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Al abrir los ojos lo primero que vi fue el pequeño rostro de Mikey, realmente no fue un sueño, el sí vino a buscarme y lo hicimos, mi mano estaba en su cintura y lo sostenía posesivamente.

Fue sorprendente lo que sucedió, fue tan nuevo para ambos el descubrirnos lentamente, no deseaba que nuestra primera vez juntos fuera algo alocado, sin emociones, quería sentirlo poco a poco, asegurarme que estaba a mi lado y volver a marcar su cuerpo.

Sus ojos que demostraban todo el amor que me profesaba me derritieron y esos gemidos suplicantes por sentir mi piel me hicieron perder el control. Mi mano dejo su cómodo lugar y se alzó hasta tocar su mejilla, tan suave.

-Buenos días, Ken-chin. - Mikey dijo aun con los ojos cerrados, lo mire embelesado.

-Buenos días. - Junte nuestros labios, mi rubio paso sus brazos por mi cuello, intensificando el toque.

Nos separamos cuando sentimos que nos quedábamos sin aire, Mikey se aferró más a mí y pego nuestras frentes, seguía con los ojos cerrados.

-Jaja, Ken-chin ya deja de verme así. - Oculto su rostro entre el hueco de mi cuello y hombro. - Me pones nervioso, tótem. - Susurro en mi oreja.

Mi cuerpo reacciono al sentir una suave mordida en esta, mi mano bajo hasta tocar su trasero.

-¿Quieres jugar? - Apretuje esa gran masa de carne, Mikey ahogo un gemido contra mi piel. - Que estemos juntos no significa que te perdone, aun no te castigue por lo que me hiciste.

-¿Ken-chin me va a castigar? - Ese tono sugerente, Mikey siempre lograba encenderme. En la posición que estábamos tenía perfecto acceso a su cuello por lo que volví a morderlo, el gemido de Mikey fue más fuerte.

-Te sigue gustando gritar mi nombre.

-Ken-chin. - Canturreo. - Tu cabello me hace cosquillas. - Esa risa, mi corazón se sentía en paz al volver a escucharlo. - El color negro... negro... - Me empujo.

-¿Qué pasa?

-¡Kenjiro! Sus clases. - Mikey al intentar ponerse de pie cayó al suelo.

-¡Mikey! - Me levanté asustado y estiré mi mano para ayudarlo, el enano la golpeo.

-¡No me toques! - Lucia molesto. - ¡Maldito tótem! ¡¿No podías ser más suave?! - Mierda, Mikey tenía muchas marcas de mordidas en su cuerpo. - ¡Desde nuestra última vez que no lo hago! - Inflo sus mejillas. - ¡Ahora cárgame que tengo que llevar a Kenjiro a clases! - Negué en silencio, anoche el pedía a gritos por más y ahora se quejaba, nunca entendería a mi enano.

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-¿Por qué están aquí? - Al entrar al hogar de Mikey vimos a Baji sentado aun en la mesa, se veía mucho mejor que el día anterior.

-Kenjiro. - Hablo entrecortado Mikey, habíamos venido corriendo, le dije que podía cargarlo, pero se negó volviendo a reclamarme lo bruto que fui. - Mi gatito aún no se va, ¿Verdad?

-Aún es temprano. - El azabache vio el reloj. - Además, por las puras viniste, Fuyu y yo lo llevaremos.

-¿Qué?

-Petición de mi gatito. - Sonrió victorioso. - Como ya están bañados vengan a desayunar, ayer nadie comió y Fuyu preparo bastante comida. - Suspiré derrotado, pude haberme quedado un poco más de tiempo con Mikey. - Por cierto, Mikey, será mejor que cubras eso. - Se burlo Baji señalando el cuello de mi rubio.

-¿Qué?

-¡Draken-san, mamá! - Mikey tapo la zona que Baji señalo. Kenjiro vino corriendo hacia nosotros, la pareja de Baji venia detrás de él. - ¿Draken-san ya se va a quedar con nosotros? - Tenia la maleta al lado así que asentí. - ¡Genial! - Salto y tomo mi mano. - Le llevare a su habitación para que deje sus cosas.

Me deje llevar, salude al rubio de nombre Chifuyu y continúe con mi camino. Al adentrarnos al lugar vi varias puertas, Kenjiro me dijo a qué pertenecían cada una, incluso me enseño su habitación.

-Aquí se quedará Draken-san. - Abrió la puerta y entramos a un cuarto amplio, la cama era grande y tenía algunas ropas sobre esta. - Mamá no doblo su ropa. - Regaño Kenjiro, mientras se acercaba a la cama a doblarla.

-¿La ropa de Mikey?

-Si. - Kenjiro abrió un cajón y dejo la ropa. - Compartirá habitación con mamá. - Sonrió. - ¿O siguen peleados?

-Ya no están peleados. - Se escucho una tercera voz, Baji estaba en el marco de la puerta con una sonrisa burlona plantada en su rostro. - ¿O sí? Ken-chin.

-No me llames así. - Bufe y Baji se rio.

-Gatito ya tenemos que irnos, dile donde dejara su ropa.

-¡Si! Draken-san, en esta mesa de noche dejara sus cosas personales, su ropa la puede poner aquí. - El pequeño comenzó a revolotear por toda la habitación señalando distintos lugares, luego abrió una pequeña puerta. - ¡Y este es su baño! - Al terminar con el pequeño recorrido vino directo a mí y abrazo mis piernas. - Ya me debo ir. - Me agache y bese su frente, sonrió gustoso y fue donde Baji que lo cargo y ambos se despidieron de mí.

Me acerqué a la cama y me senté, iba a dormir con Mikey, ¿Cómo me iba a poder contener? Ya lo había tocado, incluso quise volver a probar su cuerpo hace unos minutos.

-¿Debo quedarme?

-Por supuesto que sí. - Mikey se acercó lentamente a mí. - Si no lo haces, harás llorar a nuestro hijo.

"Nuestro.

-¿Ya no me odias por ser un bruto? Tu fuiste el que pidió que lo hiciera duro y luego te quejas. - Mi rubio se sonrojo. - Ven aquí. - Estire mi mano, Mikey la tomo y se sentó en mis piernas.

-Es tu culpa, fuiste muy rudo. - Golpeo mi pecho. - Y dejaste muchas marcas, tuve que golpear a Ed para que deje de burlarse.

-Golpéalo por mí.

-Dalo por hecho.

Mikey recostó su cabeza en mi pecho y nos sumimos en un silencio cómodo. Tanta felicidad me abrumaba.

-Ken-chin vamos a desayunar.

-Si, ya quiero comerte. - Me deje caer sobre el colchón con mi rubio aun en brazos.

Mikey se sentó a ahorcajadas sobre mí, la sonrisa que me brindo hizo a mi cuerpo vibrar. 

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Buenas noches! Les saluda Ale :D segundo capitulo listo, sé que es corto pero es todo lo que se tenia que narrar xD agradezco sus comentarios en el capitulo anterior, realmente estaba temerosa n_nU gracias por leer el fic y nos vemos en el siguiente capitulo.

¿Opiniones? 

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora