Un Pacto Con El Diablo

43. Capitán.

Enzo

Una victoria más que apuntar al marcador. Seguimos primeros en la liga y tenemos que mantenernos así. Los niños ricos ocupan el segundo lugar, con un poco más de suerte, pasarán al tercero si no ganan todos los partidos antes de Navidad. El sábado perdieron por no llevar al equipación correcta y algunos de los diablos estamos en el parking esperando a que lleguen. Estarán muy cabreados. 

—¿No están tardando demasiado? —Pregunta Larry nervioso.

Camina de un lado a otro, jugueteando con sus manos. Tammy lo mira y rueda los ojos, se ha acostumbrado a verlo así e incluso ha conseguido no ponerse nerviosa. La verdad que es todo un reto porque cuando tienes a Larry al lado, te contagia todas las emociones. 

—¡Allí vienen! 

Jacob señala hacia la puerta de la Rivalry. Frunzo el ceño. Es muy raro que ya hayan entrado sin haberlos visto en el aparcamiento, han llegado más pronto que de costumbre. Mike se queda parado a mitad de los escalones de entrada cuando uno de sus chicos llega corriendo con una bolsa de basura. Sonrío de lado, es la bolsa que tiramos con su segunda equipación. Mike revisa el interior y la mirada se le enciende cuando alza los ojos y nos ve a lo lejos. 

Jess se arrima un poco más a mí. Mike puede dar mucho miedo cuando quiere. Todo el séquito de niños ricos empiezan a andar hacia nosotros  que mantenemos la calma en todo momento. Tenemos que actuar como si no hubiera pasado nada, aunque ellos lo saben perfectamente. Mike va primero que se para a unos metros de mí. 

—Te veo muy sonriente hoy, Hunter. ¿Hay algo que tengas que contar? 

—Nada nuevo, Mike. ¿Tú quieres aportar algo que me haga más feliz? 

Meto las manos en los bolsillo mostrándome impasible. Quiere que entre en su juego, pero no lo voy a hacer. Peter aparece detrás de Mike con cara molesta. No le está gustando nada mi tono y si alguien va a perder los papeles primero, será él. Es mucho más impulsivo que Mike. 

—En absoluto. —Pasea su mirada por el grupo hasta llegar a Larry—. ¿Qué tal va ese hombro, Larry? ¿Conseguirás jugar algo de lo que queda de temporada? —Se escuchan diferentes risas provenientes de los ricos. 

Tammy logra coger la mano de su novio para tranquilizarle antes de que se abalance sobre el cuello de Mike. Normal, más de uno ya se habría lanzado a por él si después de lesionarlo, se sigue ríe en su maldita cara de él. 

—Gracias por preocuparte, podré jugar bastantes partidos, por suerte seguimos los primeros y mi compañeros son demasiado buenos en lo suyo. Una pena que vosotros no vayáis tan bien. 

Ahora quienes sueltan alguna carcajada somos nosotros, entre ellas Jess que ahora mismo no puede estar más orgullosa de ser diabla. Y yo me siento orgulloso de ella, de que haya dejado de lado los clichés de la Rivalry para estar con nosotros, para estar conmigo. Mike posa su mirada en ella y aprieta la mandíbula con fuerza. 

—Veo que no habéis visto el tablón de hoy, ¿verdad? Puede que haya información importante para ti, Jess —dice con sarcasmo. Me tenso de inmediato. Como se hayan atrevido a poner algo de ella en el tablón...

Dejo de notar su cuerpo junto al mío y cuando giro la cabeza, ya está caminando hacia la entrada de la Rivalry. Joder, aparto a Mike a un lado y la sigo de cerca. Por favor que no sea nada. Si me costó convencerla de que se quedara aquí después del incidente en la pista de hielo, no creo que pueda hacerle cambiar de opinión si han decidido sacar sus trapos sucios de nuevo.

Jess se para en seco frente al tablón. No hay una nota como tal, solamente una lista. Me acerco más y apoyo una de mis manos en su hombro. Me mira frunciendo el ceño preocupada. Leo el título de la maldita: "Lista de traidores". Y a continuación, los nombres y apellidos de todos los niños ricos que tomaron posición en esta especie de guerra. El primero de todos ellos es Jessica Keller.