Extra 2

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Cada vez se hacía más difícil encontrar un trabajo, desde que decidí tener al bebe comencé a ser más cuidadoso, en el hospital de la nueva ciudad en la que me estoy quedando me prohibieron trabajar en los bares ya que pelear no era bueno para él bebe y las desveladas y la alimentación le dañarían. Al final para poder mantenerme termine vendiendo mi moto que era lo único valioso que tenía, me dieron una buena cantidad, no la más justa, pero me ayudo a vivir sin problemas hasta encontrar trabajo.

El cuarto donde vivía no era el más adecuado por lo peligroso que era la zona, pero lo ignoraba ya que era económico además sabia defenderme. Los meses pasaron y todo iba relativamente bien hasta que entre a la semana 16 y mis náuseas y el cansancio eran tan fuertes que no podía trabajar, por lo que fue inevitable ser despedido. El encontrar trabajo se había vuelto mi prioridad número uno ya que mis ahorros de todos estos meses se iban acabando, pero siempre que ya estaban por aceptarme notaban mi embarazo y me terminaban rechazando.

-Me veo horrible. - Las náuseas como siempre no me dejaban dormir por lo que tenía unas enormes ojeras, estar embarazado es un asco, pasaba más tiempo en el baño que en cualquier otra habitación, aunque no era como que tuviera un gran espacio ya que este cuarto que alquile era solo de una habitación con cocina y baño incluido. Me veía pálido casi como el papel y no me sorprendía ya que mi cuerpo tendía a rechazar todo lo que le intentaba dar de comer, las cosas que antes amaba comer las terminaba devolviendo a los pocos segundos de llevarlo a mis labios y es horrible porque mi cuerpo me pide que coma algo, pero todo lo que intento comer no lo acepta.

No sé qué hacer.

Me metí a la ducha entre lágrimas y me aseé, hoy tenía otra entrevista y debía ir lo más presentable que posible.

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-Lo siento, pero ya encontramos a alguien para el trabajo, si llegamos a tener otro puesto disponible lo llamaremos.

Mentira.

El tipo ni siquiera vio mis papeles, solo escudriño mi cuerpo y me rechazo. Es un hijo de puta, si tuviera fuerzas lo habría golpeado.

Abatido caminé sin rumbo o eso creí hasta que un delicioso aroma a curry llego a mis fosas nasales, vi la tienda y mi estomago soltó un gruñido quejándose por la falta de alimento, revise mi cartera y suspire pesadamente, no tenía suficiente dinero.

Algo así nunca me paso, ni cuando era niño porque siempre estaba Ken-chin, Izana, el abuelo y Shin-nii cumpliendo mis caprichos.

Vivir solo es horrible, pero no puedo volver, volver significaría peleas, gritos y discusiones y no deseo que mi bebe pase por eso. Quiero que sea tan feliz como yo lo fui y eso no se lograría en una familia rota como la mía.

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Si volviera, ¿Qué pasaría?, ¿Ken-chin aceptaría a nuestro bebe?, nunca hablamos de niños ni nada parecido, se suponía que solo seriamos nosotros dos.

-¿Serás niño o niña? - Acaricie mi vientre. - Me gustaría que te parecieras a Ken-chin, él es alto, guapo, tiene una hermosa sonrisa y... es muy genial, pero no solo es genial por fuera, por dentro también es perfecto, tu papá es atento, a pesar de esa cara de pocos amigos que tiene es muy amable, siempre me ha consentido y cuidado, a diferencia de mí él es una gran persona. Si eres niño debes parecerte a Ken-chin y si eres niña... - Solloce. - A-amaría que te pare-cieras a mi mamá, ella también era hermosa y una gran mujer, la extraño tanto, si estuviera viva estoy seguro de que estaría a mi lado enseñándome a cómo cuidarte y como sobrellevar el embarazo. Quisiera estar con mi mama.

Odio estar solo.

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Los niños se ven felices mientras juegan, extrañamente escuchar sus risas me tranquilizaba y me hacía ansiar saber más de los bebes, estar en esas cuatro paredes que llamaba hogar se había vuelto un martirio por lo que últimamente agarré la costumbre de venir al parque y fue así que hallé esta nueva paz. El viento me daba en el rostro suavemente como si fuera una caricia, lo que muchas veces provocaba que me durmiera, me gusta mucho dormir en este lugar siendo arrullado por las risas de los infantes, me trae tanta paz.

Lamentablemente todo lo bueno dura poco y cuando oscurece y se van caigo nuevamente en la realidad de que debo volver a ese horrendo lugar donde estoy "viviendo", si es que a eso se le puede llamar vivir.

Ya iba a entrar a la semana 20 del embarazo y seguía sin poder encontrar trabajo, las entrevistas cada vez eran menos frecuentes, me estaba quedando sin opciones.

Hace poco había llamado a Shin-nii con la intención de contarle de mi situación, me hablo de cómo se encontraban todos e incluso me dijo que a Ken-chin le iba bien en su taller, que poco a poco se estaba haciendo conocido, no me sorprendí ya que siendo Ken-chin un gran mecánico sabía que tendría éxito, al preguntarme como me iba me puse a buscar las palabras idóneas para informarle sobre mi problema económico, me quede callado y medite cuales serían las palabras correctas para usar, pero mi silencio alerto a mi hermano y nuevamente me pidió que vuelva, al escuchar esa frase me volví a aterrorizar y sin pensar corte la llamada. Soy un cobarde, mi hermano me está pidiendo que vuelva y yo me aferro a seguir solo por miedo, Shin-nii dijo que no tomaría partido así que dudaba de que me defendería de Izana y Emma, no quería pensar en cómo reaccionarían al enterarse de mi bebe.

Emma dijo que siempre me odio e Izana que solo le cree a ella terminaría haciendo todo lo que ella le pida, incluso...

Moví mi cabeza quitando esos horribles pensamientos, mala idea, al terminar me sentí mareado y con ganas de devolver lo poco que pude comer hoy, mi primer pensamiento fue buscar el baño del parque que no se encontraba muy lejos de la zona de juegos, pero al ponerme de pie estos me fallaron, realmente estoy débil fue lo último que pensé mientras cerraba los ojos esperando el contacto con el suelo más este nunca llego, pero si sentí como dos brazos me sujetaban, volteé sorprendido.

-¿Mikey?

No puede ser.

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-Baji, ¿Estás seguro? - Titubee al ver a mi amigo de la infancia sacar sus llaves para abrir la puerta de su departamento.

-Por supuesto que si enano, no hice todo este viaje para retractarme ahora. - Ed abrió la puerta y se puso a un lado con la mano extendida, instándome a entrar. - Bienvenido a casa, Mikey. - Sonrió ampliamente dejándome ver sus colmillos, no importa cuantos años pasen Baji seguía siendo Baji. - O-oye enano, ¡No llores! 

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Buenas madrugadas les saluda Ale actualizando de madrugada como siempre n_nU lamento mucho la demora (me pregunto en que momento me llene de tantos fics), me dan ganas de concentrarme en solo un fic y terminarlo xD. Bueno con respecto al extra, aqui termina el de Mikey y vamos ahora a los extras Bajifuyu <3 

Por si alguien lo leyo, ¿Opiniones?

Pd: no lo revise.

Segunda oportunidad (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora