Sólo eran niños [Draco Malfoy]

Año 2 - 2

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Era lunes, la última clase del día y Astrid estaba a punto de dormirse mientras esperaba a que llegara su nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Astrid había pasado el fin de semana entrando y saliendo del ala del hospital mientras Madam Pomfrey curaba todos sus moratones y ese lunes por la mañana se sentía como si hubiera vuelto a nacer. Ahora le dolía el trasero de estar sentada todo el día y no veía la hora de volver a su dormitorio. No es que eso fuera a ser mucho mejor, porque ese lunes era el día de su primer entrenamiento de quidditch y tendría que salir de su habitación poco después de cambiarse.

Oyó cómo se abrían las puertas de la pequeña habitación del fondo de la clase y Gilderoy Lockhart salía dando vueltas con la túnica a la espalda. El hombre era guapo, Astrid tenía que admitirlo, pero su arrogancia infantil le hacía parecer estúpido. Sin embargo, las demás chicas no parecían darse cuenta de eso, ya que todas lo miraban con admiración. Incluso Daphne dejó de mirarse las uñas y observó cómo el profesor comenzaba la clase.

—"¿No es simplemente impresionante?" —Astrid oyó que Daphne murmuraba desde el asiento de al lado mientras el nuevo profesor se presentaba.

—"Sí", —dijo Astrid mientras el profesor empezaba a repartirles el primer examen del año. Le resultaba extraño que tuvieran un examen sin haber tenido una clase en condiciones antes, pero cuando vio la primera pregunta lo único que pudo hacer fue poner los ojos en blanco. No era un examen de D.A.D.A., sino uno para poner a prueba sus conocimientos sobre su célebre profesor. Qué estupidez.

—" Tiene cara de tonto" —oyó Astrid quejarse a Malfoy en el asiento detrás del suyo donde estaba sentado con Pansy a su lado.

La muchacha apenas se separaba de Malfoy y, por muy divertido que fuera ver cómo éste se retorcía bajo sus caricias, a Astrid le molestaba bastante.

—"Como si fueras tú el indicado para decirlo", —dijo Astrid girándose en su asiento para mirar a Malfoy fijamente a los ojos.

—"No puedo creerlo chicas, que les guste un idiota como él" —dijo cruzándose de brazos mientras su nuevo profesor se sentaba en su silla al frente del aula.

—"Si alguien ha olvidado dónde ha oído hablar de mis deseos más profundos en la vida que fue en uno de mis libros, 'La profundidad de los hechizos y las reacciones dentro de mí'".

—"Es patético", —volvió a decir y Astrid negó con la cabeza.

—"Sólo te encuentro a ti atractivo, Draco", —ronroneó Pansy a su lado mientras le agarraba la mano.

—"Verás, Malfoy, a tu novia le gustas. Por qué ibas a necesitar la aprobación de cualquier otra chica?".

—"Pansy no es mi novia", —dijo él deshaciéndose rápidamente de sus manos, —"y yo no necesito la aprobación de nadie".

—"¿Las chicas celosas no encuentran atractivo tu pelo baboso?".

Antes de que a Malfoy se le ocurriera una réplica, Astrid sintió de pronto que una varita se posaba en su hombro. Allí estaba Lockhart mirando a Malfoy y a Astrid con desaprobación.

—"Ya que ustedes dos parecen haber terminado, serán nuestros dos primeros voluntarios".

Rápidamente giró sobre sus talones azotando con su túnica la cara de Astrid. Astrid y Draco intercambiaron una mirada antes de volver a sentarse en sus asientos.