El estornudo de Summerby

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El domingo por la noche, después de un entrenamiento feroz bajo la lluvia, el equipo se reúne alrededor del brasero central para entrar en calor, por dentro y por fuera. Más de la mitad de la casa está sentada a su alrededor, en el sofá circular, en las sillas o en el suelo. Incluso los más estudiosos de quinto y séptimo. Estamos todos muy pendientes de este partido. Y de las palabras del capitán Fleet quien, no, no es Cedric, pero se esfuerza por llenar el vacío. Esto parece estarle causando un poco de ansiedad y problemas personales. Ayer, por ejemplo, llegó tarde a su cita de San Valentín en Hogsmeade por echar un vistazo al entrenamiento de Gryffindor (algunos a eso lo llamarían espiar, pero él insiste en que era una mera "supervisión de los rivales").

"...así que el sábado que viene, tenemos que salir a ganar. Sin miedo, sin tregua, sin duda," concluye con decisión.

"No podemos perder contra esa panda de novatos," añade Smith, mirándolos a todos con fiereza.

"¿Qué tienes contra los novatos?" protesta el otro cazador, Cadwallader.

"Tú ya no eres novato, Cad. Pero lo que Zach quiere decir es que les vamos a reventar los aros," promete la tercera cazadora, Applebee.

"Y Summerby atrapará la snitch, sin importarle lo buena que esté la buscadora del equipo contrario, ¿verdad, Summerby?" bromea el golpeador Rickett.

"¡Atchús!" asiente con vigor nuestro flamante nuevo buscador.

"¿QUÉ TE PASA, SUMMERBY? ¿QUÉ TIENES? ¡NO TE ME IRÁS A PONER MALO AHORA, ¿VERDAD?!" lo agarra el capitán Fleet por los hombros, sentado como está a su lado.

"No," coge un pañuelo y se suena los mocos. "Debe de ser el tiempo... Como paso tanto rato aburrido ahí arriba mientras los demás os movéis de un lado para otro... Pero es sólo un enfriamiento, nada más. Mañana se me pasará. Qué sí, hombre, pierde cuidado, capitán."

Sin embargo, la lluvia nos martiriza durante unos cuantos días más, y el miércoles Summerby acaba postrado en una cama de la enfermería con 39 de fiebre. El capitán llora en una esquina después de la hora de cenar, abrigado por la cazadora (Applebee) y el golpeador (Rickett), que por cierto son pareja desde esta misma tarde, así que más se abrigan entre ellos cuando el capitán esconde la cabeza en las manos y se desespera.

Los rumores cuentan que Rickett se ha declarado aprovechando que han coincidido en la visita de las 5 a Summerby. Por lo visto, como éste estaba dormido, o al menos lo parecía, se han quedado cada uno a un lado de la cama, charlando un poco de todo, hasta que él se lo ha soltado a bocajarro, agarrando a Applebee de las manos por encima del bulto febril inconsciente para decirle: "¿Quieres salir conmigo?". Creo que han consumado la aceptación con un buen morreo. 

O eso le ha dicho Summerby a Zacharías cuando ha ido a verle poco después con el capitán Fleet. El capitán, muy preocupado, se ha limitado a decirle que deje de delirar y que por favor haga todo lo posible por ponerse bueno antes del sábado, y acto seguido se ha tenido que marchar a regañadientes, porque le tocaba cita con su novia Ravenclaw (aunque, según Zacharías, se notaba que prefería quedarse allí hasta asegurarse de que a Summerby no se le había ido la cabeza del todo). Con lo cual, el pobre Summerby se ha desahogado con el rubiales, contándole lo mal que lo ha pasado todo ese rato, fingiendo que su cuerpo estaba ahí, pero su espíritu no, y aguantando las ganas de toser durante al menos diez minutos interminables para no cortarles el rollo a sus compañeros.

Más tarde, al regresar de su cita y encontrarse a Rickett y Applebee enrollándose en un sofá de la sala común, el comprobar que no eran delirios, sino que Summerby decía la verdad, ha levantado un poco la moral al capitán.

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