39 - Spin the bottle

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Un beso jugando a la botella.

De lo bajo que han caído sin darse cuenta, la verdad es que parecen nuevos. Sobre todo Jiang Cheng. ¡¿Cómo puede seguir picando como un idiota y acabando metido hasta las cejas en las trampas de Wei Ying y Nie HuaiSang?! ¡Son su hermano y su mejor amigo! ¡Ya sabe como se las gastan, por amor de Dios!

Pues resulta que están de fiesta un sábado por la noche. Han quedado los cuatro con Wei Ying y Lan Zhan y con parte del poli-círculo de Nie HuaiSang, que es bastante extenso, además de con unos cuantos amigos en común. Lo hacen de vez en cuando. De hecho, fue justo en una de esas fiestas suyas cuando Jiang Cheng y Nie MingJue por fin empezaron a salir, y Lan Huan todavía recuerda con cariño la foto que le mandaron para contárselo. 

Esta vez parece que la cosa va a ser más... bueno, no peor, no como tal. Más bizarra.

Desde luego, pocas cosas más raras hay que ver a Jiang Cheng vestido con un kigurumi de unicornio blanco y crines arcoíris, pero resulta que perdió una apuesta al principio de la noche. Y resulta que, casualmente, HuaiSang tenía eso en su armario. No estaba preparado ni nada.

Cabrón. Luego le ahogará con un almohadón, en cuanto se quede dormido gracias al vodka, lo promete.

La noche en general está siendo un descontrol. A veces de los buenos y otras de los malos. Corre mucho alcohol y hay muchas risas —esa es la parte entretenida— pero también hay muchos juegos de beber y muchas fotos a traición (Meng Yao acaba de sacarse una selfie con él. Bastardo... lleva riéndose desde que salió del cuarto de Nie HuaiSang con el kigurumi puesto) y eso ya no le divierte tanto. A ver, depende del juego. Cuando incluyen apuestas, la cosa no tiene nada de entretenida, porque su orgullo y su competitividad innata le obligan a participar y a ganar. Salvo que, como cada vez está más borracho, lo único que hace es perder. Y perder, y perder, y perder. ¡Es humillante! ¡Con lo bien que se le da el beer pong al principio de la noche!

Pero claro, compite contra el cabrón de Wei Ying, que es el campeón indiscutible porque al muy asqueroso el alcohol casi no le sube. Ah, cómo le odia.

Como Jiang Cheng todavía está en la fase de borracho enfadica que no para de refunfuñar, Nie MingJue, sentado en el suelo a su lado —porque han acabado por pasar de los sillones y los sofás y hacer un círculo en la alfombra, es más cómodo así— le pasa un brazo por los hombros y le atrae en un abrazo. El alcohol también le pone mimoso y desinhibido, así que se acurruca contra el musculoso pecho de su segundo novio. De todas formas, Nie MingJue solo lo hace porque el tejido de peluche del kigurumi es muy, muy suave, pero él también sabe como aprovecharse de esa suerte de simbiosis.

Y entonces, Nie HuaiSang desata el apocalipsis.

-¡Juguemos a la botella!

¡Claro que sí! ¿Qué podría salir mal de jugar a comerse los morros con dos grupos poliamorosos y una pareja monógama en la que uno de los integrantes tiene un serio problema de celopatía y el otro es gilipollas perdido?

Jiang Cheng quiere tirarse por el puto balcón.

Para su sorpresa, resulta que nadie se opone. Nadie tiene sentido común ya, el alcohol les ha machacado las neuronas. Y total, el último Yo nunca no acabó nada mal, así que suponen que esta vez la cosa tomará derroteros similares. Hasta cierto punto, es así. Jiang Cheng nunca esperó tener a Nie HuaiSang y a Meng Yao enrollándose delante de sus narices, pero no es una imagen desagradable, la verdad. Además, por la ligereza con la que lo hacen y lo poco que les ha costado asumir el resultado de la tirada inicial de la botella, no parece la primera vez. Mientras lo ven, MingJue, Lan Huan y Jiang Cheng se encuentran intercambiando una mirada suspicaz, curiosa. 

Por azares del destino, su novio abogado también acaba comiéndole la boca primero a Meng Yao y luego a Wen Qing —amiga invitada por la parte de su hermano— mientras su novia, MianMian, se parte de risa, porque los dos son la cosa más homosexual del planeta. Este es, casi con toda seguridad, su primer y único beso hetero. Lan Huan acaba intercambiando un pico un poco incómodo con Wen Ning, cosa que a los allí presentes les resulta bastante tierna y de la cual ellos no volverán a hablar nunca, menos aún cuando se crucen por los pasillos del colegio. 

A MianMian y Jiang Cheng les toca enrollarse, cosa que hacen sin problemas y que les recuerda con cierto cariño a sus andanzas en común en primero de carrera, pero que no volverán a repetir fuera de un ambiente de fiesta. Cuando Wei Ying gira la botella, acaba apuntando a Mo XuanYu, novie de Nie HuaiSang, otre de tantos, pero no tienen ningún problema en besarse. Acaba muy rápido, eso sí, porque el ambiente de la habitación se congela detrás de una mirada asesina. El pobre Mo XuanYu no tarda en pedirle asilo político a su trío de cuñados. Como se lleva de maravilla con Nie MingJue, se pasa el resto de la noche escondide detrás de su espalda de gimnasio. Pero, en general, la cosa va bien. Es graciosa y divertida y están pasando un buen rato...

Hasta que Lan Zhan gira la botella contra su voluntad, solo porque Wei Ying le ha hecho ojitos, y la boquilla acaba apuntando al tío con el kigurumi de unicornio arcoíris.

Jiang Cheng quiere morirse.

-¡No! -Chilla en cuanto ve que la botella le señala, acusadora-. ¡No, no y no! ¡Me niego! ¡Líate con un puto cactus pero aléjate de mí!

-Si en el fondo no sois tan distintos...

-A-Yao, no es el momento.

-Vamos, ChengCheng, son las reglas. -Se ríe Nie HuaiSang, puede que un poco nervioso, porque ni él podía anticipar este giro de los acontecimientos, y nunca mejor dicho-. Lo siento, Lan Zhan, solo es un besito.

Lan Zhan no dice nada. Tiene esa mirada suya de pez muerto (de dorada en la pescadería, quizá, piensa Jiang Cheng por hacer la gracia) clavada en su cuñado. Nadie sabe si quiere vomitar o asesinarle.

-¡Me niego!

-¡Oye! ¡Qué es mi novio! -Exclama Wei Ying, aunque tiene que contener la risa-. ¿Qué tiene de malo? ¡Si besa de maravilla!

-Prefiero a su hermano. -Dice Jiang Cheng, todavía negando con la cabeza-. De hecho, ¿no puedo besar a Lan Huan?

-Es que es tu novio, no tiene gracia.

-¡Un tercio de los tíos que están aquí son mi novio!

-¡Pues por eso! -Nie HuaiSang da una palmada-. ¡Vamos, ChengCheng, Lan Zhan! Solo será un piquito.

Lan Zhan —que, a todo esto, todavía no ha dicho ni mú— se acerca a regañadientes a su cuñado. Jiang Cheng cree que de verdad va a besarle y... y... y tiene que contener las nauseas que le provoca la idea. Casi siente alivio cuando lo que hace en realidad es presionarle un vaso de algo contra la boca. Salvo que, por la sorpresa, el frío del cristal y lo alerta que está, le da un manotazo, y todo su contenido se vierte en la camisa de Lan Zhan. Como respuesta, su cuñado le salpica con lo primero que pilla, a él y a Nie MingJue de rebote, y empieza una especie de guerra sin cuartel que nadie vio venir.

Y así, más de la mitad de ellos acaba con vodka por el pelo.

77 kisses [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora