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De niña, Astrid Ninomae no había sido una persona odiosa. Nunca había entendido a los acosadores ni había sentido la necesidad de acosar a los demás. Se había limitado a vivir despreocupadamente.
Pero Astrid Ninomae había sido clasificada en Slytherin y, aunque no era una casa de matones por definición, muchas de las personas con las que se juntaba no eran especialmente agradables. Naturalmente, se le había pegado.
Por eso, estar en los vestuarios y colocar la insignia de "Weasley es nuestro rey" en su uniforme de quidditch le producía a Astrid tanta emoción como ella. A Astrid no le gustaba llamarlo acoso. Era más bien una expresión creativa y de apoyo a su propio equipo.
Los deportes eran deportes. La gente siempre estaba dividida mientras veía los partidos. Incluso en los partidos de fútbol muggle se oían insultos de los hinchas. En todo caso, Astrid creía que la canción que Pansy y Malfoy habían inventado era mucho más interesante que los cánticos básicos.
Un poco específica, pero no por ello menos creativa.
Sintió un pequeño empujón desde atrás y al mirar por el espejo vio que Adrian Pucey le sonreía antes de salir por las puertas y caminar hacia el campo.
Era el primer partido en el que Astrid se había ganado el puesto sin engaños.
En definitiva, Astrid no podía estar de mejor humor.
Pronto estuvieron todos en el aire y el partido había comenzado. En cuanto Madame Hooch hizo sonar el silbato, los compañeros de Astrid entraron en acción.
"Weasley es nuestro rey,
No puede bloquear ni un anillo".
Astrid surcó el cielo sólo alimentada por la letra de la canción. Sonrió, esquivando un bulger y pasándole la quaffle a Montague.
"Por eso todos los Slytherins cantan,"
—"Weasley es nuestro rey",— dijo Astrid junto con los demás, justo cuando la quaffle pasó a Adrian, que marcó sin esfuerzo el primer gol del partido.
Astrid lanzó un fuerte grito antes de esquivar por los pelos otro buldger que le habían puesto como respuesta y lanzarse para llegar a la altura de Angelina Johnson, que ahora se acercaba apresuradamente a la portera de Slytherin.
"Weasley nació en una papelera,
Siempre deja entrar la quaffle".
Draco sonreía abiertamente mientras se permitía un momento de orgulloso disfrute viendo el partido. Pansy dirigía a la cantarina multitud de Slytherins; las gradas estaban mucho más llenas de lo habitual mientras los estudiantes se balanceaban juntos de lado a lado de una forma mucho más conjuntada y alegre que nunca. Ninomae acababa de alcanzar a Weaselbee una vez más mientras se movía un poco hacia un lado, burlándose de él, antes de meter un gol en un aro al otro lado de donde había saltado el muchacho.
"Weasley se asegurará de que ganemos,
Weasley es nuestro rey".
Astrid se había quedado en la ofensiva después de marcar su gol mientras sonreía, viendo a Katie Bell ser golpeada por un buldger, dejando caer la quaffle y permitiendo que Adrian volviera volando hacia ellos. Hizo un mohín ante el pálido pelirrojo, que parecía un muggle que acababa de ver un fantasma y no pudo resistir el impulso de volar hasta acercarse a él.
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Sólo eran niños [Draco Malfoy]
De TodoEl chico que no tuvo elección y la chica que se equivocó. Certeza y precisión era lo que Draco Malfoy había conocido durante toda su vida. La incertidumbre era lo que a Astrid Ninomae siempre le había gustado buscar. Donde Draco era una tormenta d...