22

2.9K 341 64
                                    


¿Cómo debía comenzar?

Estaba sentado en el césped y delante de mí estaba Kenjiro, el pequeño estaba sentado con las rodillas en el suelo, la espalda recta y la cabeza en alto, se veía imponente y a diferencia de otras ocasiones en las que podía saber lo que pensaba, esta vez no.

¿Cómo se le dice a un niño que quieres salir con su madre? ¿Debería contarle desde el principio? Además, yo salía con Mikey antes de que el estuviera con el progenitor del pequeño, si hubiera tenido algo de suerte, hasta pude ser su padre.

-¿Draken-san?

-Lo siento. - Me rasque suavemente la mejilla. - No sé qué quieres que te responda.

-La verdad. - Kenjiro se mordió el labio. - Mamá está mintiendo desde que llegamos aquí, quiero que Draken-san no me mienta.

-¿Mikey mintió? - Lo vi asentir con la cabeza. - ¿Sobre qué?

-No puedo decirle, mamá me hizo prometerlo.

-¿Es sobre Baji?

-¿Sobre papá?

-Que Mikey y Baji.

-¿Cree que papá mintió? - En esta ocasión si frunció el ceño. - Papá nunca miente.

-Perdón, perdón, es solo que es en lo único que puedo pensar que Mikey miente.

-Solo dígame, Draken-san. ¿Quiere a mi mamá?

-Si, lo quiero. - La sorpresa en el rostro del pequeño era enorme, se supone que ya lo sabía. - Lo quiero desde que lo conozco.

Kenjiro quería responderme, pero ninguna palabra salía de su boca.

-Si mamá lo acepta. - La voz de Kenjiro se quebró un poco. - ¿Me alejara de mi papá? - No podía verlo porque agacho la cabeza, pero escucharlo fue más que suficiente.

Suspire, ya debía comportarme como el adulto que soy, Kenjiro parecía el mayor.

-Ven aquí. - Busque una manera más cómoda para sentarme, lo alce y senté en mis piernas. - Ya se lo dije a tu papá y te lo volveré a decir a ti, no quiero ser su reemplazo. Si Mikey me llega a aceptar, veremos la manera de hacerlo funcionar. No quiero que estés triste por algo de lo que aún no debemos preocuparnos. - Sus pequeñas manitos agarraron con fuerza mi ropa y oculto su rostro. - Estas muy pequeño para pensar en esas cosas. - Acaricie su cabeza. - Diviértete más, se caprichoso, ahora tienes más personas que te quieren. Puedes ser todo lo caprichoso que quieras conmigo. - Le susurre al oído.

-¿De verdad? - Alzo su rostro, sus pequeños ojitos estaban rojos por lo que había llorado, incluso aspiro por la nariz intentando no ensuciarlo. Saqué un pañuelo y le soné su nariz que estaba roja como la granada.

-¡Por supuesto! Si supieras lo acostumbrado que estoy a los pequeños niños caprichosos de ojos negros. - Con mi mano libre limpie sus lágrimas y acaricie su cabeza.

-¿Draken-san es un mujeriego? - Sus mejillas se inflaron, no pude evitar reírme y jalar suavemente uno de sus cachetes.

-Me refería a Mikey, ¿Por qué crees que llevo conmigo una banderita?

-¿A mamá siempre le gusto su omurice con una banderita?

-Si, desde que lo conozco le gusta, incluso en una ocasión hizo un berrinche porque no le pusieron la banderita. - Hice una mueca al recordar ese día, podía querer mucho a mi rubio, pero eso no quitaba que lo quería ahorcar por el berrinche. - Desde ese día llevo una banderita conmigo, me gusta verlo feliz.

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora