Leones castigados y thestrals invisibles

15 5 1
                                    


La ilusión nos dura toda esa semana y las que vienen después. El ED hace que todo sea más llevadero, y encima lo puedo compartir con mis mejores amigos. Varios en nuestra casa saben de qué va la cosa por encima, o se lo huelen, e incluso los hay que nos preguntan qué vamos aprendiendo. Nuestros progresos no son espectaculares, pero vamos saliendo adelante, que no es poco. Jamás pensé que lograría hacer funcionar decentemente ciertos hechizos.

Para poder comunicarnos la fecha de cada siguiente reunión, Hermione nos da a cada uno un galeón falso que ha manipulado para que muestre un día y una hora donde normalmente saldría el número de serie del goblin que la acuñó, y para que se calienten cuando la fecha cambie, gracias a no sé qué hechizo proteriano que por lo visto es dificilísimo.

Al menos Terry Boot está que no se lo cree, y la mira como si fuera su nueva diosa de la magia. Esto mosquea no poco a Susan. Sobre todo cuando le dice que cómo es que no está en Ravenclaw con ese cerebro privilegiado que tiene. Vamos, que el chaval no está echando flores hacia su casa, no. Hermione confiesa que el sombrero se lo pensó. Hoy debe de ser el día del falso galeón y de la falsa modestia.

Otra cosa que me sorprende tiene lugar cuando Boot y Goldstein están practicando con nuestro grupito, y Luna, por una vez, me deja respirar, y me entero por su conversación con las chicas de que a la innombrable no parecen irle muy bien las cosas. Oh, durante las lecciones se la ve contenta, y se esfuerza por que Harry le haga algún halago con cada nuevo hechizo que practicamos ("¿Así voy bien, Harry?" "¿Qué te parece esto, Harry?") de modo que su amiga parece tener dudas sobre a quién quiere estrangular primero.

Pero, de acuerdo con el prefecto de su casa, Cho no está bien. Dicen que sigue llorando mucho, que se la ve muy decaída, que ya no es la misma de antes, y que hasta está teniendo problemas en su equipo por la falta de concentración. Je. Como el año pasado no hubo copa de quidditch, casi se me había olvidado que mi capitán y ella compartían afición y posición. Si al final va a ser verdad que soy yo más femenino que ella.

"No sé por qué va tanto a llorar al cubículo de Myrtle," interviene Luna, devolviéndome al presente, "porque ese fantasma es muy insensible, y una vez le oí decirle que ojalá el fantasma de Cedric viniera a hacerle compañía ahora, porque aún se acordaba de él en el baño y-"

"No hace falta que des más detalles, Luna," la detengo, por precaución.

Aún recuerdo cuando la encerramos en su cubículo el día de la última prueba. Espero que no oyera nada. Cedric se aseguró de ello, al menos.

"A mí me da mucha pena, qué queréis que os diga," confiesa Hannah. "Si yo lo echo de menos, que era sólo una compañera más, no quiero ni pensar cómo se sentirá ella."

"Se le pasará cuando tenga a otro con quien olvidar," comenta Zacharías con indiferencia, y señala atrás. "¿Queréis apostar cuánto tarda?"

"Dale un respiro, ¿quieres?" responde Terry Boot, algo molesto.

"Sí, tiene derecho como cualquiera a rehacer su vida, ¿no? Eso sería mejor que seguir llorando por las esquinas," la defiende también Susan.

Hannah asiente enérgicamente:

"Y ya sabemos que a Harry ella le gusta desde el año pasado. ¿No le pidió que fuera su pareja para el baile?"

"No estamos juzgando a Potter aquí... todavía," masculla Zacharías.

En esto que oímos de lejos a éste preguntar que qué tal vamos por nuestra zona. Ernie le responde con optimismo, y luego murmura por lo bajo hacia nosotros:

¡Hufflepuff Existe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora