El sinvivir de los TIMOS

21 5 4
                                    


Y hablando de las serpientes, Hufflepuff gana a Slytherin y el capitán casi se come a besos a Summerby delante de todo el colegio. Menos mal que se contiene a tiempo. 

Por lo menos nuestro buscador puede disfrutar esta vez de la gran fiesta que montamos. Hasta le dedico una canción, que el muy ingrato no aprecia porque se está dejando mimar por varias chicas de nuestra casa y no me hace ni caso. Me consuelo pensando que el capitán está peor que yo, que ni sé de quién tiene celos, si de ellas, o de él. 

Últimamente, Summerby y el capitán han pasado tanto tiempo juntos hablando de estrategias y entrenando intensivamente para este partido, que parecían una pareja de hecho; y de hecho, la novia de Fleet le dejó definitivamente la misma mañana del partido, en la puerta de los vestuarios, después de que la ignorara durante más de dos semanas. Me atrevería a decir incluso que ese gesto de despecho ha favorecido a nuestro equipo proporcionándole una inyección extra de moral al buscador justo antes del encuentro. Y por muy zorravenclaw que sea, en este caso, debo darle a ella la razón. Fleet y Summerby ya sólo se separan para ir a clase y para dormir. Y por el brillo en los ojillos de Summerby mientras el capitán nos contaba al resto la noticia de la ruptura durante la fiesta de celebración, me da que tampoco le haría ascos a compartir sábanas.

Ahora sólo queda esperar el resultado del siguiente partido de nuestros rivales. De la diferencia de puntos depende que aspiremos al primer o al segundo puesto. Lo que quiere decir que, aunque pocas, ¡hay esperanzas!


Dichas esperanzas terminan cuando Gryffindor gana a Ravenclaw con buena puntuación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dichas esperanzas terminan cuando Gryffindor gana a Ravenclaw con buena puntuación.

Y aunque me siento también un poco mal por Luna y su sombrero de águila (que casi me muerde cuando la iba acariciar), me hace ilusión que a la innombrable la haya dejado Ginny Weasley con un palmo de narices. ¡Ja, chúpate esa! Sé que no debería alegrarme, lo sé. Pero soy humano, yo también tengo mi lado oscuro, y no soporto a la viuda negra lacrimosa. De hecho, ya está llorando otra vez, para que vayan a consolarla. Qué asco la tengo, ¡qué asco!

De camino al castillo de vuelta del partido, de pronto me doy cuenta de que justo detrás de nuestro grupito van Harry y Hermione hechos unos zorros. ¿Qué hacen ahí que no están con su equipo, celebrando? Bueno, da igual. Por ahí viene la procesión, llevando a Weasley en brazos y cantando la nueva versión de la canción. Qué bonita es la Copa de quidditch. No creo que la vea en nuestra sala común antes de que me gradúe. Pero al menos me queda la satisfacción de que nuestro equipo ganó al campeón. Dos veces. Y en una lo tendría que haber barrido por goleada.

Por la noche, el equipo se reúne alrededor de la foto ampliada de Cedric, que sigue colgada del tablón de anuncios junto con tantas otras fotos. El capitán es el que habla primero:

"Lo siento, Cedric, hemos llegado más lejos de lo que hicimos hace dos años. Hemos ganado a Gryffindor y Slytherin. Y si no fuera por la diferencia de puntos... ejem... por la mala suerte, habríamos podido ganar la Copa de quidditch. Espero que, estés donde estés, te sientas orgulloso de nosotros."

¡Hufflepuff Existe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora