Año 3 - 33.

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Se acercaba San Valentín y Astrid había estado pensando mucho en ello. Pero no de la misma manera que la mayoría de la gente. Astrid estaba un poco ansiosa.

Había estado pensando en el trato que ella y Malfoy habían hecho hacía un año y se preguntaba si aún era válido. Habían acordado hacerse un regalo el uno al otro. Era una especie de competición y le preocupaba que el muchacho lo hubiera olvidado. No quería hacerle un regalo y que él se riera en su cara por hacer algo así.

Aunque algo en el fondo de su cabeza le decía que no se quedaría fuera de una competición. Especialmente con ella. Además, había pensado que si no le llevaba un regalo, sólo conseguiría parecer más estúpido. Además, sería una gran oportunidad para burlarse de él y decirle que ella había ganado y que él era un mariquita por tener tanto miedo a perder que ni siquiera había participado.

Al menos eso fue lo que se dijo a sí misma para calmarse.

Astrid ya había pensado en su regalo y sabía que era brillante. Posiblemente su idea más brillante hasta el momento. Y le había llevado mucho tiempo perfeccionarla con la ayuda de Rosier. Astrid había previsto que convencer a Rosier de que la ayudara supondría mucho trabajo, pero lo único que tuvo que hacer fue aceptar de buen grado probar tres de los experimentos e inventos de la chica. Era una decisión arriesgada, pero estaba dispuesta a correr el riesgo.

Mientras ella y todo su grupo de amigos ponían un pie en Hogsmeade, la chica ya esperaba un día perfectamente relajado para buscar y tal vez encontrar alguna cosilla que pudiera añadir al regalo. Era 12 de febrero, sólo faltaban dos días para el evento y la chica se encontraba en una extraña mezcla de ansiedad y emoción. Las dos emociones eran tan similares que era difícil distinguir una de la otra.

—"Entonces",— comenzó Daphne emocionada mientras se zafaba del abrazo de Blaise y miraba entre Draco y Astrid, —"¿ustedes dos ya tienen sus regalos o tenemos que asegurarnos de mantenerlos separados mientras van a comprarlos?".

—"¿Qué regalos?" —Cuestionó Pansy que había estado aferrada al costado de Draco, entrecerrando los ojos en señal de sospecha.

—"Regalos de San Valentín, por supuesto", — habló Daphne haciendo que Pansy abriera los ojos completamente sorprendida. —"Los dos acordaron participar en una competición. Por cierto, todavía tengo la foto", —se apartó de Pansy y miró una vez más entre los silenciosos Astrid y Draco. —"¿Y?"

Astrid miró a Malfoy para buscar una respuesta en su rostro. Al ver la sonrisa de autosuficiencia, la chica lo había conseguido fácilmente.

—"No puedo creer que pienses que obtendría mi regalo de Hogsmeade,"— Draco habló lanzando una sola mirada hacia Astrid. —"Como ya he dicho. La historia que hay detrás es lo importante. No puedes conseguir algo así aquí".

Aunque nunca lo diría en voz alta, Astrid estaba de acuerdo. Lo que los dos estaban jugando no podía ser un simple regalo comprado en una tienda. Tenía que tener algo un poco más... interesante.

—"¿Así que ya tienes el tuyo?"

—"Oh, tengo el mío desde hace tiempo".

Astrid odiaba admitir que estaba positivamente intrigada.

—"¿Y tú, Ash?"

La chica también dejó que una sonrisa se dibujara en su rostro.

Sólo eran niños [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora