Al salir del tren se nota una tensión generalizada y un murmullo intranquilo que no se sofoca ni cuando llegan los carruajes sin caballos.
Casi me da un infarto cuando un peso muerto llamado Colin Creevey se me abalanza por la espalda y se me sube a caballito, estrangulándome con sus ridículos brazos. Aparto la cara para que no me de un beso mientras me aturulla a preguntas sobre el verano. Le doy las gracias por las fotos e intento soltar dos palabras seguidas sin interrupciones, pero es inútil: Acaba de localizar a Potter y quiere hacerle una foto de comienzo de curso, así que sale corriendo amenazando con que espera que nos veamos a menudo.
Suspiro, ignoro las risas de Hannah y de Susan, y sigo a Ernie al carruaje que nos ha elegido. Mientras subimos, oigo a Hagrid llamar al pelotón de primer año (que por las caras que tienen parecen a punto de hacérselo en los pantalones), y observo con curiosidad cómo se suben a las barcas, recordando con nostalgia el día en que yo lo hice.
Ernie señala las puertas de los recintos de Hogwarts cuando pasamos cerca. Malditos dementores. Aunque confieso que me molan sus pintas. Efectivamente, son tal y como me imaginaba a los Nazgûl.
En las escaleras del castillo, Malfoy vuelve a meterse con Potter. Un profesor sale en su defensa. El pobre parece desastrado y enfermizo, pero tiene cara de buena persona. Además, debe de serlo si Malfoy se está burlando de él con sus gorilas a la espalda.
"Defensa contra las artes oscuras, ¿qué te apuestas?" dice Ernie.
"Estupendo. Parece el tipo de persona capaz de enfrentarse a cualquier ser oscuro, ¿eh?" comenta Smith con desdén. "Uno, dos y ¡muerto!"
"Pues por ahí dicen que es el que ha espantado al dementor en el compartimento de Potter, y que luego ha invitado a todos a chocolate," explica Susan, cuyas orejas son de gran alcance, tanto familiar como escolarmente.
"¿Favoritismos antes de que empiece el curso?" protesta Hannah. "¿Por qué todo lo bueno les pasa a los Gryffindors?"
"Espérate, que aún podemos repetir la escena de Potter a ver si así te ganas tu chocolate," le digo, y finjo darme la vuelta y llamar a un camarero: "¡Marchando una de dementor!"
Entre risas, Hannah me agarra del abrigo y tira de mí hacia la entrada del Gran comedor. Lo último que veo antes de meternos es a MacGonagall llevándose a Potter y a Granger aparte del resto
Cada vez que escucho la canción del sombrero me pillo un mayor cabreo. ¿Por qué no lo dicen a las claras de una vez? Somos los que sobran, ¡los que sobran! Los leales y trabajadores, ¡JA! El trabajo duro es nuestra alegría diaria, no tenemos otras, claro que no. ¿Quién demonios escribió esa letra? Dan ganas de coger unas tijeras y...
¡Oh! Ahí vuelven Potter y Granger. Una, tan feliz; el otro, tan alicaído. Creo que el pobre no ha empezado el curso con buen pie. Todo el mundo se vuelve y lo señala entre cuchicheos. Al menos se ha sentado corriendo en su mesa, sin mirar a nadie. Y por mi parte puedo afirmar: Bye, bye, mariposas. Definitivamente.
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¡Hufflepuff Existe!
FanfictionJustin, asúmelo: Estás atrapado en Hufflepuff con toda su fauna y flora. Lo peor que te puede pasar es que te mueras de aburrimiento. Y lo mejor... siempre termina cuando uno menos se lo espera. Pero siempre habrá un amigo cerca para recoger tus ped...