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Draco oyó el ruido sordo que hizo un cuerpo al caer al suelo e inmediatamente se dio la vuelta de su lugar junto a la chimenea. Alguien había caído justo en la entrada de la sala común y si no se apartaba a esa persona, Draco temía que su cuerpo acabara aplastado por la enorme puerta.
Tanto él como Theo, con quien había estado hablando, se dirigieron hacia la persona caída y no pudo evitar poner los ojos en blanco cuando vio que no era otra que Ninomae.
Y ella me llama dramático...
Oyendo el familiar sonido de piedra contra piedra y no queriendo ver las tripas de una persona siendo aplastadas fuera de su cuerpo, hizo el movimiento de agarrar una de sus piernas y sacarla de la puerta y llevarla a la sala común. El chico hubiera preferido empujarla, pero empujar era más difícil que tirar y el tiempo que le había dado la puerta al cerrarse había sido limitado.
— "¿Está muerta?" — preguntó Theo a su lado y Draco se limitó a negar con la cabeza.
— "No, obviamente", — Draco en realidad no lo sabía pero lo dudaba mucho. — "Ella sólo quiere atención".
Los ojos de Theo destellaron peligrosamente y Draco supo que el chico estaba a punto de soltar una broma, probablemente algo sobre Draco confundiéndola con él, pero nunca llegó. El chico se la tragó y Draco sonrió orgulloso del poder que tenía. La gente tenía miedo de caerle mal y se sentía increíble.
En cambio lo que dijo el chico hizo que Draco levantara una ceja confundido. — "Si lo que quiere es atención, entonces atención es lo que tendrá".
Draco no sabía lo que significaba pero tampoco quería interrogar al chico. El rubio se agachó a la altura de la chica inmóvil y observó su rostro apacible. Aunque todos sus músculos estaban relajados, en cierto modo parecía casi un poco asustada.
Draco intentó sacudir a la chica para despertarla y decir su nombre, pero ella no cedió. Si hubiera sido uno de los chicos seguramente le habría dado una bofetada en la cara para que volviera en sí, pero viendo que no lo era, no le pareció una buena opción. Oyó a Theo gritar su nombre varias veces, empujándola también, pero no pasó nada. Ni el más mínimo movimiento. Pero las lentas caídas y subidas de su pecho eran inconfundibles. No estaba muerta, sólo muy sorda.
Entonces se le ocurrió una idea genial y se levantó bruscamente.
— "Ahora vuelvo".
Mientras Draco se dirigía a su dormitorio, por el rabillo del ojo vio a Theo arrastrando a la chica desmayada hasta un sofá.
Cuando el rubio regresó no más de cinco minutos después, con un vaso de agua en las manos, el alboroto que se estaba produciendo en la sala común le sorprendió sobremanera. Una masa de alumnos de primero y segundo año se apiñaban alrededor del sofá en el que yacía Ninomae. Todos parecían tristes, asustados y curiosos. Draco incluso se fijó en una niña pequeña que lloraba.
El chico rubio se burló. Siempre que se trataba de Ninoame, empezaban a ocurrir cosas raras.
Se acercó lentamente a la conmoción y vio que Theo se acercaba a la niña que lloraba y le rodeaba los hombros con una mano tranquilizadora.— "No llores, cariño, la chica murió feliz. Estaba con la gente que más quería. Pero sus padres australianos... ni siquiera podrán venir a su funeral porque no tienen dinero para ello. Por eso me he encargado de recaudar este dinero y Astrid sería la más feliz viéndonos desde su lugar en el cielo, agradeciéndonos haber podido reunir a su familia por última vez."
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Sólo eran niños [Draco Malfoy]
RandomEl chico que no tuvo elección y la chica que se equivocó. Certeza y precisión era lo que Draco Malfoy había conocido durante toda su vida. La incertidumbre era lo que a Astrid Ninomae siempre le había gustado buscar. Donde Draco era una tormenta d...