Un beso antes de dormir.
Mientras Lan Huan se desenreda el pelo en el baño, un sonoro beso cae sobre su mejilla. Le sobresalta un instante, porque ha estado tan concentrado intentando deshacerse los nudos —siempre se le forman algunos nudos rebeldes después de una sesión de sexo intensa, porque a cierto alguien (A-Cheng) le encanta tirarle del pelo cuando le está penetrando y a su vez está siendo penetrado por Nie MingJue— que ni siquiera se ha fijado en el revelador espejo. Cuando gira la cabeza, Meng Yao le roba un nuevo beso, este en los labios. Ya se ha enfundado en su pijama favorito, un conjunto corto con estampado de pollitos amarillos. Según Jiang Cheng, hace que parezca un niño; según él, está adorable. Todavía con el cepillo en la mano, Lan Huan sonríe. Todavía le sabe la boca a él.
-¿Y esto?
-Me apetecía -confiesa Meng Yao con simpleza mientras se encoge de hombros. Lan Huan le hace sitio delante del lavabo y del espejo. Su novio se lo agradece con un asentimiento breve y una sonrisa, justo antes de coger su cepillo de dientes-. Ah, mañana voy a tener agujetas.
Lan Huan termina de cepillarse el pelo mientras le escucha quejarse. Cuando finaliza, retira todo el pelo que se ha quedado enganchado en las cerdas del cepillo. Contempla a Meng Yao con las cejas solo un poco enarcadas, porque no es la primera vez que declara que sus polvos le van a dejar dolorido al día siguiente. Aunque no es al único, o por lo menos no siempre. Nunca se esperó acabar con agujetas en los abdominales después de acostarse con sus novios, pero ya le ha pasado más de una vez. Y en las piernas. Solo por eso ha incrementado la cantidad de ejercicios que hace en el gimnasio, Nie MingJue lucha para seguirle el ritmo cuando entrenan juntos.
-Sabes cuál es la solución, A-Yao...
-No lo digas.
-Solo tienes que apuntarte al gimnasio con alguno de nosotros -sentencia, ignorando su petición. Meng Yao pone un mohín contrariado mientras se cepilla los dientes, con la boca llena de espuma azulada. Lan Huan ya se los ha lavado-. O por tu cuenta. Tienes opciones para elegir.
-No me gusta el deporte, Er-ge. Este es la excepción.
-¿Y si empezamos a hacer estiramientos antes de acostarnos? Podría ayudar.
-Y matar todo el morbo. No voy a ponerme a calentar mientras, yo qué sé, A-Cheng se desnuda.
-Te sorprendería lo erótica que puede llegar a ser una buena sesión de calentamiento -Lan Huan le guiña un ojo a su novio a través del espejo mientras se encamina hacia la puerta-. Más de una vez A-Jue ha estado a punto de ponerme en una situación comprometida en el gimnasio.
Meng Yao enarca ambas cejas, pero no pone más objeciones y continúa lavándose los dientes en soledad. Cuando termina, vuelve al cuarto de Nie MingJue, justo dónde se han acostado los cuatro y justo a dónde Lan Huan también se ha dirigido. Hoy le apetece dormir acurrucado con ellos, en compañía. A los cuatro, en realidad, fue una conclusión a la que llegaron en la difusa neblina del post-coito.
Cuando llega, Lan Huan está ya colándose en la cama. Jiang Cheng y Nie MingJue han caído rendidos hace bastante poco y ya están dormidos. Viéndoles, despertarles va a ser imposible. Menos mal que mañana es sábado y los cuatro pueden permitirse remolonear en la cama hasta tarde.
Jiang Cheng —que consiguió arrastrarse hasta el otro baño antes que ellos, aunque muy a duras penas y más dormido que despierto— descansa desnudo acurrucado contra el pecho de Nie MingJue, que se encuentra en el mismo estado que él. El abogado le abraza con los brazos y una pierna que pasa alrededor de las suyas. Le mantiene totalmente atrapado en una cálida jaula hecha del cariño que le profesa, pero los tres saben que a su dulce A-Cheng le encanta dormir así, arropado y rodeado, con ellos para anclarle al mundo. Lan Huan, que suele dudar a la hora de elegir una postura para dormir, hoy ha sido rápido a la hora de decantarse por un bando. Quizá porque del lado de Nie MingJue hay más sitio y cabe mejor. Esta noche, al parecer va a dormirse haciéndole la cucharita a su primer novio, así que a Meng Yao le tocará imitarle y ser la "cuchara grande" para Jiang Cheng. ¡Vaya! Qué tremendo sacrificio.
En realidad, una sonrisa encantada y sincera revolotea en sus labios cuando se encarama a la cama del lado de su tercer novio. En cuanto lo abraza, Jiang Cheng murmura algo en sueños. No tiene significado ni traducción posible, pero es un gruñido de confort absoluto y encantado. Casi un ronroneo que se prolonga en cuanto le roza la nuca.
-Yao-gege... -musita, más dormido que despierto.
-Aquí estoy, A-Cheng -le susurra al oído mientras le besa justo detrás del lóbulo de la oreja-. Descansa, cariño.
-Nas noches...
Delante de él, con la cabeza solo un poco por encima de la de su novio abogado, Lan Huan les sonríe, enternecido. Nie MingJue, que ha caído ya por completo, se limita a dejar escapar un ronquido sin saber que lo hace. Y, en esta situación, Meng Yao no puede más que devolverle la sonrisa a su novio y alargarse por encima de esos otros dos adorados cuerpos para besarle por última vez en el día.
-Buenas noches, A-Yao.
-Buenas noches, Er-ge.
Antes de cerrar los ojos, ambos besan por última vez aquellas partes que alcanzan de sus otros dos novios; Meng Yao el hombro de Nie MingJue y Lan Huan una de las bonitas manos de Jiang Cheng. Después, se dejan conducir a la tranquilidad de los sueños. Saben que despertaran por la mañana, cuando ya haya amanecido, entrelazados los cuatro. Y de lo que hayan soñado, sea lo que sea y les lleve al mundo que les lleve, podrán olvidarse.
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77 kisses [Mo Dao Zu Shi Fanfic]
FanficUna pequeña lista de besos que compartir a cuatro. Porque la vida para Jiang Cheng es más entretenida teniendo a tres novios a sus pies. -Capítulos cortos -Los capítulos no siguen un orden cronológico -AU moderno -Actualización los jueves -Versión a...