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-¡Tío Tora! - El pequeño salto al ver al mayor en la entrada del jardín.

-¡Enano! - Lo atrapo en el aire. - Hace mucho que no te veo, sigues igual de enano. - Revolvió sus cabellos.

-¡Malo! - Kenjiro hizo un puchero que solo hizo que el mayor lo viera enternecido.

-Perdón, es la emoción. - Bajo al menor al suelo y tomo su mano. - Me sorprendí por tu llamada, ¿Tanto me extrañaste?

-¡Si!

-Yo también te extrañe. - Volvió a revolver los cabellos azabaches del menor. - Vamos rápido que debo volver a la tienda.

-¿No iré contigo?

-¿Qué? Obvio que no, Chifuyu está en casa y podrá cuidarte. - El pequeño se detuvo. - ¿Enano? ¿Estas bien?

-S-sí, pensé que iría con tío Tora a la tienda de pa- El pequeño se volvió a congelar. - Ir a la tienda.

-Kenjiro. - Kazutora se agacho a la altura del menor. - ¿Estas bien? ¿Paso algo?

-Estoy bien. - Agacho la cabeza. - Vamos a casa tío.

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-Gracias por traerlo Kazutora. - La sonrisa del rubio se veía apagada. Kenjiro no quiso hablar camino a su casa, se veía decaído. Cuando llegamos me dio una reverencia lo que era raro en él y fue corriendo a su habitación.

-¿De qué me perdí? - Chifuyu rasco nervioso su mejilla.

-Kenjiro aún está asimilando lo del bebe. - Mierda.

-¿No lo tomo bien?

-No lo sé. - De los ojos aguamarina del rubio comenzaron a brotar lágrimas. - Nos felicitó y sonrió, pero ya no nos quiere cerca.

-Chifuyu. - Me asuste, por su estado no debía tener esas emociones.

-Disculpa, él bebe me tiene sensible. - Se limpio el rostro con su manga. - Gracias por traerlo.

-Denle tiempo, Kenjiro es un buen niño, estoy seguro que ya se le pasara.

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-¿Sigues practicando? - Hinata se sentó al lado del pequeño azabache.

Mientras todos los demás niños estaban en el patio jugando, Kenjiro prefirió quedarse en su salón, el menor le había pedido ayuda a su maestra, le dijo que deseaba aprender a escribir. Esta al ver la decisión del pequeño, acepto.

-Aún es pronto para que aprendas. - La joven le sonrió al azabache. - Sigo sin saber porque de repente decidiste hacerlo.

-Falta poco para entrar a primaria, quiero ser uno de los mejores. - El pequeño se veía concentrado en el cuaderno delante de él. - Si tengo buenas notas, papá estará feliz y me querrá.

-Dudo que tus notas influyan en su amor. - Kenjiro soltó el lápiz, se veía asustado. - El rostro de Baji-san siempre se ilumina cuando te ve, tu papá te ama mucho, Kenjiro-kun. - Hinata sonrió tiernamente al menor, este agacho la cabeza.

-Si. - Susurro bajo. - Igual quiero aprender.

-No te escuchas muy convencido. - La joven suspiro. - ¿Tienes problemas en casa? El día que te trajo Baji-san te veías desanimado. ¿Se pelearon?

-No, no. - El azabache movió sus manos negando. - Solo-

-¡Hina-sensei! ¡Dai-kun hizo llorar a Koga-kun! - La castaña se puso de pie y se fue corriendo.

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora