.

-Haru espanta a todos los que me coquetean ¿Realmente lo quieres fuera? - La sonrisa burlona de Mikey no se borraba de su rostro, le mire molesto y agarre su cintura hasta apegarlo a mí. Recordé al tipo del jardín de Kenjiro y me molesté más, ese sujeto llamaba a Mikey por su nombre.

-Prefiero que se quede. - Gruñí.

-Bien dicho, Ken-chin. - Mikey se alzó de puntas y me beso suavemente.

No era suficiente, cuando mi rubio se alejada, puse mi mano en su nuca y nuestros labios volvieron a chocar esta vez con un beso más rudo y necesitado.

-Mmm Mamá, Draken-san. - Mikey me empujo al escuchar a Kenjiro.

-¿Gatito? - Volteamos a verlo, mi pequeño tenía ambas manos en sus ojos, supuestamente tapándose, pero se veía perfectamente que podía vernos. - Perdón. - Mikey estaba rojo. - Iré a ver el horno.

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Izana, ese maldito mentiroso.

Cuando Mikey y Akashi estaban ocupados con los clientes recibí una llamada de Muto pidiéndome que saliera. No fue difícil evadir a Kenjiro, solo le dije que era del trabajo y mi pequeño no pregunto más y me dejo ir.

Al encontrarme con Muto me entere lo que pasaba, el maldito de Izana le había mandado a investigar y vigilar a Mikey desde hace tiempo, prácticamente ese tipo siempre supo dónde estaba Mikey y no nos dijo nada, sabia de Kenjiro y de Baji, mi sangre hirvió. Ese hijo de puta sabia de mi hijo, me vio todos estos años sufriendo por Mikey y no me dijo nada, realmente pensé que había cambiado, pero se nota que sigue siendo el mismo bastardo de siempre, ni siquiera respeto los deseos de Mikey.

Que mandara a Muto no fue sorpresa, a el yo lo conocí la primera vez que fuimos a buscar a Mikey, era de los que andaban metidos en ese bajo mundo en el que Izana trabajaba, por lo que Mikey nunca lo conoció.

-Y yo que le creí.

-¿A quién le creíste? - Mikey estaba delante mío con Kenjiro sosteniendo su mano.

-A Inupi, sobre... es una tontería, mejor olvidémoslo. - Mi chico tenía cara de no creerme, agradecí que no insistiera.

El camino a casa fue en silencio, Kenjiro estaba delante de nosotros saltando y evitando pisar cualquier raya del pavimento, mi rubio estaba a mi lado sin siquiera mirarme, ¿Se molesto?

-Mikey. - Susurre y agarre su mano, me alegro que me dejara tocarlo.

-Ken-chin. - Apretó levemente mi mano. - Espero que me creas cuando te digo que no salí con nadie mientras estábamos separados.

-¿Qué?

-Kenjiro me dijo que hoy se encontraron con Haitani. - Me había olvidado por completo de ese tipo. - Si te hablo de la salida tuvimos te aseguro que fue por obligación. Era la única condición que me pidió, yo ni siquiera lo considero una cita.

-¿Tuviste una cita con ese sujeto?

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Buenas madrugadas!!! Les saluda Ale, que nunca duerme y actualiza de madrugada xD me disculpo por siempre actualizar tan tarde o tan temprano? Muchas gracias por los comentarios y estrellas, realmente me hacen feliz <3 Me pareció curioso que les divirtiera la travesura que hizo Kenjiro con el cabello de Ran, siempre pensé en poner eso pero temía en como lo tomaran ya que no quiero hacer ver a mi bebe como un malcriado xD 

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Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora