Sólo eran niños [Draco Malfoy]

Año 2 - 5

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Querida, Astrid.

Querida, ¿EN QUÉ ESTABAS PENSANDO? No puedes usar ese lenguaje en una clase. No puedes decir esa palabra NUNCA, EN NINGÚN LUGAR. ¿No te das cuenta de la vergüenza que me da recibir una carta de tu profesor diciendo que has estado completamente fuera de control? ¿Encantando a un chico en su silla? ¿Por qué harías eso? ¿Dónde se han ido tus modales? ¿La magia te ha vaciado por completo de todo tu sentido común? Nunca pasó nada parecido en casa. Eras una niña tan buena y ahora esto... Si vuelvo a oír algo así, tú, jovencita, volverás directamente a casa.

No escuches a tu madre, querida. Lo que está tratando de decir es que estamos un poco preocupados por ti. Y nos preguntamos cuál podría ser la causa de tales acciones. Sea lo que sea lo que ha pasado, la violencia y el lenguaje soez no son la forma de solucionarlo.

Los dos te queremos mucho y te echamos de menos. Se está bastante tranquilo sin vosotros en casa y estamos deseando que lleguen las Navidades para volver a veros.

Con mucho cariño, mamá y papá.

Astrid suspiró. Sabía que la regañina era inevitable, pero había deseado que tal vez no se hubieran enfadado de verdad. Eric le había contado muchas historias de cómo él mismo se había visto envuelto en diferentes percances cuando era más joven y a ella le parecía injusto que estuviera siendo tan hipócrita. También dudaba de que su madre nunca hubiera hecho nada parecido. ¿Qué niños no rompían las reglas una y otra vez? Los aburridos, seguro...

Pero se alegró de no haber recibido un aullido. Eso habría sido catastrófico. Sentada allí, junto a la mesa del desayuno, donde todo el mundo la oiría. Tendría que huir del país.

Astrid estaba guardando la carta en el sobre cuando vio una nota más pequeña. La sacó intrigada.

Tu madre estaba revisando lo que te escribiría en nuestra carta conjunta y no quería que te dijera esto, pero, lo hiciste muy bien. Los Malfoy son unos cobardes y sea cual sea el motivo estoy segura de que el chico se lo merecía. Mantén la cabeza alta, amor, y no te cortes en involucrarte en otras travesuras por el estilo. Eso sí, que no te pillen la próxima vez ;)

Con cariño, papá.

Astrid sonrió. Por primera vez en las últimas 48 horas, sonrió de verdad.

—"¿Por fin has dejado de estar enfadada?", —oyó la voz desesperada de Daphne desde un lugar a su lado. Desde el incidente del desayuno, Astrid había estado ignorando a su amiga.

—"No",— dijo Astrid, con el ceño fruncido de nuevo.

—"¿Por qué no puedes parar?"— se quejó Daphne.— "No puedo no hablar contigo. Tendría que contárselo todo a Blaise y... bueno, ya se lo cuento, pero hay cosas que él no entiende. No es una chica, por desgracia. Y yo también tengo muchas preguntas".

—"Eres una tonta prejuiciosa y no quiero tener nada que ver con alguien como tú", —dijo Astrid con la barbilla en alto.

—"Ash..."— Daphne comenzó pero fue detenida por Maggie caminando hacia la mesa y colándose entre las dos chicas.

—"Entonces, por favor infórmame, ¿cómo estuvo la galleta? Naturalmente, intenté despertarte anoche para preguntarte pero estabas totalmente inconsciente."