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Las cuatro chicas caminaban por un pasillo de Hogwarts, un reguero de agua las seguía.
Temblorosas y temblorosas, las chicas se detuvieron en la encrucijada y en el lugar donde Hermione las dejaría.
—"Gracias, chicas",— habló sinceramente, mientras se apartaba un mechón de pelo mojado de la cara, —"esto ha sido muy divertido".
Astrid resopló juguetona.— "Bueno, obviamente. Siempre tengo las mejores ideas".
Daphne y Rosier intercambiaron una mirada enarcando las cejas y luego volvieron a mirar a Astrid que simplemente soltó una risita.— "¡Vete a la mierda!"
—"Eres mucho más amable de lo que esperaba que fueras", —continuó Hermione y Astrid tuvo que reírse de su inocencia. Por supuesto, la noche que habían pasado había sido muy divertida, pero las tres chicas Slytherin eran cualquier cosa menos agradables. Al menos para los estándares del público común.
—"¿Cómo es eso?" —preguntó Astrid al mismo tiempo que Rosier inquiría un: —"¿Es porque somos Slytherins?".
—"Sí", —respondió Hermione habiendo adquirido algo de la brusquedad que tenían las chicas, después de pasar el tiempo con ellas.
—"Tal vez esto te enseñe a no discriminar a los demás por sus casas", —desafió Rosier con descaro haciendo que Hermione ladease la cabeza con similar seguridad burlona.
—"Viniendo de una sangre pura".
Para un observador, podría haber parecido que las dos estaban a punto de discutir, pero entre ellas era evidente que sólo se estaban tomando el pelo.
—"Oye", —se rió Rosier, de mucho mejor humor de lo que nadie la había visto nunca. —"Al menos yo odio a todos por igual".
Se rieron suavemente una vez más, de pie donde estaban; el agua fría goteaba de sus vestidos, bajaba por sus piernas y caía al suelo igualmente frío. La nieve de sus cabellos también se derretía y les producía escalofríos mientras les caía por la espalda.
De repente, sorprendiendo a todos, Hermione abrazó a las tres chicas de Slytherin. Fue extraño, ya que las propias chicas compartían abrazos con poca frecuencia y nunca habían sentido la necesidad de semejante muestra de afecto.
—"Hasta otra noche",— dijo Hermione mientras se separaba y retrocedía un paso.
—"¿Otra noche?" —Astrid levantó una ceja burlonamente mientras hablaba bastante divertida.
—"No puedes ser vista con un Slytherdork durante el día", —se encogió de hombros haciendo que las otras tres chicas jadearan.
—"Oye", —empezó Daphne, —"ese es nuestro apodo para los Gryffindors".
Hermione se encogió de hombros, enviándoles otra sonrisa y dándose la vuelta para subir de nuevo a la torre Gryffindor mientras las otras chicas intercambiaban otra mirada.
Días más tarde, al recordar aquel día, Hermione no sería capaz de entender cómo había conseguido mezclarse tan bien con las chicas aquella noche. No sería capaz de creer todas las reglas que había roto con éxito y toda la diversión que había tenido. Se sorprendería de lo divertidas que habían sido las bromas infantiles e insultantes que siempre mantenían las chicas de Slytherin y, más aún, se sorprendería de lo diferentes que parecían los días siguientes.
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Sólo eran niños [Draco Malfoy]
RandomEl chico que no tuvo elección y la chica que se equivocó. Certeza y precisión era lo que Draco Malfoy había conocido durante toda su vida. La incertidumbre era lo que a Astrid Ninomae siempre le había gustado buscar. Donde Draco era una tormenta d...