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Camino al trabajo de Mikey hablamos sobre cómo nos dividiríamos los quehaceres, la rutina de Baji y Mikey era equitativa, ambos tenían la misma responsabilidad por mi pequeño, pero al yo estar libre podía hacer más.

Quiero pasar más tiempo con ambos, no solo quedarme en casa y esperar a que vuelva. Por eso ahora me dirigía a recoger a Kenjiro con nuestros bentos listos, esperaba que a mi ángel le gustara su bento, al parecer no era quisquilloso con la comida porque Mikey dijo que comía de todo, el único "problema" era que le gustaban los bentos decorados y con mi mano lastimada y poco conocimiento en ese tipo de comidas me fue difícil armar algo elaborado.

No estaba lejos del jardín, ya podía verlo y nuevamente como en la mañana sentí muchas miradas sobre mí, las ignoré porque ya es costumbre sentirme observado, es difícil pasar desapercibido.

Casi por llegar a la entrada pasé cerca de un auto lujoso, avance y en la puerta donde se esperaba a los niños un hombre era rodeado por varias mujeres, los ignoré y avance hasta la entrada.

Busque a la profesora de Kenjiro pero no aparecía y las otras maestras evitaban tener contacto conmigo, maldición. Me sentía tan fuera de lugar, los minutos pasaban y cuando estaba por decidirme a llamar a Mikey para que me ayudara, Hina-sensei apareció con dos pequeños agarrando su mano.

-Buenas tardes Draken-san, un momento ya llamare a Kenjiro-kun. - Saludo cordial la profesora, yo aun desconcertado solo asentí. - Haitani-san, aquí esta Dai.

El tipo al que hablo la profesora era el mismo que estaba siendo rodeado hace unos momentos, este no la miro a ella ni a al pequeño, su mirada estaba concentrada en mí.

¿Qué demonios?

Cuadre mis hombros para verme más alto de lo que ya era, no sabía que buscaba el sujeto y era mejor estar alerta.

-Tío Ran, deje de ver mal al señor del tatuaje. - Las palabras del niño cortaron la tensión que por alguna razón se había formado.

Voltee a ver el lugar donde estaba la profesora, pero se había vuelto a ir, suspire e ignore al tipo ese, es el jardín de mi bebe, no debo buscar peleas.

-¡Papáááááá! - La molestia que hace unos momentos tenia se esfumo con ese grito, conocía perfectamente esa voz. Volteé y vi a mi ángel correr directo a mí con los brazos extendidos.

Sentía que mi corazón iba a salir de mi pecho por la emoción, hinque una rodilla en el suelo y estire los brazos para recibir a mi bebe. Sus pequeñas manos me rodearon, envolviéndome con su gran calidez.

-¿Te divertiste, mi ángel?

-Papá, aquí no. - Kenjiro se separó de mi con un gran sonrojo en sus mejillas.

-Aquí esta su lonchera. - Hina-sensei ya se encontraba a nuestro lado. - Cuando lo vio no pudo contener su emoción. - Se rio suavemente, Kenjiro aun avergonzado se ocultó detrás de mí.

-Perdón, Hina-sensei. Quería abrazar a papá.

-Muchas gracias, Hina-sensei. - Hice una leve reverencia. - Nos retiramos. - La joven se despidió rápido de nosotros porque otros padres comenzaron a llamarla. - Dame tu mochila.

-No se preocupe. - Agarro mi mano. - Vamos.

-Kenjiro-kun.

Al voltearnos vimos que ese sujeto "Haitani" estaba a menos de un metro de nosotros.

-Buenas tardes, Haitani-san. - Kenjiro apretó suavemente mi mano y le sonrió al mayor. - ¿Me llamo?

-Si. - La sonrisa que el tipo puso no me gusto, puse a mi pequeño detrás mío.

-¿Necesita algo de Kenjiro? - Hable suave, no podía perder los estribos.

-¿Tu eres?

-¡Mi papá! - Kenjiro pronuncio sin ningún titubeo, su amplia sonrisa era diferente a la anterior que había puesto, esta resplandecía. - Haitani-san le presento a mi papá, Draken-san.

La sonrisa en los labios del pelilila no flaqueo.

-¿Otro padre? Entonces es como Baji. - Mi bebe apretó con más fuerza mi mano.

-No. - Hablé lo más calmado que pude. - Aun me falta para ser un gran padre como Baji, ¿Verdad Kenjiro?

-Papá lo está haciendo bien. - La calma en el rostro de mi bebe era notorio. - Además, MAMÁ le enseña a papá a cuidarme. - Kenjiro sonrió socarrón. - Siempre los veo coqueteando en casa.

-¿Conoce a Mikey? - Fingí sorpresa. - Seguro es un amigo suyo y me porte grosero, déjeme presentarme, soy Ken Ryūguji. - Kenjiro soltó mi mano para que la pueda extender al pelilila. - Papá de Kenjiro y pareja de Mikey. - La boca del tipo se deformo en un feo gesto.

-Qué raro, Manjiro-kun nunca dijo que tenía pareja. - Apretó mi mano con fuerza.

-A Mikey no le gusta hablar de su vida privada. -No cedi ante su fuerza. - Pero no se preocupe, pronto usara algo que demuestre que tiene pareja.

Nuestras manos no se separaban, la fuerza en ellas aumentaba.

-Señor, su tatuaje es genial. - Por estar concentrado en ese tipo no note al pequeño. - ¿Le dolió? - Se veía curioso, por fin ese sujeto me soltó. - Mi papá también tiene tatuajes, pero están en sus manos, son raros, pero el dragón de usted es genial.

-Si me do-

-Papá estoy cansado. - Kenjiro tiro de mi ropa. - Vamos a casa.

-Si bebe.

La mirada del sujeto no pronosticaba nada bueno, eso era claro, me despedí del pequeño niño y tomé la mano de Kenjiro. Mi bebe se despidió del sujeto diciéndole que ese corte de cabello no le quedaba bien, todo es tan extraño.

Caminamos un tramo en silencio hasta alejarnos lo suficiente del jardín.

-¿Qué fue todo eso?

-Perdón Draken-san. - Bufo. - Pero Haitani-san es... - La mueca en el rostro de Kenjiro delataba su molestia. - Es uno de los "Fans" más molestos de mamá. - Golpeo con su talón el suelo. - Mamá ya lo rechazo, pero sigue molestando. Siempre va a la tienda a buscar a mamá y, y.

-Tranquilo, tranquilo. - Me agache y lo cargue. - Respira, ¿Mejor? - Mi bebe asintió, así que por eso me había llamado papá, realmente mi pequeño era un manipulador. - Es de suponerse que Mikey tenga pretendientes, es joven y apuesto.

-¡Pero no es no Draken-san! - Cruzo sus brazos sobre su pecho. - ¡Mamá siempre lo rechaza!

-Si bebe, tranquilo. - Mi pequeño respiro con fuerza varias veces hasta que se calmó. -¿Ya terminaste? - Susurro un sí. - Bien, porque Mikey se preocupará si te ve exaltado.

-¿El bento no es muy grande para mamá?

-Si lo es. - Me reí. - Es porque es para los tres.

-¿Los tres? - Asentí. - ¿Comeremos en la tienda de mamá?

-Nos quedaremos toda la tarde con él y luego volveremos a casa juntos, ¿No te gustaría?

Kenjiro me observaba fijamente.

-¿Mamá dijo que podía ir? - Eso me extraño.

-Si, ¿Por qué?

-Porque tengo prohibido ir a la tienda.

-¿Qué?

-¡Si! Me lo prohibió desde que le corte su fea trenza a Haitani-san. 

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Buenas madrugadas, les saluda Ale, lamento mucho la demora, dude mucho en como escribir el capitulo, siento que los anteriores no fueron interesantes, en todo caso, espero les guste.

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Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora