▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
🍏🫐🍏
Había llegado la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos y Tracey había jaleado a todas sus compañeras de habitación para que se colocaran en primera fila y lo más cerca posible de los campeones, con el fin de que ella pudiese hablar efusivamente de ver a Cedric Diggory en traje de baño.
Rosier no paraba de refunfuñar sobre lo inapropiado de su comportamiento y que además de todo eso la chica de ojos verdes también tenía novio. A lo que Tracey no dejaba de agitar la mano despectivamente diciendo que eso no significaba que sólo encontrara atractivo a su novio. Y eso había llevado a su discusión final sobre si la monogamia es o no una opción y si encontrar a otros atractivos mientras se está en una relación está bien. Lo cual es una historia aparte y no viene al caso.
Durante todo el asunto, la mente de Astrid había estado ocupada con un tema totalmente diferente. Malfoy.
La chica seguía enfadada por la jugarreta que le había hecho para meterla en problemas, pero eso no le impedía preguntarse qué más sabía el muchacho sobre sus padres y si acaso tendría alguna respuesta. Se moría por acercarse a él, pero no sabía cómo.
Si tan sólo los adolescentes supieran que uno estaba tan ansioso como el otro, su charla habría ocurrido mucho antes y mucho más fácil.
Los campeones se habían zambullido en el agua y, tras unos cinco minutos con la mirada perdida en las profundidades del Lago Negro, Astrid se había dado la vuelta, apoyando la espalda en la barandilla de las gradas que se habían colocado en el agua y observando a los alumnos a su alrededor. La mayoría de las veces se sorprendía a sí misma mirando fijamente al rubio platino, con las cejas fruncidas y ella misma ensimismada en sus pensamientos.
Draco, por supuesto, se había dado cuenta. Pues sus ojos le traicionaban saltando en dirección a la chica más a menudo de lo que le gustaría admitir.
La vio observando y le sostuvo la mirada, el parloteo de Crabbe convirtiéndose en un leve ruido de fondo. El chico se echó hacia atrás, apoyándose también en la barandilla que tenía detrás, y se cruzó de brazos.
Ninguno de los dos adolescentes había rehuido nunca nada. Incluso el simple hecho de mirarse se convertía en una competición descarada.
Draco observó cómo el muchacho que estaba junto a Ninomae deslizaba la mano alrededor de la cintura de la chica mientras seguía hablando con sus amigos que estaban junto a ellos. La visión le produjo náuseas.
Perdida en la mirada, Astrid ni siquiera notó el suave toque a su lado. Mientras tanto, Draco no se dio cuenta de que su mirada se intensificaba mientras su lengua se hurgaba con rabia en el interior de su mejilla.
Después de otro momento de silenciosa contemplación, Astrid finalmente cedió. Prefería simplemente ir y hacerlo, en lugar de mantenerse a sí misma adivinando sin ninguna razón real en absoluto.
La chica se excusó de su novio, diciéndole que volvería en un minuto mientras luego daba un paso hacia el Malfoy que aún la miraba fijamente, a quien le hizo un gesto con la cabeza para que se reuniera con ella en la esquina abandonada de las gradas abiertas. El chico lanzó otra mirada en dirección a Hallminster, al ver que el muchacho lo miraba, le saltó las cejas una vez, antes de seguir a Ninomae a un lado.
—"¿Qué quieres?" —Draco mantuvo los brazos cruzados mientras se acercaba a la chica.
—"Que me cuentes todo lo que sabes", —Astrid fue directa al grano.
ESTÁS LEYENDO
Sólo eran niños [Draco Malfoy]
RandomEl chico que no tuvo elección y la chica que se equivocó. Certeza y precisión era lo que Draco Malfoy había conocido durante toda su vida. La incertidumbre era lo que a Astrid Ninomae siempre le había gustado buscar. Donde Draco era una tormenta d...