65 - Stop to whisper

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Un beso que se detiene en un susurro.

Boca contra boca, Nie MingJue le presiona contra la pared de su salón en el apartamento que todavía comparte con Lan Huan. El propio Lan Huan acaricia su cintura mientras besa su mejilla, esperando paciente a que el abogado en prácticas libere la boca de su nuevo novio —y novio del propio Lan Huan desde hace ya casi un año— y pueda besarle con toda la tranquilidad del mundo. O con toda el ansia del mundo, que es en realidad lo que siente mientras sus tres pares de manos se entrelazan las unas con las otras, todos esos dedos buscando un caminito secreto de placer bajo sus camisetas. 

Bajo los labios de Nie MingJue, Jiang Cheng gime encantado cuando una de esas grandes manos baja por la última de las curvas de su espalda y aprieta uno de sus muslos. El sonido es tan claro y musical que Lan Huan se encuentra atacando su cuello con premura y dándole gracias a una mitología en la que no termina de creer por haberle abierto los ojos con lo del poliamor. Al principio, cuando su A-Jue le propuso esa forma de relacionarse, la verdad es que tuvo sus dudas. Pero ahora, ante su primer trío con Jiang Cheng y su primer novio —y después de haber conocido varios con Meng Yao y MingJue, que no deja de ser la primera etapa de su relación abierta— no podría estar más contento. Y no solo por el sexo (el buen sexo) si no por el amor. Porque le encanta dar amor a todos a los que quiere y le encanta recibirlo y sentirse rodeado de cariño, y jamás habría podido elegir entre ellos tres. No cuando les quiere tantísimo de maneras tan distintas ni cuando siente que amarles es tan correcto. Tan natural, como si esos sentimientos recíprocos siempre hubieran estado allí.

Nie MingJue libera con un gemido ronco los labios de su nuevo lío/metamor en proceso de volverse novio. Todavía no han aclarado bien qué son —no como Jiang Cheng y Lan Huan— y solo se han enrollado y acostado un par de veces antes, una jugando a la botella en una fiesta y luego en otro par de citas que han tenido a solas. Pero les gusta. Están probando, jugando, y descubriendo que cada vez son más y más afines, así que Lan Huan tiene un buen presentimiento al respecto. Cree que este, que es el primer trío que hacen con Jiang Cheng (y el primer trío que Jiang Cheng ha hecho en su vida) irá bien. Mejor que bien incluso.

(Cuando descubran la magia de los cuartetos, es decir, cuando Meng Yao y Jiang Cheng por fin admitan que se ponen cachondos el uno al otro, no querrán probar otra cosa.)

En cuanto los labios de su tercer novio quedan libres, Lan Huan se lanza a por ellos, meloso a la par que demoledor. Bajo su boca, Jiang Cheng parece deshacerse, derretirse contra la pared, mientras le agarra la nuca con una mano sudorosa y se las arregla para colar la otra bajo la camiseta de Nie MingJue, que ahora besa el hombro de Lan Huan. Aun así, el recién contratado profesor de música le nota temblar bajo sus dedos y sus labios. Y cuánto más le besa, más se acrecienta este temblor, como si tuviera miedo de algo o como si estuviera nervioso. Lan Huan tiene su labio inferior entre los suyos cuando se percata. Con cuidado, casi con dulzura, se aparta mientras le acaricia la mejilla para susurrarle algo. A su lado, Nie MingJue también se detiene, el aliento contenido en busca de su consentimiento y su confort. La mano que antes tenía en sus muslos, ahora aprieta su cintura. 

-Jiang Cheng, ¿estás seguro de que quieres...?

Incluso en la oscuridad, los ojos de Jiang Cheng relucen como dos estrellas de fuera de esta galaxia. No permite que Lan Huan termine su pregunta. La mano en su cuello se endurece, los dedos clavados con fuerza en su piel —con una fuerza que le encanta— antes de atraerlo hacia sí y estampar esos suaves labios de loto contra los propios. No muy lejos, porque el calor de su cuerpo sigue pegado a ambos, escuchan la risa de Nie MingJue, grave y satisfecha, mientras esos fuertes brazos bronceados que tiene los rodean a ambos. Lan Huan se siente en el Cielo mismo. Jiang Cheng lo besa y su primer novio —su primer amor, su novio de toda la vida, desde casi el instituto— los abraza a ambos y llena sus sienes y sus mejillas de besos y mordiscos picajosos como si reclamase a su manera que quiere que le hagan caso. Así que se lo hacen. En apenas unos segundos, justo cuando el hilo de saliva que los unía se rompe al separarse ambos, besan a Nie MingJue los dos. Jiang Cheng en los labios, de nuevo brusco y demandante. Lan Huan en el cuello, tan tierno como siempre, pero encantado de morder cuando las manos de su primer novio le aprietan el trasero. Eso con su querido A-Jue nunca falla, y esta vez no es la excepción.

Cuando se separan los tres por fin, justo después de que Nie MingJue y Lan Huan intercambien un beso, Jiang Cheng les muestra una sonrisa torcida, de medio lado, pero llena de ganas y de ansias relucientes en esa afilada mirada suya. Les mira como si quisiera comérselos, bebérselos, algo en lo que ya está pensando hacer, de hecho. Y mientras Lan Huan no puede evitar estremecerse con el cosquilleo indisoluble de la anticipación, Nie MingJue siente su miembro crecer dentro de sus pantalones, algo que no duda en hacerles saber a la hora de restregar juntos sus paquetes. La sonrisa de Jiang Cheng se hace más amplia cuando por fin contesta.

-Quiero.

Eso es un sí, así que avanzan a trompicones hacia el dormitorio.

77 kisses [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora