21. Marcas.

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Jess 

Leo el mensaje de Tammy una vez más. Está esperándome en una de las calles paralelas a mi apartamento. Hoy es día de partido y, por lo tanto, día de vender merchandising. Termino de coger mis cosas para salir de mi habitación cuando llaman a mi puerta. 

―¡Puedes pasar, Maddie! 

Me agacho para ponerme las zapatillas dando la espalda a la puerta que se abre, pero mi amiga no dice nada. Levanto un poco la cabeza y veo unas deportivas demasiado grandes como para ser de Maddie. Alzo la vista encontrándome con la mirada egocéntrica de Mike. 

―¿Qué quieres? ― Me incorporo por completo y dejo los cordones a medio atar. 

―Vamos a ir al centro a tomar algo con los demás niños ricos, ¿te vienes? 

Lo miro frunciendo el ceño. Su tono de voz ha sonado demasiado agradable para ser él. Siempre ordena las cosas, nunca te pregunta primero. Estudio un poco más su comportamiento. Parece mucho más relajado que otras veces. 

―¿Dónde está Maddie? 

―En el baño terminando de arreglarse. ¿Hoy te has levantado con ganas de preguntar?

Me cuelgo el bolso al hombro y paso por su lado. 

―Tengo planes, otro día me apunto. 

Empiezo a andar por el pasillo con rapidez. Sé que Mike trama algo porque su actitud no es normal y menos después de la conversación que escuché. Sospecha de mí. 

―¿Quién es el misterioso chico al que estás viendo? 

Lo ignoro y sigo caminando, cada vez estoy más cerca de la puerta, pero no voy a salir tan fácilmente. Mike me agarra del brazo y me gira para que le mire a la cara.

―¿Crees que soy estúpido, Jess? Sé que estás tramando algo y no voy a tardar en descubrirlo. 

Tiro de mi brazo con fuerza para que me suelte y retrocedo un par de pasos.

―No sé de qué me estás hablando. 

―Lo sabes demasiado bien, preciosa. Para no tener amigos, nunca estás en casa. Maddie dice que solo la tienes a ella, pero ahora es mía y te has quedado sola. Así que dime, ¿con quién pasas el tiempo? ―Da un paso hacia mí y yo doy otra hacia atrás. Estoy cada vez más cerca de la pared.

―Escúchame bien, Maddie no es tuya porque no es de nadie. Acabará descubriendo la clase de persona que eres.  

―¿Estás celosa de que te la haya quitado? A ti se te ve demasiado bien con esa Tammy, sé que has tratado de mantener las distancias con ella, pero ¿sabes qué? No me importa que vayas con ella, al final es una puta más, como tú ― su voz está teñida de odio.

No voy a aguantar esos comentarios otra vez. Al principio me hicieron mucho daño, pero después de tanto tiempo aprendí que lo importante es lo que piensan las personas que quieres y no la gente que ni si quiera se preocupa por ti. Si tú tienes la conciencia tranquila, lo demás deja de importar. Levanto la mano dispuesta a darle una bofetada. Él ve mis intenciones y me agarra el brazo con fuerza impidiendo que acabe en su mejilla. 

―Ni lo sueñes ―me empuja contra la pared y aprieta con fuerza. Me trago el pinchazo de dolor que siento en la muñeca. Mike es el quarterback, tiene un brazo que acabaría con cualquier con tan solo un puñetazo. Joder, sí que duele―. Puedes hacer con ella lo que te de la gana, pero como te vea junto a otro diablo más, como descubra que eres tú el topo, vas a desear no haber entrado nunca en la Rivalry. Puedo ser mucho más malo que Joe. 

Un Pacto Con El DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora